Aeroméxico presentó su primer Boeing 787-9 Dreamliner llamado “Quetzalcóatl”, que será el más moderno del mundo y el cual le permitirá a la compañía incrementar la capacidad de pasajeros. “La capacidad de largo alcance para el verano del próximo año, en comparación con el de 2016, será de 20% (en vuelos) más, al meter más frecuencias en esos destinos”, dijo Andrés Conesa, director general de Aeroméxico. La ‘serpiente hermosa’ forma parte de un pedido realizado en 2012 a Boeing, que incluye 90 aviones 737 Max y 10 del nuevo 787-9, en lo cual se invertirán 11,000 millones de dólares (mdd). Con ello, el próximo año la aerolínea contará con un vuelo diario a Londres, al igual que a Ámsterdam y Tokio, en tanto que los viajes a Shanghái serán de tres a cinco frecuencias semanales. El 787-9 tendrá capacidad para 274 pasajeros en dos clases, con 30 asientos más que el modelo 787-8. De igual manera, la compañía analiza agregar otro destino en Asia, donde una de las opciones podría ser Corea, lo cual se concretaría en las próximas semanas. En los siguientes cinco meses, la empresa recibirá cinco 787-9, que se suman a los nueve 787-8 que ya tiene. El nuevo Boeing aterrizó desde Seattle al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) el pasado 12 de octubre, y tendrá rutas a Madrid, París, Londres, Ámsterdam, Tokio, Shanghái, Nueva York y Santiago de Chile. Respecto a la volatilidad en el tipo de cambio y su impacto en la compra de aviones, Conesa afirmó que el financiamiento de su primer 787-9 se realizó en un mercado de Japón, lo que le ha permitido obtener mejores créditos y tasas bajas, otorgándole mayor rentabilidad. Los primeros tres 787-9 que recibirá la empresa se financiarán en ese mercado. “Como tenemos una red de rutas muy amplia, más de la mitad de nuestra oferta de asientos está en mercados internacionales, tenemos forma de captar divisas, y eso hace que compense parcialmente la presión de costos en dólares”, afirmó. El directivo descartó un aumento en el precio de sus boletos para los pasajeros. Por otra parte, comentó que el avión consumirá 23% menos de combustible y la contaminación auditiva se reducirá en un 57%, mientras que las emisiones de dióxido de carbono serán 20% menos. Donna Hrinak, presidenta de Boeing para Latinoamérica, agregó que diversos componentes del nuevo modelo son fabricados en el país, como el tren de aterrizaje y las puertas. El precio comercial de un 787-9 es de 260 mdd, sin incluir las adecuaciones que realizó la aerolínea.

 

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