Fue un viernes su primer día de trabajo y la bienvenida no necesariamente había sido la más adecuada. “Llego a una oficina que está metida en un rincón, hecha para no ver a nadie, estar recluso; desde ahí leí que aquí algo andaba mal”, recuerda Benjamín Salinas, CEO de TV Azteca, en su primera entrevista de largo aliento con una revista de negocios. El sucesor de Ricardo Salinas Pliego –un empresario conocido por su carácter fuerte y su management vertical– comparte con Forbes México sus primeros pasos en la televisora y, sin rubor, confiesa las resistencias que ha encontrado al interior de la organización para darle rienda suelta a un activo fundamental de toda empresa de generación de contenido: la creatividad. “Lo que me encontré llegando fue una organización muy vieja, con prácticas y culturas muy viejas, de los 90, donde la cultura laboral estaba en último lugar”. “En una empresa como ésta, donde la creatividad es el principal driver, tienes que dar mucho espacio a la creatividad, atreverte a errar. Pero cuando estamos en una cultura antigua, de no cometer errores y no tomar riesgos, te empiezas a meter en una muerte lenta”. “Las telarañas del pasado siguen muy presentes en las personas que llevan 20 años trabajando aquí”. Benjamín Salinas no la tiene fácil. En este momento, tiene que operar con poco dinero frente a los vencimientos de deuda. El año pasado, la pérdida neta de TV Azteca fue de 3,157 millones de pesos, casi 20% más que el año previo. No obstante, en su último reporte de resultados TV Azteca registra un significativo aumento del flujo operativo y una mejora en el rating. “2016 fue un año muy bueno, y más considerando todo lo que venía adverso a nosotros, como una nueva cadena de TV [el arranque de Cadena Tres], los ingresos de publicidad cayendo y nosotros haciendo un mal trabajo en la pantalla”, admite Benjamín Salinas. “Pero, de que la empresa está muy endeudada, está muy endeudada”. De acuerdo con el nuevo “Estilo Salinas”, TV Azteca transita hacia su transformación, justo en un momento en el que los medios de comunicación están pasando por un momento decisivo ante una competencia feroz, la exigencia de nuevas narrativas por parte de las audiencias, la caída de la publicidad tradicional, el boom de nuevas plataformas y, por si esto no fuera suficiente, la tendencia creciente de fake news. “Esto es la jungla”, dice Benjamín, cuando habla de la irrupción de pseudolíderes en las redes sociales, que en ocasiones se imponen a quienes por años se han encargado de cultivar una reputación por su buen juicio. “Yo sí creo que la percepción puede ser más poderosa que la realidad y eso es lo que hemos estado viendo con todos estos mecanismos de periodismo informal, llámale las redes sociales; basta poner un post y, dependiendo del número de seguidores, eso se convierte en una opinión formal. ¿Qué responsabilidad tienen esas personas? Con el tiempo, eso se va a corregir y las personalidades con un sentido de responsabilidad editorial serán las que llevarán la voz cantante”. Es así como se presenta Benjamín Salinas Sada, un joven que tiene la enorme encomienda de darle la vuelta, ya, a una estructura muy robusta, que está obligada a renovarse o a desvanecerse en un mercado que exige nuevas formas de interacción. También puedes leer: Me encontré con prácticas muy viejas en TV Azteca: Benjamín Salinas Sada

 

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