- Definir objetivos y metas.
- Identificar y analizar cada una de las actividades para alcanzar los objetivos.
- Evaluar, clasificar y priorizar los programas rentables.
- Asignar los recursos con el presupuesto disponible.
3 riesgos para el nuevo presupuesto del gobierno
¿Qué es un presupuesto base cero? ¿Por qué el gobierno planea implementarlo para 2016? ¿Qué tanto contribuirá para aliviar las presiones en el gasto público? ¿Ayudará en algo a mejorar las débiles perspectivas de crecimiento económico? Aquí algunas respuestas.
Texto publicado originalmente el 31 de agosto.
Por Israel Pantaleón y Arturo Solís
El camino del gobierno mexicano hacia el nuevo presupuesto está minado de riesgos que podrían mantener la mala administración de los recursos. El corto tiempo para diseñarlo, los gastos etiquetados, y la duplicidad y mínima evaluación de los programas son los principales obstáculos que enfrenta.
Ante la caída de los precios del petróleo, que derivó en un recorte presupuestal de 135,000 mdp para 2016, la administración de Enrique Peña Nieto tuvo que plantear una iniciativa para aliviar sus finanzas públicas: el presupuesto base cero.
Pero, ¿realmente es un presupuesto base cero? Expertos consultados por Forbes México advierten que 2016 sólo tendrá una reingeniería, lo que dificulta alcanzar el objetivo de poner un techo a la deuda, además de hacer más eficiente el gasto público e impulsar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Entonces, ¿qué es el presupuesto base cero? Este esquema nace en la iniciativa privada de Estados Unidos, gestado por la empresa Texas Instruments. “Lo que implica es un borrón y cuenta nueva”, dice Diego de la Mora, coordinador del área de Presupuesto y Políticas Públicas de Fundar, un centro de análisis e investigación. Los gerentes de proyectos decían cuáles eran sus necesidades y luego presupuestaban con base en éstas. El entonces gobernador de Georgia, Jimmy Carter, implementó este sistema en la entidad durante 1973.
Este esquema tiene cuatro ejes: