Por Matthew Herper Theranos anunció esta semana que despediría a 340 personas, algo así como el 43% de su fuerza de trabajo. La empresa de Elizabeth Holmes, una de las socias más jóvenes del magnate Carlos Slim, estará fuera del negocio de pruebas de sangre, una rama que ha estado bajo la mira de las agencias de gobierno luego de haber sido considerada promesa en la industria de diagnóstico. Lo que es asombroso de la decisión, que fue anunciada en una carta abierta de Holmes, es que representa un completo retroceso para la compañía. Lee también: La nueva socia de Slim tiene 31 años y 4,600 mdd  Dos años atrás, Theranos afirmaba que no vendería sus máquinas de autodiagnóstico y en vez de eso, usaría su tecnología de manera ultrasecreta para convertirse en un rival de firmas como LabCorp y Quest Diagnostics. Los pacientes podrían entonces tener análisis de sangre completo con un pinchazo en su dedo y no con una aguja en las venas. “Después de meses de cultivar nuestras fortalezas e identificar nuestras debilidades, hemos decidido mover la estructura de la compañía a un modelo mejor alineado con nuestros valores y misión”, señala Holmes en la misiva. Los inversionistas valuaron a Theranos en 9,000 millones de dólares bajo la premisa de que sería la siguiente compañía tipo LabCorp. Una explicación rápida de la valoración es el número que se obtiene cuando se suma el valor de todas las acciones en circulación de una empresa. Forbes estimó entonces que Holmes, que era dueña de la mitad de las acciones Theranos, poseía una fortuna de 4,500 mdd, el estimado era basado justamente en la valuación de la compañía. Al respecto: Peligra el negocio de Elizabeth Holmes, la socia más joven de Slim Ahora, Theranos cambió un poco el discurso, las cajas de diagnóstico que posicionarían a la firma como competencia de los principales laboratorios ahora serán producidas para venderse. La pregunta es: ¿a quién? Los clientes podrían ser Quest o LabCorp, incluso doctores con consultorios particulares. En agosto, Theranos presentó detalles de una máquina de diagnóstico de nueva generación. Los inversionistas no estuvieron muy emocionados al respecto, las dudas empezaron a surgir sobre si lo que prometía era real. Otro problema del discurso de Theranos es que la venta de cajas de diagnóstico es un negocio menos atractivo que venderse como la marca que desplazará a los grandes laboratorios. Los márgenes de ganancias no lucen igual. Cephied, una compañía muy exitosa en la misma rama de negocio, tiene un valor de 3,800 millones de dólares. Otras firmas de diagnóstico como OraSure valen menos (en el caso de OraSure, 445 millones). Oxford nanoporos, una compañía privada que ha hecho secuenciadores de ADN del tamaño de las memorias USB, tiene una valoración de unos mil millones de dólares. Lo mismo la startup de salud 23andMe. Theranos está tratando de empezar de nuevo, una misión difícil después de convertirse en uno de los favoritos, y luego, en un diablo a los ojos de los periodistas como yo. Eso será más arduo que comenzar desde cero, especialmente porque Theranos ha demostrado en varias ocasiones que no cuenta con los conocimientos que prometía. Después de todo, ¿qué empresa sale a decir que hará una prueba para detectar el virus Zika sin tener la aprobación de la FDA, todo, por no contar con los formularios de consentimiento? Ahora hay un ruido negativo alrededor de Theranos, los ojos de todo el mundo están posados sobre la compañía. En junio, bajamos nuestra estimación del valor neto Elizabeth Holmes a 0. Claro, ella podría tener dinero del que no sabemos, pero no lo suficiente como para ponerla en cualquiera de nuestras listas. Nuestras estimaciones apuntan a ser conservadoras. Esta cifra se basa en el supuesto de que Theranos valía apenas alrededor de 800 millones de dólares, por el valor del capital de sus inversionistas, además de la propiedad intelectual de sus patentes. Por ahora, lo único que parece claro es que la trayectoria de la empresa va en picada.

 

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