Aumentar impuestos podría generar recesión en México

Banamex sugiere  en un análisis económico que una reforma fiscal con objetivos de aumentar la recaudación entre 4 y 6% del PIB generaría un ambiente recesivo en el país.     Ante las especulaciones sobre la configuración de la reforma fiscal que propondrá el gobierno federal, Banamex advierte que una propuesta que incremente los impuestos para lograr un aumento de entre 4 y 6% del PIB podría generar una recesión para el país. En un comentario de análisis económico, la institución explica que la reforma fiscal buscará los medios para ofrecer cobertura universal en salud y en seguros de pensiones y desempleo en el plazo de un año, así como de abordar su gran dependencia de los ingresos del petróleo, las deficiencias de las actuales políticas fiscales y el desequilibrio inherente que se produce al ser el gobierno federal quien recaude la mayoría de los ingresos, y los gobiernos estatales quienes realizan la mayoría de los gastos. “Creemos que es una tarea complicada para un solo año. Existen varias razones que nos hacen creer en un enfoque incremental. La primera es que una reforma de la magnitud indicada por los medios haría que el enfriamiento económico se transformara en una recesión declarada”, señala el documento. La institución anticipa que abordar el desequilibrio entre los ingresos federales y los gastos estatales requerirá extensas negociaciones, políticas y económicas, por lo que es probable  que el gobierno no abra un frente tan amplio mientras la reforma energética esté en juego. “La modificación de tasas fiscales (como sugiere la información en los medios) provocaría una considerable incertidumbre en los cálculos de los ingresos reales a recaudar, dadas las interacciones entre los diferentes impuestos, los cuales probablemente serían imposibles de estimar. Creemos que los objetivos principales de la administración no han cambiado, pero tardarán tiempo en conseguirlos”, apunta. La previsión de Banamex ex que la propuesta del gobierno será más modesta, de un aumento de entre 0.5% y 1.5% del PIB en nuevos ingresos, lo suficiente para conceder a la administración cierto margen con los programas sociales y permitir que Pemex financie otros proyectos de exploración y producción, ya sea mediante alianzas conjuntas o por cuenta propia.