Para la ciudadanía, las elecciones intermedias son consideradas menos importantes que la votación para presidente de la República, pero las de junio próximo se dan en un entorno que las hace relevantes.   Por Ivonne Acuña Murillo Este año, la ciudadanía votará por 500 diputaciones federales, 9 gubernaturas, 641 diputaciones locales, 993 alcaldías y las 16 jefaturas delegaciones del Distrito Federal. En apariencia, estos comicios son como otros cualquiera; sin embargo, a pesar que de manera tradicional son considerados por las y los votantes como menos importantes que aquellos en los que se vota por presidente de la República, éstos revisten una serie de características que los hacen relevantes. En principio, no puede pasarse por alto el contexto político-social en el que tendrán lugar, caracterizado por la crisis política más profunda en lo que va del siglo (crisis marcada por la desconfianza ciudadana en las instituciones, comenzando por el presidente de la República, cuya popularidad al inicio del año ha sido la más baja desde 1994), la grave violencia e inseguridad que aquejan al país, el fenómeno de la desintegración social, el estancamiento económico, la crisis de representación por la que atraviesa el sistema de partidos, etc. A lo anterior se suman una serie de factores que será importante observar en estas elecciones, como:
  1. El reposicionamiento de los tres principales partidos (PRI, PAN, PRD) en la Cámara de Diputados para la conformación de mayorías legislativas, y el alcance de Morena para ocupar curules y competir en primera instancia con la izquierda partidista representada por el PRD.
  2. Quién se queda con las gubernaturas de los 9 estados en los que se votará por jefe del Ejecutivo, en particular qué partidos ganan qué y cuáles logran conservar su posición en los estados. Entre las gubernaturas destacan Campeche, Colima, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, 6 de las 9 por las que se competirá y que son gobernadas por el PRI. Las otras son Baja California Sur y Sonora, gobernadas por el PAN, y Guerrero, por el PRD.
  3. La operación del nuevo INE y la puesta en operación de la nueva reforma electoral en temas como: las atribuciones del INE en la organización de las elecciones locales, la fiscalización de los recursos en tiempo real, y el límite de los gatos de campaña, el prorrateo, las candidaturas independientes, etc.
  4. El perfil de las y los candidatos, dados los escándalos de corrupción y complicidad con el narco y la delincuencia organizada que han acompañado a gobernantes y representantes populares de los tres principales partidos.
  5. El caso de los llamados chapulines, como los 12 de 16 delegados del DF, que ya pidieron licencia para hacer sus campañas y contender por diputaciones federales, y el llamado de la Coparmex Ciudad de México a no votar por ellos.
  6. La respuesta de la ciudadanía ante los llamados de Sicilia a no votar, o de otros personajes a anular el voto o dejarlo en blanco, y la respuesta de la ciudadanía ante tales convocatorias.
  7. Los casos de Guerrero y Michoacán con relación a la violencia social y política que se vive ahí y que podría entorpecer el desarrollo de las elecciones.
  8. El efecto que los eventos de Ayotzinapa, Tlatlaya y la llamada Casa Blanca tendrán sobre los votantes al momento de refrendar o no su apoyo al PRI, después de dos años y medio de gobierno.
  9. Finalmente será interesante observar la dinámica que se desarrollará en la Ciudad de México, la cual puede ser considerada como la “joya de la corona”, pues en ella se asientan los poderes federales y ahí reside la ciudadanía más crítica de todo el país, además de que se ha convertido en el escaparate de aquellos políticos con aspiraciones presidenciales. La ciudad es un microcosmos donde veremos la lucha política entre los tres principales partidos y el cuarto a entrar en la contienda. Hay que poner atención a los intentos del PRI por ganar alguna delegación en un espacio geopolítico donde hace años no gobierna, sobre todo después del escándalo de prostitución en el PRI del DF, encabezado por su ex presidente Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, del PAN por ampliar su presencia o mantener al menos las delegaciones que ya tiene y de Morena buscando arrebatarle la hegemonía al PRD.
  Ivonne Acuña Murillo es académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @PrensaIbero Página web: Ibero Ciudad de México   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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