- Mantener las tendencias de reducción en la dotación de agua urbana
- Fortalecer las acciones de conservación de fuentes locales de abastecimiento del vital líquido
- La implementación de mejoras en la eficiencia del agua para uso agrícola, la principal fuente de consumo del agua
Acueducto Monterrey VI enfrenta su prueba final ante ‘El Bronco’
El candidato ganador a la gubernatura de Nuevo León, Jaime Bronco Rodríguez, ha dicho que se debe cancelar el proyecto del acueducto Monterrey VI. Además, la organización TNC presentó hace una semana el estudio final que analiza la viabilidad de la obra, que considera innecesaria frente a otras opciones que se encuentran sobre la mesa. ¿Se acerca la prueba final para el consorcio encabezado por Grupo Higa e ICA?
El polémico y multicuestionado proyecto del Acueducto Monterrey VI , cuya obra está a cargo de un consorcio de empresas encabezado por ICA y Grupo Higa, está cerca de enfrentar la que quizá sea su prueba final.
La viabilidad del proyecto se encuentra de nuevo en duda frente a la presentación del estudio final de The Natural Conservancy (TNC), uno de los documentos más serios que se esperaban en el caso, el cual advierte sobre su inviabilidad debido a sus costos económicos y ambientales.
“De acuerdo con el análisis que hizo TNC y que presentamos a las autoridades, se demuestra que el proyecto Monterrey VI no es viable ni necesario”, dice en entrevista el empresario regiomontano Eugenio Clariond Reyes, presidente del Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey (FAMM).
Al mismo tiempo, el factor político vuelve a ser determinante en el futuro del proyecto ante la inminente llegada de un nuevo gobernador a Nuevo León, con el triunfo en la jornada electoral de este 7 de junio de Jaime Rodríguez, alias El Bronco. El pasado 21 de mayo, en el último debate en el que participaron los nueve candidatos al gobierno de este estado, organizado por la plataforma ¿Cómo vamos, Nuevo León?, el candidato independiente dijo que el gobernador Rodrigo Medina debe cancelar el proyecto y así salvar la “honra”, pues aún está a tiempo de hacerlo.
En febrero pasado, TNC difundió los resultados preliminares sobre la viabilidad del proyecto Monterrey VI entre los integrantes del FAMM, el Sistema de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM), la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Sin embargo, el organismo internacional se comprometió a emitir un estudio final sobre el caso fechado en abril de este año, documento del cual cuenta una copia Forbes México.
El consorcio encargado de construir y operar el acueducto Monterrey VI, integrado por las empresas Regiomontana de Construcción y Servicios (Recsa), Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Productoras y Estructuras de Concreto (Pyecsa), Desarrollos Rogar y el controvertido Grupo Higa, no duda de la puesta en marcha del proyecto.
“Monterrey VI es una obra tan legal como legítima. El proceso, de más de cuatro años, ha sido transparente, y la información al respecto es pública y consultable en internet”, afirma el consorcio en una postura oficial enviada a este medio.
Pero Eugenio Clariond asegura que la batalla contra el proyecto se detendrá hasta que se cancele o modifique, pues existe el peligro de que los costos económicos y ambientales de la obra se eleven en un futuro no tan lejano.
El origen del conflicto
El 21 de enero de 2008, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un acuerdo que permite la extracción de las corrientes del río Pánuco para abastecer de agua 16 municipios de la zona conurbada de Monterrrey.
A partir de esa decisión, la autoridad federal entregó al gobierno de Nuevo León el título de asignación de un volumen de aguas nacionales de 15,000 litros por segundo de la cuenca del Pánuco, una cantidad superior a la administrada en 2014 en la zona de Monterrey.
En los últimos años, el número de lotes incorporados al sistema de distribución de agua ha ido en aumento. De 2004 a 2006, la tasa de crecimiento fue de 5.4%, y en los cuatro años posteriores el ritmo de crecimiento alcanzó 8%, de acuerdo con el SADM.
De ocho opciones que se estudiaron en un principio, el organismo administrador del agua en Monterrey eligió la construcción del acueducto Monterrey VI como la opción con el menor costo unitario por cada metro cúbico de agua, con menores impactos adversos en los terrenos socioeconómicos y ambientales para resolver los déficit del vital líquido dentro de los próximos 20 años.
Así fue como el 13 de marzo del año pasado, el gobierno de Rodrigo Medina de la Cruz gestionó la publicación en el DOF de la convocatoria para licitar el proyecto hídrico. Este paso representaba el inicio de una polémica que aún no termina.
En el concurso de licitación se inscribieron 28 empresas que participaron en 12 actos públicos atestiguados por la Academia de Ingeniería, el Fonadin (Fondo Nacional de Infraestructura), un testigo social designado por la Secretaría de la Función Pública (SFP), Conagua y otros actores involucrados en el proceso.
Al final del concurso, sólo dos consorcios presentaron su propuesta, y el 8 de septiembre de 2014 el SADM emitió el fallo que permitiría al grupo de empresas representadas por Grupo Higa construir la obra después de comprobar la viabilidad económica ofertada por esas firmas.
El costo final del proyecto fue de 14,161 millones de pesos (mdp), monto que es 1,599 mdp menor a la suma registrada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual ascendía a 15,761 mdp.
El objetivo es asegurar el suministro de agua en la zona metropolitana de Monterrey. “La situación hídrica de Nuevo León es delicada, pues se ha utilizado más agua de la disponible en 12 acuíferos, de los 30 que abastecen de agua a la entidad, y en siete cuencas superficiales de las 20 cuencas existentes. De ellas, cinco están en equilibrio y ocho tienen disponibilidad”, dice el estudio de TNC.
En los 16 municipios del área conurbada de la Zona Metropolitana de Monterrey, habrá un millón 276,469 nuevos habitantes en 2030, de acuerdo al Consejo Nacional de Población (Conapo), que requerirán satisfacer sus necesidades de agua. Para entender de qué forma el proyecto Monterrey VI ayudará a resolver estas necesidades, es importante analizar indicadores clave como la oferta, la dotación y la demanda.
¿Un proyecto que no urge?
Sin embargo, no todos están de acuerdo con el proyecto por los posibles peligros que podría representar. Eugenio Clariond es uno de ellos, quien pide la cancelación temporal o permanente de Monterrey VI para analizar a mayor profundidad sus consecuencias.
La opinión de TNC es considerada en el conflicto como una de las más serias por la experiencia internacional con la que cuenta. Su participación no es gratuita en el caso del proyecto de Monterrey VI. Esta organización, nacida en Estados Unidos, se encarga de apoyar las iniciativas que ayuden a fortalecer la seguridad hídrica, como es el caso del Fondo de Agua Metropolitano de Monterrey, que se creó en septiembre de 2013 con el apoyo de 60 instituciones públicas y privadas asociadas, entre las que se encuentra la misma TNC.
TNC es una organización fundada en 1951 con el propósito de conservar las tierras y aguas necesarias para sostener la vida. En la actualidad tiene presencia en más de 30 países y suma casi 40 años de trabajo en América Latina y 30 en México.
Alrededor del mundo, TNC y sus socios, así como más de un millón de miembros, han logrado proteger más de 52 millones de hectáreas.
Uno de sus mandatos es producir información orientada a desarrollar acciones y políticas públicas que ayuden a conservar y mejorar la recarga de acuíferos, así como a proteger las cuencas, a través de estudios e investigaciones sobre la gestión del agua.
“Como miembro del Consejo Directivo y del Comité de Ciencia y Tecnología del FAMM, TNC elaboró este reporte con el objetivo de ofrecer elementos científicos y técnicos que aporten a los procesos de toma de decisiones sobre la seguridad hídrica de Monterrey y su área metropolitana, tomando en cuenta las implicaciones específicas del proyecto Monterrey VI, iniciativa que marcará pautas para el manejo hídrico de Nuevo León y la cuenca del río Pánuco”, argumenta TNC en su reporte.
El estudio de TNC argumenta que existen diferencias significativas entre la Evaluación Socioeconómica del Proyecto Monterrey VI (ESE) y la Manifestación del Impacto Ambiental (MIA), las cuales implican que para 2044 se requerirá un gasto de 5.37 metros cúbicos por segundo, mientras que el volumen superior al trasvase proyectado en Monterrey VI se ubica en 5 metros cúbicos por segundo.
Por otro lado, el consumo actual reportado en la MIA es de 270 litros por habitante al día, lo cual no se sustenta en los registros del SADM ni en los reportados en la ESE, y la dotación recomendada de 300 litros por habitante al día, sobre la cual se proyecta la demanda, no se respalda en los datos históricos ni en las proyecciones realizadas por la propia empresa que suministra el agua.
“La diferencia es del orden de 162% del déficit calculado por la ESE para el año 2044, o de 145% si se compara con los valores recomendados por la Conagua”, dice el estudio de TNC.
En la actualidad, el volumen de aguas nacionales concesionadas a Nuevo León es de 2,064 millones de metros cúbicos de agua al año, de los cuales el sector agrícola consume 64.1% del volumen total concesionado, y el uso público urbano 24.8%.
“La distribución sectorial del agua lleva a la necesidad de generar un marco integrado para el manejo sustentable del agua en Nuevo León, que no se limite al uso público urbano. Por ejemplo, se ha estimado que con diversos proyectos en el sector hidroagrícola se podría recuperar 66% de los 820 millones de metros cúbicos de déficit de agua estimados para 2030 en la entidad”, dice TNC.
La consultora internacional propone tres mecanismos para enfrentar la escasez de agua: