Nada ha influido más en la toma de decisiones estratégicas y financieras en las compañías públicas en los últimos años como ellos, pero esto podría estar por cambiar.   Por Nathan Vardi De Dell a Dupont y de Apple a Microsoft, en los últimos años parecía que ninguna empresa estaba a salvo de los inversionistas activistas. No importaba cuán grande fuera la empresa o en qué sector de la economía operara, los activistas de fondos de cobertura estaban armados con suficiente dinero y la credibilidad de Wall Street que en los últimos años podían hacerse de un asiento en cualquier empresa, invertir, recomprar acciones, impulsar fusiones y motivar la renuncia de CEOs. Oh, sí, era la edad de oro para la inversión activista y los súper abogados corporativos y los socios capitalistas de riesgo. Nadie parecía ser capaz de detenerlo. “Ningún desarrollo reciente ha influido en las tomas de decisiones estratégicas y financieras de las empresas tan profundamente como el aumento del activismo de los accionistas después de la crisis financiera mundial”, dijo el asesor de finanzas corporativas de JPMorgan en un reporte a principios de 2015. “De un puñado de fondos de activistas que gestionaban un total de 12,000 millones de dólares (mdd) en 2003, la clase de activos militantes se ha disparado a más de 112,000 mdd en activos bajo gestión de los fondos de cobertura activistas.” Pero éste ha sido un año de humildad para los fondos de cobertura activistas que tienen participaciones en empresas públicas y agitan las aguas exigiendo un cambio. Ellos están en el punto más alto de su poder, pero en general están teniendo un año horrible. Sus fondos se hunden, sus ideas no funcionan y algunas de las empresas que controlan van a la baja. Si las cosas siguen así, no pasará mucho tiempo antes de que los consejos de administración argumenten que estos tipos de fondos de cobertura activistas no tienen nada qué decirles sobre cómo manejar su negocio. El choque de trenes que se estaá dando en Valeant Pharmaceuticals es el ejemplo más evidente. Las acciones de la compañía cayeron 15% el jueves y acumulan una pérdida de 45% en 2015. La acción se ha desplomado desde sus máximos de 2015. Esta es una empresa que está bajo el manejo de los fondos de cobertura activistas para los fondos de cobertura activistas. ValueAct Capital, uno de los fondos de cobertura activista más respetados, ayudó a crear la empresa, contratar a su CEO, y tiene dos asientos en el consejo directivo de la empresa. El inversionista activista multimillonario Bill Ackman es el segundo mayor accionista de Valeant. Él realizó una llamada de conferencia de cuatro horas defendiendo a la sociedad contra las acusaciones relacionadas con Philidor, la farmacia de especialidad que ha estado en el centro de la reciente tormenta de Valeant. Pero Ackman no ha sido capaz de detener la hemorragia. Su Pershing Square Holdings terminó octubre con una caída de 19% en los 10 primeros meses de 2015. Pero no sólo Ackman ha perdido. Carl Icahn, el icono de la inversión activista, vio caer su fondo de inversión 10.3% en el tercer trimestre y terminó septiembre con una baja de 2.8% en el año. EL gran fondo de cobertura de Barry Rosenstein, Jana Partners, terminó octubre con una pérdida de 4% en 2015. Richard McGuire, el nuevo inversionista activista de riesgo estrella, ha perdido 4% este año. El fondo Third Point del multimillonario Dan Loeb va plano este año. Si bien las acciones de Valeant se hundieron de nuevo el jueves, la firma de fondos de cobertura de 11,000 mdd de Rosenstein también se vio afectada por su segunda mayor participación: Qualcomm. Las acciones de Qualcomm cayeron 15% tras decepcionantes ganancias del desarrollador de chips. Rosenstein hizo una apuesta de 2,000 mdd en la empresa y la empujó a cambiar las cosas mediante la realización de grandes recompras de acciones, la reducción de costos y cambios en la prácticas de compensación de los ejecutivos. Sin duda, los grandes fondos de cobertura activistas de Wall Street han tenido un mal año, pero están lejos de estar muertos.

 

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