Si le restas valor a la fase de bienvenida pierdes una oportunidad de oro para establecer la imagen que deseas proyectar en los nuevos empleados.     Por Alistair Cox   Es un error pensar que la fase principal en la contratación de nuevos talentos es la de atracción inicial del candidato, que se completa con su contratación. Para muchos empleadores eso es todo. Trabajo hecho. Para ellos basta con esperar al nuevo empleado y que, por arte de magia, se ponga al día, encaje en el puesto y sea productivo desde el primer día. Puede que el sistema, aparentemente, más o menos funcione, pero no es así. Lo recomendable, si queremos asegurar el éxito, es abordar un cuidado proceso de acogida del nuevo empleado que debe empezar en la etapa previa de la entrevista y terminar semanas después de su incorporación. Muchas organizaciones restan valor a la fase de bienvenida a los nuevos empleados en su negocio y pierden una oportunidad de oro para establecer la imagen que les gustaría proyectar en el nuevo empleado, incluso antes de que ponga un pie a las puertas de la empresa. Si se hace bien, la integración de los nuevos empleados simplifica una correcta adaptación, que incluso a corto plazo puede establecer una diferencia, muy positiva, tanto para ellos como para el negocio. Es importante tener en cuenta que la incorporación a un nuevo puesto de trabajo es un momento decisivo en la carrera profesional, que va acompañado de no pocas emociones y alegrías, y también de temores y dudas. Por eso, hacer que el nuevo empleado sienta que es bien recibido, que se le espera con ilusión y esperanza, antes de su primer día de trabajo, es importante. Si los empleados que llegan a la compañía sienten que están acompañados y bien informados, se convierten en insiders incluso antes de empezar a trabajar y se vuelven eficaces más rápidamente. Por el contrario, no lograr una adecuada integración del nuevo personal puede conducir a una serie de problemas. Resulta decepcionante sentirse ignorado después de recibir una oferta, ver que se acaba el interés y entusiasmo de la empresa. Esta situación provoca dudas y ayuda a replantearse alguna contraoferta. De la misma manera hay que preparar al equipo existente, evitar celos, suspicacias y posiciones negativas. Hay que preparar el “aterrizaje” de los nuevos miembros en el equipo; de lo contrario, la experiencia puede ser perturbadora e inquietante para todos y alterar su buen rendimiento. En mi opinión, una de las principales causas del fracaso en los procesos de reclutamiento es un mal ajuste cultural entre el individuo y la organización. Por eso una estrategia de incorporación efectiva debe ser capaz de acelerar el proceso de socialización. Y no basta con proporcionar información detallada sobre el modo de operar de la empresa, organizar desayunos y almuerzos informales para presentar a los nuevos miembros del equipo o compartir los memorandos internos no confidenciales antes que el nuevo empleado se incorpore al equipo.   3 claves para una incorporación exitosa en cualquier negocio 1. La bienvenida tiene que contemplarse como una parte integral del proceso de contratación y ser gestionada de manera profesional para todos los roles. Es importante hacerse la pregunta, ¿tengo un proceso establecido para las contrataciones habituales? Si es así, ¿tengo uno para los no típicos o rangos mayores? Curiosamente, a menudo no se da una bienvenida eficaz a los empleados de alto rango y no se presta mucha atención en la mayoría de las organizaciones en comparación con puestos de trabajo menores o de nivel medio. Las personas suponen que los directivos saben exactamente qué hacer y cómo estar al día desde el mismo día que empiezan como si fuera telepatía. Quizás ésta podría ser un área de oportunidad a evaluar y mejorar en su organización.   2. Es aconsejable abordar el proceso de incorporación como un ejercicio de creación de equipo antes del primer día de la nueva contratación. Organice reuniones informales con un representante de recursos humanos o mentor en el negocio para que puedan compartir con el nuevo empleado ideas sobre la cultura de la organización.   3. No trate la bienvenida como un evento de una sola vez. Mantenga líneas de comunicación abiertas a fin de asegurar una retroalimentación de sus nuevas contrataciones para que pueda mejorar constantemente su empresa en los procesos de introducción de nuevo personal.   En definitiva, un programa de bienvenida bien estructurado es una inversión. Piense en ello como un tipo de seguro de contratación. Las personas valen su peso en oro cuando se les hace sentir como en casa, saben lo que se espera de ellos y se les da la confianza para comenzar a ejecutar sus tareas. Normalmente, las empresas ya han invertido mucho para llegar a la fase de la oferta laboral, entonces ¿por qué no emplear un poco más de tiempo en asegurar que la inversión no se malogre?   Alistair Cox es CEO Global de Hays.     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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