Ocho turistas mexicanos se encontraban entre los rehenes del museo tunecino. La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que todos salieron sin daños físicos del museo del Bardo. Reuters   Hombres armados vestidos con uniforme militar irrumpieron en el museo nacional de Túnez y mataron a 17 turistas extranjeros y dos tunecinos el miércoles, en uno de los peores ataques en un país que había evitado mayormente los disturbios de la “Primavera Árabe”. Turistas de Italia, Alemania, Polonia y España figuraban entre los muertos que dejó el asalto ocurrido al mediodía contra el museo del Bardo, ubicado cerca del Parlamento en la capital Túnez, dijo el primer ministro Habib Essid. La Secretaría de Relaciones Exteriores informó que, al interior del museo, se encontraban ocho turistas mexicanos. “Las autoridades tunecinas ya tomaron control de la situación, por lo que ya salieron del Museo Bardo y partirán en las próximas horas a Barcelona en el crucero turístico en el que realizaban un recorrido por la zona”, dijo la dependencia en un comunicado. Otros 22 turistas resultaron heridos. Las fuerzas de seguridad ingresaron al antiguo palacio dos horas después. Mataron a dos milicianos y liberaron a otros turistas que habían sido tomados como rehenes dentro del museo, dijo un portavoz del Gobierno. Un policía murió en la operación. La jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, responsabilizó del ataque a “organizaciones terroristas”. “La UE está determinada a movilizar todas las herramientas para apoyar a Túnez en la lucha contra el terrorismo”, afirmó. En un discurso nacional, el primer ministro Essid dijo que “todos los tunecinos debemos unirnos detrás de este ataque que pretendía destruir la economía tunecina”. Imágenes de televisión mostraron a decenas de personas, incluidos ancianos extranjeros y un hombre sosteniendo un niño, corriendo en busca de refugio en el complejo mientras las fuerzas de seguridad disparaban al aire para cubrirlos. El ataque contra un blanco de tan alto perfil es un golpe para el pequeño país norafricano, que depende en gran parte del turismo y había evitado casi por completo la violencia militante desde el levantamiento del 2011 para derrocar al autócrata Zine El-Abidine Ben Ali. El levantamiento de Túnez inspiró las revueltas de la “Primavera Árabe” en Libia y Egipto, Siria y Yemen. La adopción de una nueva Constitución y unas elecciones mayoritariamente pacíficas ganaron elogios y fueron un marcado contraste del caos que ha azotado a los otros países. Las autoridades no identificaron de inmediato a los atacantes. Sin embargo, varios grupos islamistas han surgido en Túnez desde el levantamiento y las autoridades estiman que unas 3.000 personas se han unido a combatientes en Irak y Siria, aumentando el temor de que puedan volver y cometer ataques en casa. “Dos terroristas vestidos con ropas militares entraron al Parlamento y luego al museo donde atacaron a los turistas. Diecinueve personas murieron incluyendo 17 turistas extranjeros. Además, 22 turistas resultaron heridos”, dijo el primer ministro. Un empleado del museo dijo a Reuters en el lugar que “dos milicianos dispararon contra los turistas cuando bajaban de los autobuses antes de huir hacia el museo”. Un funcionario de la cancillería italiana dijo que dos ciudadanos de su país fueron heridos en el ataque. El museo es conocido por su colección de antiguos artefactos tunecinos y mosaicos, además de otros tesoros de los períodos clásicos de Roma y Grecia. No hubo reportes inmediatos de que los atacantes hayan imitado a milicianos de Estado Islámico en Irak que destrozaron reliquias que a su juicio fomentarían la idolatría. El asalto del miércoles fue el peor ataque contra extranjeros en Túnez desde que un suicida con bomba perteneciente a al Qaeda mató a 21 personas en una sinagoga en la isla turística de Djerba en el 2002.  

 

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