Tras el terremoto de 1985, los edificios altos en la ciudad debieron contar con nuevas especificaciones. Te presentamos cuáles son los gigantes planeados a prueba de sismos en la capital del país.    Por Nayeli Meza y Arturo Solís La Ciudad de México bebía su primera taza de café cuando un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter convulsionó la rutina de sus habitantes la mañana del 19 de septiembre de 1985. Ese día, la ciudad registró daños en la instalación de suministro eléctrico, sistemas de agua, ductos de gas y servicios de transporte, además de interrupción en las telecomunicaciones. El sismo ocasionó un déficit de vivienda del 30% en el Distrito Federal, afectaciones patrimoniales de 100,000 familias y se registraron más de 4,500 muertes. Asimismo se reportó la caída de importantes construcciones habitacionales como el edificio Nuevo León en Tlatelolco y el Hospital General de México, de acuerdo con datos de la administración de Miguel de la Madrid recopilados por el gobierno de Felipe Calderón, para información de efemérides durante los festejos del Bicentenario de la Independencia. Desde entonces, la arquitectura y la visión de los mexicanos no volvió a ser la misma. Ramón Abud, catedrático la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo en entrevista que los estándares constructivos  de seguridad en el país se replantearon frente a ese movimiento telúrico. El reglamento de construcción, que tuvo cambios en los coeficientes de comportamiento sísmico (factores de seguridad) tras el temblor de 1957, no estaba preparado para el terremoto, pues esos estándares eran muy bajos. “Estamos en un ambiente de incertidumbre; los números que ahora manejamos están en función de la experiencia vivida y son los que nos van dando los parámetros de seguridad”, asegura. Las mejoras en  políticas de reconstrucción en la urbe se han reflejado, en primer lugar,  en la reglamentación de todos los edificios, desde los materiales hasta la tecnología que emplean para su desarrollo; en segunda instancia, con el personal involucrado en la construcción. “Hay dos grandes diferencias entre 1985 y 2014: la primera es la reglamentación y la segunda el personal a cargo de las obras. Antes los edificios no contaban con características que les permitieran tener una habitabilidad adecuada; ahora son inteligentes, cuentan con estructuras de mayor calidad y diversas certificaciones de sustentabilidad. Hace 30 años podías trabajar con dos profesionales, y ahora lo haces con más de 30”, comenta Bernando Gómez Pimienta, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Anáhuac.   La arquitectura después de 1985 Abud, quien es consejero representante del área de tecnología en el consejo técnico de la Facultad de Arquitectura, vio un cambio significativo en el método de enseñanza constructiva. Además recuerda que se insistió en uno de los aspectos más importantes de la arquitectura, “que no era la belleza, ni la funcionalidad: era lo vital. Antes de que otra cosa pase, esto no se debe de caer”. De 1985 a 1988, la rigurosidad gubernamental era de “muchas exigencias”. Y esas exigencias elevaron los estándares. “Cualquier edificio que se haya hecho en ese periodo tiene un factor de seguridad muy alto.” La reconstrucción del hospital Siglo XXI fue una de las edificaciones, según el catedrático, con  los estándares más altos en la ciudad.   ¿Dónde hay más riesgo para construir? Los especialistas explican que en la Ciudad de México existen tres nomenclaturas para las zonas de sismos. La zona 1 o de lomas, que es de suelo firme y abarca la parte sur de la ciudad; la zona 3 o de lagos, que favorece la transmisión de ondas sísmicas y comprende la zona centro y norte de la ciudad, y  la zona 2, que es de transición entre la primera y tercera.
Foto: Sistema Sismológico Nacional

Zonas sísmicas del Valle de México (Imagen: Sistema Sismológico Nacional).

Aunque para el profesor de sistemas estructurales de la UNAM, las zonas lacustres son las de mayor riesgo frente a un sismo, ningún edificio corre peligro cuando está bien pensado. Y el tipo de suelo debe mantener una armonía con la base del edificio que se pretende construir: “La cimentación está en función no nada más de la anchura o altura,  sino de un equilibrio entre lo que pesa el edificio, los esfuerzos que genera,  con el tipo de suelo donde esté.” Para Abud, uno de los elementos principales con que debe contar cualquier edificio nuevo contra sismos es el empleo de materiales iguales para toda su estructura y recomienda combinar “lo menos posible” diferentes sistemas constructivos. “Si haces un edificio, trata de que la planta baja sea de piedra artificial (concreto armado), y la que sigue, de piedra. Lo que es muy recomendable contra sismos es la homogeneidad: una cosa difícil de lograr y que uno  debe estar corrigiendo, tanto en lo vertical como en lo horizontal.” El catedrático  aconseja que las nuevas edificaciones estudien su correlación con el suelo donde se van a construir.   La Ciudad de México, ¿una capital ‘enana’? En los últimos 15 años, Japón ha sufrido cinco importantes terremotos; el más reciente y el peor de su historia se reportó en sus costas el 11 de marzo de 2011. Aunque Japón es una ciudad altamente sísmica y con zonas geológicamente inestables, cuenta con rascacielos que superan los 600 metros. La ciudad asiática ha sufrido grandes catástrofes, y por tal motivo su sistema de construcción está basado en la resistencia de su infraestructura, lo que le ha permitido seguir creciendo verticalmente. La Ciudad de México cuenta con tres tipos de pisos, y aunque en los últimos años se han desarrollado gran variedad de expresiones arquitectónicas, todavía entra en la categoría de las ‘ciudades enanas’. Al respecto, Bernando Gómez explica: “En la Ciudad de México existen condiciones diferentes en cuanto a extensión en comparación con Nueva York y Japón, que son territorios reducidos. En la Ciudad de México tenemos terrenos en donde sí se pueden desarrollar nuevos edificios; por eso es importante impulsar el incremento de su altura y densidad, y eliminar las restricciones de lugares exclusivos para vivienda y oficinas. En lugar de seguir creciendo hacia las afueras, debemos crecer al interior.”   ¿México está preparado para otro terremoto como en 1985? Ante este cuestionamiento, ambos especialistas coinciden en que la Ciudad de México cuenta con la infraestructura suficiente para hacer frente a una terremoto similar al de hace 30 años; sin embargo aseguran que ante los improvistos de la naturaleza nadie está preparado realmente. A continuación te compartimos 10 edificios en la Ciudad de México que cuentan con mecanismos a prueba de sismos. Los primeros cinco se construyeron después de 1985 y los últimos cinco están en desarrollo.   Construidos después de 1985…   1. Torre Mayor E.1 Diseño Arquitectónico: Zeidler Roberts Partnership Ubicación: Avenida Paseo de la  Reforma 505 Altura: 225 metros Niveles: 59 plantas y 4 sótanos de estacionamiento Periodo de construcción: 1999 – 2003 Inversión: 250 millones de dólares     2. Torres Arcos  I y II E.2 Diseño Arquitectónico: Teodoro González de León, Francisco Serrano y Carlos Tejada Ubicación: Paseo de Tamarindos 400 Altura: 161.5 metros Niveles: 31 y 34 plantas Periodo de construcción: 1993-1996, 2008-2005 Inversión: 74 millones de pesos     3.  Residencial del Bosque E.3 Diseño Arquitectónico: César Pelli Ubicación: Rubén Darío 97 Altura: 128 metros Niveles: 30 plantas Periodo de construcción: 1991-1998     4. Reforma 222 E.4 Diseño arquitectónico: Teodoro González de León Ubicación: Paseo de la Reforma 222 Altura: 125.8 metros Niveles: dos torres  de oficinas con 30 niveles, una torre de departamentos sobre una plaza comercial de tres niveles Periodo de construcción: 2004-2008     5. Torre Altus   E.5 Diseño arquitectónico: Adolfo H. y José Adolfo Wiechers Ubicación: Paseo de los laureles 416 Altura: 195 metros Niveles: 44 plantas Periodo de construcción: 1994-1998     6. Torre Virreyes  E.8 Diseño arquitectónico: Teodoro González de León y Arup Ubicación: Pedregal 24, Colonia Molino del Rey, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México Altura: 124 metros Niveles: 24 plantas Conclusión de la obra: 2015       Y en desarrollo…   1.Torre BBVA Bancomer E.9. Diseño arquitectónico: Legorreta + Legorreta, Rogers Stirk Harbour + Partners y BBVA International Ubicación: Avenida Paseo de la Reforma 506, Colonia Juárez, Delegación Cuauhtémoc, Ciudad de México Altura: 235 metros Niveles: 50 plantas Conclusión de la obra: 2015     2. Torre Cuarzo E.6 Diseño arquitectónico: Richard Meier & Partners y Diámetro Arquitectos Ubicación: Avenida Paseo de la Reforma 26, Colonia Juárez, Delegación Cuauhtémoc, Ciudad de México Altura: 180 metros Niveles: 40 plantas Conclusión de la obra: 2016     3. Torre Punta Reforma E.7 Diseño arquitectónico: Benjamín Romano Ubicación: Avenida Paseo de la Reforma 180, Colonia Juárez, Delegación Cuauhtémoc, Ciudad de México Altura: 204 metros Niveles: 37 plantas Conclusión de la obra: 2015     4. Torre Mitikah E.10   Diseño arquitectónico: César Pelli, Gregorio Vázquez Architecture y Grupo Ingeniería Arquitectura y Asociados (GIA) Ubicación: Río Churubusco 601, Colonia Xoco, Delegación Benito Juárez, Ciudad de México Altura: 267 metros Niveles: 60 plantas * En febrero de 2015, Fibra Uno compró la Torre Mitikah por 185 millones de dólares. A pesar de que en julio, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) rechazó el dictamen de cambio de uso de suelo, el fideicomiso de inversión en bienes raíces mexicano contempla construir dos torres de menor altitud, un centro comercial, una extensión de Centro Coyoacán, oficinas, dos hoteles y una ampliación del Centro Bancomer.

 

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