El ahorro voluntario es una prioridad a la hora de decidir cómo vas a gastar tu aguinaldo, es una buena forma de hacer crecer tu patrimonio para el retiro.   El tema del aguinaldo, entendido como un ingreso adicional, debe llamarnos a la reflexión como una buena oportunidad para reordenar el manejo de nuestras finanzas. Por ejemplo, imaginar en qué podríamos gastar el aguinaldo sin duda nos tomará tan sólo unos segundos, a diferencia de saber en qué lo podríamos invertir o simplemente aprovecharlo mejor. Hacer que ese dinero rinda nos obliga a evaluar y poner sobre la mesa los temas pendientes de nuestra administración personal o familiar. El ahorro para el retiro es uno de ellos. La información que nos rodea nos mueve a utilizar rápidamente nuestros recursos, pues el dinero debe circular porque el consumo impulsa la actividad productiva, que a su vez permite dar empleo y pagar sueldos para poder seguir consumiendo. La maquinaria comercial y mediática que nos empuja a consumir es muy poderosa y generalmente obtiene lo que se propone. A manera de ejemplo, acabamos de recibir un anticipo del aguinaldo que el Buen Fin ya nos lo sedujo con descuentos, promociones, créditos y pagos diferidos a 3, 6, 12, 24, 48 ¡y hasta 72 meses! Este proceso lo conocemos bien y puede ser motor de desarrollo, pero también sabemos que es jugar con fuego, y que solo nuestra voluntad y capacidad de auto-gestión harán la diferencia. ¿Qué se necesita para sacarle provecho? La respuesta es bastante sencilla: tener metas claras, hacer un presupuesto y liquidar nuestras deudas; aunque pareciera imposible, claro que se puede lograr. Utilizar el aguinaldo para hacer crecer nuestro patrimonio. Y claro que se puede lograr, a pesar de que una gran cantidad de estudios y encuestas nos reiteran a cada rato que no planeamos, que no pasamos a la acción y que siempre dejamos todo para mañana. cuadro   ¿Cómo aprovechar el aguinaldo y transitar de las deudas a los ahorros? Para fines prácticos, consideremos tres procesos clave para sanear nuestra administración personal o familiar, aprovechando la oportunidad de recibir aguinaldos o ingresos similares: 1) las deudas atrasadas; 2) los pagos, compras y respaldos del momento, y 3) los ahorros previstos para objetivos a futuro.
  1. El pago de deudas y créditos Lo primero es acabar con los compromisos que literalmente absorben nuestro dinero a causa de los pagos crecientes e interminables de los intereses. La regla de oro para utilizar cualquier instrumento financiero que implique pagar intereses o comisiones, es tener la certeza de que el préstamo adquirido se podrá pagar íntegramente en el muy corto plazo. Es una herramienta financiera útil mientras no implique pagar intereses excesivos; de lo contrario, es como un cheque en blanco y el costo añadido o final puede ser muy alto. En caso de solicitar un crédito, hay que buscar que los intereses sean fijos y los más bajos posibles, y en cada fecha de pago abonar lo más posible por encima del mínimo establecido. De esta manera, a pesar de pagar intereses, con el tiempo se logrará cerrar la deuda. Llegar a este primer objetivo marca la diferencia entre seguir siendo esclavo de las deudas, o comprender cómo se deben equilibrar nuestros gastos más importantes con nuestros ingresos, sin depender de recursos ajenos.
  2. Vigilar la administración del día a día El segundo aspecto para mejorar la salud de nuestras finanzas es lograr mantenerse al día con los pagos o gastos necesarios en el presente o en un futuro muy cercano. Aquí no hay secreto, se trata de sumar y restar: nuestros gastos deben corresponder al nivel de nuestros ingresos. Si hay más gastos que ingresos, regresaremos al nivel anterior con la necesidad de endeudarnos y quedar atrapados en los círculos viciosos. Si hay más salidas que entradas, hacer un presupuesto detallado permite detectar lo que podemos reajustar[1]. Hay que destacar que no solo se trata de recortar gastos –y tener que reducir productos básicos necesarios- sino que es una tarea de reorganización, de redistribución de cuánto le asignamos a cada gasto, y en particular de aprovechar mejor los productos y servicios que utilizamos.
  3. Crear respaldos económicos de seguridad Para quien tiene la convicción de querer mejorar su calidad de vida, vigilar el equilibrio de sus finanzas le desarrolla el sentido de protección y prudencia, pero al mismo tiempo emprendimiento e inversión, sea en pequeña o gran escala, con mucho o poco dinero. Por un lado, un mayor control de nuestras finanzas implica protegerse de los imprevistos que nos pudieran desestabilizar. Por ejemplo, ahorrar y disponer de un fondo propio para enfrentar una emergencia es colocarse del otro lado al de endeudarse por pedir prestado y no poder pagar. Lo interesante es que con la disciplina adquirida, en caso de usar dicho fondo, la necesidad de reponerlo a la brevedad es automática. De lo contrario, se regresa a una situación de vulnerabilidad.
Finalmente, aprovechar parte o todo el aguinaldo para ahorrarlo e invertirlo es, como en los dos procesos anteriores, una valiosa oportunidad.   ¿Por qué aprovechar el aguinaldo en el ahorro para el retiro? Toda oportunidad de incrementar nuestro patrimonio para el futuro con ahorro voluntario, aprovechando el aguinaldo, es importante debido a que:
  • A partir de la Generación Afore (1997 para IMSS y 2007 para ISSSTE), la pensión que recibe cada trabajador depende directamente de todo lo que ahorre durante su vida laboral, en su cuenta Afore.
  • Los mexicanos vivimos en promedio después de retirarnos, 17 años más. El ahorro para el retiro y la pensión que con ello se adquiera, debe cubrir esos 17 años (204 meses), o quizá más. Por ello hay que tomar conciencia de esta situación.
  • Las aportaciones obligatorias mensuales en México son muy bajas: 6.5% para IMSS y 11.3% para ISSSTE, del salario base del trabajador. Estos porcentajes ya incluyen las aportaciones que también hacen el empleador y el Gobierno Federal, para beneficio del trabajador. En sentido estricto, el trabajador que cotiza al IMSS únicamente aporta 1.1% de su salario, o dicho de otra forma, aporta 4 días de su salario anual para financiar su propia pensión.
  • De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la llamada Tasa de Remplazo[2] o “pensión adecuada” debería ser del 70% del último salario del trabajador. Con las variables actuales de aportación al SAR, el porcentaje previsto fluctúa alrededor del 30%.
Ahora existen diversos mecanismos que te permiten de manera fácil, rápida y segura ahorrar en tu cuenta Afore. Por ejemplo:  
  • A través de las más de 3,400 sucursales de Telecomm y tiendas 7-Eleven a nivel nacional, a partir de 50 pesos y con la periodicidad que desees.
  • Domiciliar tu ahorro. Mediante este nuevo mecanismo, las 11 Afore reciben de forma automática y segura tus depósitos electrónicos desde 100 y hasta 50 mil pesos, con la periodicidad que cada quien elija. Este servicio puede realizarse ingresando algunos datos generales, así como un número de tarjeta de débito a través de un portal centralizado (e-sar.com.mx). Dicho portal cuenta con todos los protocolos de seguridad y confidencialidad en la información.
  • Acude a cualquier sucursal de la Afore y realiza el depósito directamente en ventanilla.
  • A través de tu patrón. Puedes solicitar que te descuenten vía nomina la cantidad que deseas ahorrar.
  • Por Internet. Ingresa a la página de Internet de cada una de las Afore para que llenes tu solicitud.
  Conclusiones Entre mayor sea la salud de nuestras finanzas personales y familiares, mejores serán las condiciones para aprovechar las oportunidades sobre nuestros recursos. Pagar y evitar los endeudamientos es la prioridad, pero de ahí en adelante, todo ahorro alcanzado es una forma de construir reservas y con ello seguridad y bienestar. Como hemos visto, destinar la mayor parte posible del aguinaldo para invertir y financiar nuestro propio futuro no es una idea que carezca de sustento y sentido, pues las cuentas individuales sólo con las aportaciones obligatorias serán insuficientes para contar con pensiones adecuadas. Por ello, el ahorro voluntario debe considerarse como una prioridad a la hora de ver cómo nos vamos a gastar el aguinaldo, pues este ahorro debe verse como una práctica constante hacia un objetivo concreto: mayor calidad de vida en nuestra vejez. Este proceso, que requiere nuestra convicción para atender la salud de nuestras finanzas a lo largo de toda la vida, es el valioso proceso de la educación financiera.
[1]La Condusef pone a disposición el cuadernillo educativo “Presupuesto. Toma el control de tu dinero”. [2]El concepto de TR hace referencia a la relación entre el nivel de la pensión y cierto nivel de ingresos (por ejemplo, el último salario). Es decir, es el porcentaje que representa la pensión sobre el ingreso percibido por el trabajador.
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