Los periódicos han dejado de ser atractivos para el joven consumidor, particularmente en países desarrollados, donde la sociedad del conocimiento ha impulsado modelos educativos con base en nuevas tecnologías que han trastocado la forma en allegarse de información.       A muchos sorprendió el anuncio de que The Washington Post Co vendería su afamado periódico a Jeff Bezos, el fundador de Amazon, por una cantidad de 250 millones de dólares. El anuncio obedece a los desafíos que plantea el uso de Internet. Pareciera que tanto anunciantes como lectores han seguido la corriente de migrantes digitales, mudándose de lo impreso a lo virtual en una era donde el uso de tecnología es una megatendencia, en la que los que no son nativos digitales deberán adaptarse necesariamente. Con la venta de este diario se acaba una dinastía de cuatro generaciones de la familia Graham, que incluyeron en la negociación la venta de otros de sus activos, como el diario Express, The Gazette Newspapers, Southern Maryland Newspapers, Fairfax County Times, El Tiempo Latino y Greater Washington Publishing, según Reuters. La venta y cierre de diarios en Estados Unidos en los últimos años asciende a cerca de 120 periódicos por motivos económicos, situación que se ha agravado no sólo por las secuelas de la crisis del 2008 que llevó a la quiebra a diarios como el Tribune, que publica Los Ángeles Times y el Chicago Tribune, sino también por la decisión de los anunciantes de ir a medios digitales, haciendo insostenible la operación de la prensa impresa. La tragedia va más lejos. El cierre o cambio a la digitalización conlleva a serios recortes de empleo en esta industria, por lo que los avances y cambios tecnológicos ciertamente significan un paso importante de los países hacia el futuro, pero ese paso puede ser doloroso. El futuro suena entonces más cómodo sólo para quien posee un negocio propio o tiene un empleo firme. Estamos ante un nuevo paradigma ante los hábitos del lector que muy bien han entendido los anunciantes en su éxodo hacia lo virtual. Los periódicos han dejado de ser atractivos para el joven consumidor, particularmente en países desarrollados, donde la sociedad del conocimiento ha impulsado modelos educativos con base en nuevas tecnologías que han trastocado la forma en allegarse de información. Hoy las bibliotecas comienzan a semejarse a los museos, lo que era novedad ayer hoy está obsoleto. Sólo aquellos diarios capaces de reconocer y lograr cambios de manera veloz podrán adaptarse a las nuevas circunstancias y sobrevivir, como lo es entre otras remplazar las publicaciones impresas por portales en Internet. La reducción simple en el número de días de publicación, como lo hacen periódicos de Michigan, como The Flint Journal o el The Bay City Times, que recortaron sus publicaciones a tres días, abate costos, pero no resuelve los riesgos de desaparecer. Aunado al cambio tecnológico hay que atender a las estrategias de negocio y la atracción de capital de inversión en una industria que pareciera estar perdiendo sus encantos ante mentes ávidas de generaciones líquidas, que se adaptan a cualquier cambio y tienden al olvido con la misma velocidad.     Contacto: Twitter: @ilrodrig e-mail: [email protected] [email protected]

 

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