El fin de semana de apertura de Beast of No Nation, su primer película con estreno comercial, recaudó poco más de 50,000 dólares, pero a la empresa no le preocupa porque podría ser su boleto a un premio de la Academia.   Por Natalie Robehmed Beast of No Nation fue estrenada simultáneamente en Netflix y en 31 salas de cine en Estados Unidos el fin de semana pasado, pero todo el ruido que ha hecho como posible nominada a los premios Oscar no se tradujo en ingresos en taquilla. La película ganó apenas 50,699 dólares, lo que la convierte en un colosal fracaso. Netflix pagó 12 millones de dólares (mdd) por los derechos de distribución de la película, pero no puede importarle menos la suerte que ésta tenga en los cines. Como lo demostró la taquilla de su fin se semana de estreno, el drama de los niños-soldados comandados por Idris Elba no será una fábrica de dinero para el gigante de streaming, pero sí reforzará la credibilidad de la división de contenido original de Netflix. Dirigida por True Detective Cary Fukunaga, Beast of No Nation es la primera película pública de la compañía, una con la que busca una estatuilla de la Academia. Basada en la novela del escritor nigeriano Uzodinma Iweala, la película sigue la vida de un Agu (interpretado por el no actor Abraham Attah), que es arrancado de su familia y obligado a luchar en un grupo rebelde por un comandante sanguinario (Elba) durante una guerra civil en un país africano sin nombre. Es una película terrible y hermosa: Fukunaga, quien también es director de fotografía, se supera a sí mismo con tomas impresionantes del paisaje de Ghana y retratos íntimos de amistad entre Agu y su compañero Striker, otro niño soldado. La película no es divertida ni fácil de ver de ninguna manera: incluye grotescos asesinatos con machete, violaciones y muchas muertes violentas. Elba dijo a la revista Rolling Stone: “Había una parte de mí que siempre se preguntaba, ‘¿Quién va a ver esta película?’ Hoy la respuesta es, potencialmente, millones de personas, todas las cuales aprenderán un poco sobre lo que está ocurriendo en el mundo, ya sabes, por el modelo de Netflix… ¡gracias por él!” Aunque es improbable que la película sea una de las favoritas de las cadenas de cine o del público, debía ser proyectada en Los Ángeles al menos por una semana para ser elegible para ser nominada al Oscar. La película no debía ser transmitida en formato no teatral antes de ser estrenada en Los Ángeles, a ello se debe el estreno simultáneo en Netflix y cines. A pesar de que la película será vista sobre todo por los 69 millones de suscriptores de Netflix, aún así debía ser estrenada en cines para poder aspirar a la gloria del Oscar. Netflix está dispuesto a perder dinero con esta película con la esperanza de que gane algunos premios. No es una cinta cara: el presupuesto de producción de la película fue de sólo 6 mdd y Netflix compró sus derechos de distribución por 12 mdd. Distribuida por Bleecker Street, los 18 mdd de Beasts of No Nation palidecen en comparación con el gasto general de Netflix. Sus ingresos en el T3 fueron de 1,700 mdd, pero el costo de los ingresos se elevó a 1,200 mdd, mientras que, además, las adiciones al contenido de la biblioteca costaron 1,300 mdd. Los verdaderos perdedores son los operadores de los cines. Ya que el público puede ver la cinta en línea y menos personas tendrán una verdadera motivación para tener la experiencia cinematográfica. (Vi la película en mi casa, desde mi sofá.) Al estrenarla simultáneamente, Netflix está exprimiendo las ganancias de venta de entradas y de concesión a los pocos cines que accedieron a proyectarla. “No es de sorprender la pobre taquilla de Beasts of No Nation ya que Netflix no tenía fe en sus posibilidades en salas comerciales y no pondría ningún esfuerzo en su éxito en cines”, dijo el vicepresidente de la Asociación Nacional de Dueños de Cines Patrick Corcoran a The Hollywood Reporter. “No es más que una estrategia de relaciones públicas para el video en streaming.” Conocido por su contenido original, como House of Cards y Orange is the New Black, sus documentales nominados al Oscar The Square y Virunga, Netflix ha invertido recientemente en largometrajes. A principios de este año, gastó unos 60 mdd para producir y distribuir War Machine de Brad Pitt, además, pagó unos 17 mdd para comprar los derechos globales del drama de guerra irlandés Jadotville. No todas sus inversiones han terminado en películas serias: Ha firmado a uno de los consentidos del video home Adam Sandler con un contrato de cuatro películas por un valor estimado de 240 mdd. Aunque las películas de Sandler han fracasado de forma espectacular en taquilla, Netflix, presumiblemente, tiene datos que sugieren que sus películas son muy populares entre los suscriptores de Netflix –al menos lo suficiente como para justificar 60 mdd de su presupuesto–. Netflix no publica resultados de sus ratings, por lo que no sabremos si su programación original de la película está dando frutos. Una cosa es segura: los dueños de los cines no están felices.

 

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