Walmart está haciendo realidad uno de sus sueños largamente anhelados: que la energía verde asequible sea desplegada a escala industrial.   Por Christopher Helman El techo de la tienda Walmart en Mountain View, California, está cubierto con paneles solares. Dependiendo de la hora del día proporciona hasta 15% de la potencia necesaria para hacer funcionar la tienda. El año pasado, el presidente Barack Obama pasó por aquí para dar un discurso sobre su plan energético. De pie frente a los estantes llenos de focos ahorradores en descuento, Obama destacó a Walmart como un ejemplo de responsabilidad corporativa. “Hace unos años ustedes decidieron instalar paneles solares en el techo de la tienda. Han sustituido algunos focos tradicionales con leds. Hicieron más eficientes los cascos de sus refrigeradores, e incluso pusieron una estación de carga para vehículos eléctricos”, dijo Obama. “Cada vez más empresas como Walmart se están dando cuenta de que desperdiciar menos energía no sólo es bueno para el planeta, sino que es bueno para los negocios, es bueno para las ganancias de la empresa.” Ésa fue una estrategia de relaciones públicas genial para una empresa que ha sido criticada por una serie de pecados corporativos, desde sus bajos salarios y sus deplorables condiciones  laborales hasta las acusaciones de fijación de precios predatorios y su comportamiento monopólico (naturalmente, ellos niegan estas cosas). Pero si la iniciativa energética de Walmart a veces huele un poco a lavado verde, el gigante con sede en Bentonville, Arkansas (ventas de 2014: 480,000 millones de dólares), es demasiado inteligente para perder dinero con ella. Más bien, el minorista ha descargado el capital de inversión –y todo el riesgo– a los socios, como SolarCity, que minimizan su exposición al adoptar todas las ventajas de los generosos subsidios del gobierno federal para invertir en energías alternativas.

“No estamos en el negocio de la sostenibilidad, estamos en el de los bienes raíces”: David Ozment, director de energía en Walmart. (Foto: Matthew Mahon para Forbes.)

Walmart ha instalado 105 megavatios de paneles solares –suficientes para alimentar unas 20,000 casas– en los techos de 327 tiendas y centros de distribución (aproximadamente 6% de sus sucursales). Eso es suficiente para que Walmart se convierta en el principal generador solar comercial en el país. Y tiene la intención de duplicar esa cifra para el año 2020. Todo esto es parte de un objetivo que el ex CEO Lee Scott estableció en 2005 para que Walmart fuera alimentado totalmente por energías renovables. Walmart consume una cantidad increíble de electricidad. La demanda de energía en todo el mundo es de aproximadamente 29,000 gigavatios por hora al año, según cálculos de Forbes. Estados Unidos probablemente representa aproximadamente la mitad de eso, lo suficiente para alimentar a 1.5 millones de hogares promedio. Forbes también estima que la factura eléctrica estadounidense de Walmart es de alrededor 1,000 millones por año. No está del todo claro si va a cumplir con ese objetivo, a pesar de que los CEO posteriores lo han ratificado año tras año. Walmart ahora recibe 26% de su energía en todo el mundo a partir de fuentes renovables, incluyendo la eólica, solar, baterías de combustible y energía hidroeléctrica. Eso está por encima del 13% de participación general de la generación de energías renovables en EU. “Para que sea más difícil para nosotros, todo lo que hacemos tiene que tener un sentido de negocio”, dice David Ozment, jefe de energía de Walmart. Si Ozment estuviera preocupado por hacer que el negocio funcione para las energías verdes podría sólo seguir el ejemplo de otros minoristas como Kohl y Starbucks, que se jactan de realizar 70% de sus operaciones libres de carbono, pero lo hacen mediante la compra de créditos de carbono o “compensaciones” para equilibrar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Si Walmart adoptara ese enfoque podría compensar su huella de 20 millones de toneladas por año de dióxido de carbono por alrededor de 200 mdd. Ozment descarta hacerlo como un truco contable. “La compra de créditos sería un elemento de costo añadido en lugar de lo que hacemos, que es reducir los costos”, dice. En cambio, Walmart ha reducido sus costos de energía por pie cuadrado de superficie de venta en 9%. Walmart ha reducido los costos de hacer lo que mejor sabe hacer: usar su influencia para convencer a sus proveedores a arriesgar su propio capital para obtener lo que quiere. Da acceso a su techo para SolarCity u otros instaladores, que pagan por instalar los paneles (a un costo promedio de alrededor de 1.2 millones por tienda). SolarCity luego vende la energía generada a Walmart, en virtud de un acuerdo a largo plazo, a un precio mucho menor que lo que la compañía eléctrica local cobraría. “La propuesta de valor es muy obvia”, dice Ozment, un ejecutivo de 66 años de edad, quien ha dirigido el departamento de energía en las tiendas Walmart desde 2003. “¿Por qué poner nuestro propio capital?” En una docena de tiendas de California SolarCity incluso ha colocado tecnología adicional, instalando baterías de emergencia desarrolladas por Tesla Motors. Le ayudarán a Walmart a ahorrar aún más mediante el almacenamiento de la energía solar durante las partes más soleadas del día para que puedan ser aprovechadas en la tarde, cuando los precios de la energía eléctrica basados ​​en la demanda son más altos. Walmart tiene una configuración similar con Bloom Energy, cuyas innovadoras celdas de combustible llamadas “cajas de Bloom” usan un proceso electroquímico más limpio para transformar el gas natural en electricidad. Hoy, 42 de las tiendas de Walmart en California tiene cajas de Bloom. Ahorran a Walmart 20% en comparación con la red eléctrica y emiten 35% menos carbono que las plantas de energía a gran escala. Constellation, una división del gigante de generación de energía Exelon, ha invertido un estimado de 200 mdd para instalar 20 megavatios de cajas de Bloom, suficientes para generar aproximadamente un cuarto de la energía necesaria en alrededor de 80 tiendas Walmart. Pero este tipo de acuerdos de financiamiento no funcionará en todas partes. Eso es porque la revolución de energía verde de Estados Unidos ha sido construida sobre una base de subsidios. Ahí está el crédito fiscal a la inversión federal, que permite a los inversionistas deducir 30% del costo de la construcción de estos sistemas. Y en California hay cientos de millones de dólares de los contribuyentes disponibles en reembolsos verdes y subvenciones. La mala noticia para Walmart y toda la industria de la energía verde es que el crédito fiscal federal de energía verde está a punto de expirar en 2017. Ozment no está preocupado. Después de todo, Walmart está acostumbrado a apretar a sus proveedores. “Es una oportunidad para que los servicios públicos repiensen su modelo de negocio”, dice. “No hay ninguna razón para que no pueda haber un ajuste.”

 

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