Las redes sociales, nos gusten o no, han cambiado varios aspectos de nuestra vida diaria, a veces de manera tan discreta que no nos percatamos de su influencia.   Déjeme contarle que tan viejo soy: hace 20 años empecé a navegar por Internet. Lo hice por primera vez en la universidad. En realidad no sabía muy bien de qué se trataba todo ese rollo de la red. Vamos, ni siquiera tenía una idea clara de qué iba a buscar, ni de lo que iba a encontrar. Enviar un correo electrónico era tarea de nerds por la cantidad de comandos especializados que se necesitaban conocer. Y de adjuntar una foto ni hablamos: tenía que hacerse vía FTP. En ese entonces estaban en su apogeo las comunidades virtuales, el antecedente inmediato de las redes sociales. La más popular era sin duda GeoCities, una especie de ciudad virtual donde los usuarios podían construir una casa que no era sino una página web personalizada. De acuerdo a los intereses que se tenían, podían escoger entre uno de los 41 barrios que existían (había de arte, matemáticas, moda, etcétera) y se le asignaba una dirección con calle y número al perfil, como si en realidad fuera una casa. Tenía vecinos y se interactuaba con ellos. Muy teto, pero muy divertido para 1995. 2004 eran los tiempos pre-Facebook, red que celebra su primer aniversario. Sabemos que hace 10 años la red de Zuckerberg no era la más popular; vamos, ni siquiera estaba abierta al público en general. Era la época en que usted tenía Hi5 (no lo niegue) y tuneaba su perfil hasta que quedaba espantoso. También fue el momento de MySpace, red donde aprendió a hacer duckface, conoció a las Suicide Girls y contribuyó para que se generará todo el movimiento Indie en la música y el arte. Las redes sociales, nos gusten o no, han cambiado varios aspectos de nuestra vida diaria, a veces de manera tan discreta que no nos percatamos de su influencia. Y es que no hay un invento más Mcluhiano que los social media: son una extensión de nuestra personalidad en el mundo digital. Nos construimos, mostramos lo que queremos que los demás sepan de nosotros, compartimos nuestros gustos y opiniones y, en general, muestran nuestra personalidad a veces de manera más sincera de que lo que podemos hacerlo físicamente. En ese sentido, enumero cuatro actividades que se han visto cambiadas desde que las redes sociales explotaron hace un par de años. Evitaré la discusión sobre si causan adicción o se imponen sobre el contacto cara a cara porque ese tema está lleno de prejuicios, más que de verdades. 1. Socialización. Es un hecho: la amistad no es lo mismo desde que existe Facebook. Por una parte, las redes sociales pudieron acercar y reencontrar a personas que de otra forma hubieran perdido contacto desde hace muchos años, desaparecieron distancias y facilitaron la comunicación; aunque también han redefinido el concepto de mejor amigo, pues ahora se mide en likes y comentarios. La socialización a través de las redes sociales implica dos cosas: por una parte la manera en que el propio individuo se construye a sí mismo a través de publicaciones, fotos, opiniones y comentarios; y la forma en que los demás usuarios leen toda esta información. Para nosotros un perfil en Facebook dice más verdades que un interrogatorio con Tehuacán. Tan así es, que una relación amorosa no es tal hasta que no se publique en el perfil de los involucrados. Nuestros gustos, aficiones, fobias y opiniones ya no son nuestras: son de todas las personas que siguen a nuestro perfil. Veámoslo así, uno es quien realmente quiere ser a través de la virtualidad. 2. Negocios y Publicidad. Si las redes sociales trajeron consigo un nuevo modelo de socialización, ¿por qué la comunicación de las marcas tendría que ser la misma? La publicidad ha tenido que reinventarse, no sólo por el lógico cambio tecnológico que implica una comunicación basada en multiplataformas, sino por el hecho de que los consumidores han adquirido poder sobre las marcas. Con la introducción de las redes sociales a nuestra vida, se abren nuevos canales de comunicación y negocios que las marcas pueden aprovechar. Sin embargo, más que nunca los usuarios tienen el poder de decidir lo que ven en los medios digitales; ya no es la marca la que se impone al usuario, obligándolo a ver contenidos que no quería; por el contrario, son los usuarios quienes deciden qué marcas desean seguir y qué contenidos publicitarios consumir. Con el nuevo modelo de comunicación impulsado por las redes sociales, es responsabilidad de las marcas hacerse lo suficientemente atractivos para sus usuarios. 3. Movimientos sociales. Probablemente todo empezó en Seattle en 1999, en aquella manifestación que gracias a varias comunidades virtuales, logró coordinar a más de 40,000 personas para protestar contra el foro de la OMC. Y de ahí no paramos de contar. Los medios sociales se han convertido en una herramienta perfecta para la organización de los movimientos sociales, que van desde la lucha por los derechos animales hasta las más variopintas posturas políticas. ¿Por qué? Porque las redes sociales pueden acercar a personas que tienen una misma postura frente a temas de interés social, permitiendo que realicen acciones coordinadas y que compartan sus puntos de vista, fortaleciendo lazos que serían más difíciles de establecer en el mundo físico. 4. Información y entretenimiento. A la par que crecen las redes, se multiplica su contenido y ahora más que nunca podemos tener acceso a fuentes de información que en algunas ocasiones hacen un verdadero contrapeso a los medios masivos. Además han fomentado la aparición de prosumers, esos productores y consumidores de medios que inundan los medios digitales. La oferta es tan amplia, que puede encontrar entretenimiento e información para cada uno de sus estados de ánimo. Los negocios, la comunicación e incluso las personas ya no son las mismas desde que las redes sociales llegaron. Nuestros hábitos han ido cambiando paulatinamente, sin que nos demos cuenta. Sin embargo, lo que es realmente importante es entender en qué consiste el cambio en el modelo de los medios de comunicación y utilizarlo en favor nuestro. Ese es el punto. Ande, dele like a esta publicación y compártala en su muro. Contacto Twitter: @sincreatividad *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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