El gigante informático aprendió que éxito tiene en realidad siete letras: talento. El recurso humano es lo más importante dentro de una empresa, es de él que se derivan las ideas y las  estrategias, es la gente la que siente pasión y la que genera valor. Aquí nos da 9 tips para aprovecharlo al máximo.   Por Meghan Casserly   Cuando Microsoft abrió las puertas de su Garage en Redmond, Washington, en 2011, sabía que la idea de un espacio físico para sus empleados de ingeniería para experimentar con nuevas ideas e innovaciones podría generar una idea o dos para completar las muchas iniciativas de la empresa en materia de I+D interna. Lanzado como un programa para la incubación de proyectos de los empleados, el Garage se diseñó como una forma de apoyo a la innovación a través de facilitar a los empleados un lugar para llevar a cabo proyectos que les apasionan y que tal vez, sólo tal vez, podrían ayudar a mejorar las finanzas de la empresa. A los empleados se les dio en 2011acceso a las herramientas propiedad de la compañía, como cortadoras láser, un banco de soldadura y una impresora 3D, y además se les animó a probar sus prototipos y crear una comunidad afuera de sus grupos de trabajo inmediatos. En estos garage days y hack days tenían una invitación abierta para todos los empleados, quienes eran compensados ​​por su tiempo, y tres veces al año los prototipos eran expuestos ante empleados de alto nivel en ferias internacionales de ciencias patrocinadas por la compañía. ¿El resultado? No sólo la cultura empresarial de Microsoft cambió para bien, sino que los nuevos productos (incluyendo una herramienta que analiza el código fuente para más de 12,000 ingenieros de Microsoft y la herramienta de traducción Lync) nacieron a partir de las colaboraciones de la iniciativa Garage. “La inspiración vino de todas las grandes empresas que comenzaron en un garage”, dijo el director de Garage, Quinn Hawkins, en aquellos momentos. HP, Amazon, Google y la propia Microsoft tienen sus raíces en cocheras. Y la idea, en términos de innovación, fue un éxito. Sin embargo, un beneficio inesperado de Garage fue una baja en la percepción que se tenía de Microsoft como una corporación masiva de empresarios sin escrúpulos. Y de acuerdo con un nuevo estudio realizado por la organización británica de recursos humanos CIPD, eso podría hacer toda la diferencia en el mundo. Después de descubrir que cuatro de cada diez trabajadores recibirían con agrado la oportunidad de asumir un papel de intrapreneur dentro de su empresa, pero que sólo el 12% de las empresas fomenta esta tendencia, CIPD encuestó a sus más de 100,000 empresas miembro y esta semana publicó la primera de tres partes sobre su estudio sobre intraprendedurismo. “No hay duda de que un negocio exitoso depende de ideas innovadoras y una buena estrategia de mercado”, dijo la autora del estudio, Claire McCartney, a través de un comunicado. “Este informe muestra que la buena administración del talento es crucial para el éxito a largo plazo de cualquier negocio.”   Ganancias. Está bien preocuparse por ellas No es ningún secreto que preocuparse por el éxito de la empresa no se encuentra entre las principales prioridades de los típicos empleados, de la misma forma como la mayoría de esos empleados no percibe que la empresa se preocupa por ellos. Los empleados que reciben licencia para dedicar tiempo a su propio trabajo, sobre todo en culturas en las que se les anima a desarrollar sus propias ideas e innovaciones, los empleados en su contribución algo importante para la empresa. La cultura del cuidado es un ganar-ganar.   Un poco de pasión lleva muy lejos Lo que Microsoft aprendió rápidamente en el experimento Garage (en el que muchos empleados trabajaron con recursos finitos y han logrado grandes cosas) fue cómo el clima empresarial no está limitado por el tamaño, los recursos o el dinero. Alentar a los empleados a ser ingeniosos les permite “llegar muy por encima de su peso” o su posición dentro de la empresa. Estos empleados, de acuerdo a la investigación de CIPD, crean más valor que los empleados tradicionales, ya que a menudo identifican nuevas herramientas o recursos desconocidos (redes sociales, redes de contactos inteligentes, nuevas asociaciones) que de otra manera no serían experimentadas por organizaciones más grandes.   La cultura corporativa íntima A pesar de que se ha demostrado que la cultura empresarial aumenta las asociaciones externas de la empresa, CIPD dice que una de las ventajas más importantes que una empresa logra cuando fomenta el intraprendedurismo es un fuerte sentido de la intimidad y una sólida sensación entre los empleados de ‘todos estamos en el mismo barco’. Eso da también un impulso a la mentalidad de “nosotros contra ellos” (que, por cierto, fue un elemento crítico durante los primeros días de Facebook). Las empresas pueden ampliar este principio al desdibujar las líneas dentro de la jerarquía corporativa y proporcionar oportunidades para el desarrollo de negocios a todos los niveles, lo que subraya que todo el trabajo es por un bien mayor.   ¿El resultado? Una lealtad feroz Una vez más, el ‘nosotros contra ellos’. “Mientras que las organizaciones de emprendedores tienen éxito en la ampliación de su alcance a través de asociaciones o colaboraciones, hay una cosa que nunca comprometen: la integridad de su marca”, dice CIPD. Empoderar a los empleados para crear nuevos caminos y alianzas los hace guardianes de la marca y los lleva a elegir socios y procesos que empatan con la visión corporativa. Esto es particularmente importante internamente: cuando los empleados intraprendedores están en proceso de reclutamiento, deben buscar candidatos que sean afines con sus valores corporativos.   Aprovechar la experiencia de cada miembro del personal Con más frecuencia de lo que se cree la diferencia entre una empresa exitosa y una que se duerme en sus laureles radica en cuánto aprovecha la experiencia de sus empleados. Ahí están los ejemplos obvios, por supuesto —un subalterno cuya comprensión en las redes sociales es muy superior a la del director de marketing—, pero los líderes inteligentes buscarán identificar las áreas de expertise de cada miembro del equipo y convertirlas en activos.   Tratar a los clientes como co-conspiradores ¿Cada nuevo cliente es otro aumento en la columna de ingresos o una nueva oportunidad para la colaboración creativa? Las empresas que adoptan la actitud emprendedora ven a sus clientes como socios a largo plazo para la evolución de las estrategias de negocio. Tal vez su cliente más reciente tenga una fortaleza que a su equipo le hace falta y una sesión de lluvia de ideas durante el almuerzo puede aportar nuevos enfoques. Tal vez su base de clientes sea un aparador en potencia para el reconocimiento de posibles nuevos productos o servicios. Tómelo de la investigación: “Las compañías emprendedoras realmente escuchan a sus clientes y se basan en sus ideas y necesidades para mantener la frescura de su negocio.”   “Los empleados”, no “el personal” La clave para empoderar a los empleados es identificarlos como individuos, no como un grupo homogéneo. Donde hay conciencia clara de las fortalezas individuales, se pueden identificar los grupos de talento y pueden surgir nuevos equipos, colaboraciones o innovaciones.   Diversión: es fundamental tener un poco de ella Hay un grito de batalla en la escena las startups, es “trabaja duro, juega duro”.  ¿Necesitas más para convencerte? Echa un vistazo al modelo de conferencias de eventos como el South By Southwest y la serie Summit. Las organizaciones de emprendedores saben cuán importante es  crear entornos de trabajo colaborativos y divertidos, y eso significa con frecuencia incorporar el diseño al espacio físico o salir de la oficina con regularidad para liberarse un poco. Los empleados felices son empleados productivos.   Fomento a la innovación  y tolerancia a los errores Un tema común en todas las organizaciones encuestadas por CIPD es el énfasis en la innovación de los empleados. Incluso cuando las empresas inteligentes están en su mejor y más rentable etapa, reservaron un poco de tiempo y recursos para generar nuevas ideas, tanto en compañías bien establecidas (grandes corporaciones como Microsoft) o pequeñas colaboraciones entre equipos. Pero más importante que este estímulo es la aceptación de que no todos los proyectos tendrán éxito. Los líderes inteligentes reconocen que para innovar el fracaso es inevitable y, además, valoran el gran potencial de todos y cada uno de sus errores.

 

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