- Nuestros cuerpos: La creciente popularidad de los dispositivos portátiles inteligentes es sólo el comienzo de un viaje hacia la gestión total del cuerpo humano, la vigilancia continua de la salud y el tratamiento predictivo y personalizado.
- Nuestras finanzas: Los bancos y las compañías de seguros serán más útiles en nuestras vidas cotidianas por medio del asesoramiento y el soporte continuo en las decisiones y desafíos que enfrentamos todos los días.
- Nuestros hogares: La fusión de dispositivos inteligentes guiará en última instancia nuestras vidas y estimulará el bienestar y calidad de vida de nuestras familias.
- El futuro de los viajes: Los automotores inteligentes sin conductor o los trenes conectados se integrarán a nuestra forma de viajar acompañándonos, no solamente como transportes, sino como guías o consejeros de viaje.
- Nuestra vida laboral: Las compañías personalizarán nuestros desafíos y carga laboral para que se adapten a las capacidades personales y a las prioridades cambiantes del entorno de negocios actual.
- Nuestra experiencia de compra: Los comercios minoristas crearán una versión digital de la atención al cliente tradicional para integrarse de una forma más profunda a las elecciones e intereses de nuestro estilo de vida de manera personalizada.
- Nuestras empresas: Las empresas ofrecerán a los clientes servicios altamente personalizados y rediseñarán de forma integral sus estructuras operativas y sus enfoques de ventas.
7 áreas que evolucionan en la era de los servicios vivos
Los servicios vivos, esas aplicaciones adaptadas a las necesidades de los usuarios, facilitarán aún más la toma de decisiones, las comunicaciones y el entretenimiento.
La próxima ola de disrupción digital será la de los servicios que “cobran vida” para predecir y reaccionar a las necesidades y las circunstancias cambiantes de los consumidores. Estos servicios serán impulsados por las expectativas del cliente, desdibujarán las fronteras de las industrias y estarán habilitados por la internet de las cosas y análisis de gran alcance.
Actualmente son recurrentes cuestionamientos sobre cómo serán los servicios bancarios dentro de algunos años o cómo colaboraremos con todos los distintos proveedores que mantienen en funcionamiento nuestros hogares. Estas preguntas, entre muchas otras, comienzan a tener respuesta a través de las capacidades y desarrollos tecnológicos que vemos suceder en nuestro entorno y de los que somos parte.
En la era de los servicios vivos –aplicaciones adaptadas para flexibilizarse según las necesidades reales de los usuarios– que estamos comenzando a vivir, seremos testigos de cómo los objetos, a través de sensores, aprenderán sobre nuestras vidas y automatizarán acciones y tareas que provocarán que la toma de decisiones sea más fácil, las comunicaciones más ordenadas y el entretenimiento más accesible. Los servicios vivos se comunicarán con nosotros, nos conocerán, nos proporcionarán entretenimiento, asistencia y protección en tiempo real.
Estamos frente a una gran transición de servicios aislados y diseñados para satisfacer fines específicos, hacia la posibilidad de servicios integrados que, aunque son masivos, serán también completamente personalizados, la cual marcará un cambio revolucionario en la relación entre proveedores y usuarios, y que exigirá una mayor revaluación de las estructuras comerciales actuales.
Algunas de las implicaciones que tendrán los servicios vivos en nuestras vidas, son: