Por Lucía Burbano El Brexit se presenta como una oportunidad para varias ciudades europeas que aspiran a relevar a Londres como capital financiera de la eurozona. Será en marzo cuando el gobierno británico ejecute el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, para dar inicio a su salida de la Unión Europea (UE), que culminaría en un plazo de dos años. “Dudo que se produzca un éxodo masivo de empresas; algunas se marcharán y otras harán ajustes. Todo dependerá de las negociaciones”, estima Mark Yeandle, director asociado del think tank Z/Yen Group Limited. Actualmente, bancos y empresas sólo precisan de un pasaporte europeo para operar en el conjunto de la Unión. La salida de Europa implicaría que las compañías que permanezcan en Reino Unido requerirán de 27 permisos individuales para hacer negocios en los países que formen la futura UE. Yeandle no cree que exista una sola ciudad en Europa capaz de absorber todo el negocio que se desarrolla en Londres, ya que, tan sólo en la City, trabajan 454,700 personas, según datos de 2015 de la propia City. Es por ello, según exponen los expertos, que el escenario más probable es que el pastel se reparta entre varias ciudades. Para Yeandle, un centro financiero exitoso debería incluir un entorno legal y de negocios transparente, la atracción de talento, una legislación laboral favorable al empresario, una sólida infraestructura y reputación internacional. Tomando estos elementos como referencia, además de los estudios “Costo de Vida” y “Calidad de Vida”, realizados por la consultora global Mercer, comparamos las posibilidades reales de cuatro ciudades candidatas a hacerse con el trono de Londres. También puedes leer: Theresa May apuesta por ‘Brexit’ duro; Parlamento votará el acuerdo final La favorita Es la sede del Banco Central Europeo, de la Bolsa Alemana, y es la ciudad de la Europa continental con el centro financiero más importante. La ciudad de Frankfurt exhibe músculo financiero y se posiciona como la principal alternativa frente a Londres. “Es el competidor más serio y el destino favorito de bancos ingleses y estadounidenses”, dice Yeandle. Eric Menges, director de la agencia de promoción económica de Frankfurt Rhein-Main, visitó Londres en septiembre de 2016, para explicarle a un público compuesto por banqueros y empresarios las ventajas de su ciudad. “Estamos hablando con muchas compañías y consultores legales que están estudiando alternativas, pero dudo que se produzcan movimientos a corto plazo”, estima. Con 732,000 habitantes, Frankfurt promueve un modelo de éxito basado en la descentralización y en la cooperación con la región de Hesse, que cuenta con una población de más de 5 millones y aloja a empresas de sectores de la automoción, la electrónica o la ingeniería. Alemania lidera, con un 69%, la inversión extranjera directa, por delante de Reino Unido, que tiene un 43%, según la agencia de comercio e inversión de la región. De este porcentaje, un número importante se genera en su centro financiero donde están instalados 199 bancos (tres cuartas partes, extranjeros) y 7,900 compañías relacionadas con los servicios financieros. La cara negativa es la legislación alemana, mucho más proteccionista con los empleados que el sistema inglés o el irlandés. “En Francia y Alemania, despedir a un trabajador es un proceso largo y costoso”, explica Yeandle. Alemania podría revisar la legislación para hacer más atractiva la llegada de bancos e instituciones financieras. Una de estas medidas rebajaría la compensación económica recibida en caso de despido para aquellos que se encuentran en el escalafón más alto de salarios. En Reino Unido, el finiquito que recibe un banquero que gana 1.5 millones de euros, en caso de despido, es de 150,000 euros, mientras que en Alemania cobraría casi la totalidad de su sueldo.   Lazos anglosajones Desde el resultado del Brexit, al menos 35 compañías han preguntado a las autoridades irlandesas sobre las condiciones que ofrece el país en caso de mudanza. Dublín tiene el International Financial Services Centre (IFSC) que emplea a 38,000 personas (un 7.4% más que en 2015). La mitad de los bancos y aseguradoras más relevantes del mundo, como Merrill Lynch, Sumitomo Bank, ABN AMRO, Citibank, JP Morgan (Chase) o BNP Paribas, cuentan con sede allí. A su alrededor se han gestado otros servicios, como el desarrollo de software, startups o empresas de asesoramiento legal y contable. También puedes leer: Negociaciones del Brexit concluirían en octubre de 2018 Irlanda cuenta con un importante incentivo; la tasa de sociedades mercantiles más baja de Europa, con un 12.5%. La inversión extranjera directa genera más trabajos per cápita en Irlanda que en cualquier otro país de la Unión Europea, según informa el bufete de abogados ByrneWallace. Varios aspectos debilitan su candidatura; entre los principales, un mercado inmobiliario incapaz de acomodar un posible flujo de trabajadores y una escasa red de infraestructura. Su aeropuerto es, con 21 millones de pasajeros, el décimo octavo más transitado de la UE. Las autoridades están invirtiendo 80 millones de euros para ampliar su capacidad y, según McQueen, pronto anunciarán rutas directas con las principales ciudades de Asia.   La discreción Los apenas 2,568 km2 que forman el Ducado de Luxemburgo acumulan méritos para atraer compañías que busquen permanecer en la UE. Es el segundo centro de fondos de inversiones, por detrás de Estados Unidos; el primer mercado de sociedades cautivas de reaseguros de la UE y, con 143 entidades, es el principal centro de banca privada de la eurozona. A nivel económico, el Estado presume de unas cuentas aseadas: su deuda soberana es del 21,4%, muy lejos del límite del 60% establecido en los criterios de Maastricht. “Luxemburgo ha mantenido la calificación Triple A durante toda la crisis y, por tanto, no cuenta con la presión de tener que implementar medidas impopulares, lo cual refuerza su estabilidad política”, valora Georges Bock, socio responsable de tributación de KPMG Luxemburgo. El 58% de la banca privada proviene de Europa, cuyos países son fácilmente accesibles por carretera. El 46.7% de sus 576,200 habitantes son extranjeros y un gran porcentaje se traslada a diario para trabajar desde las vecinas Bélgica, Alemania o Francia. “El lenguaje empleado en los negocios es el inglés, incluso a nivel regulatorio, algo que no sucede ni en París ni en Frankfurt”, comparte el experto. Con un 26%, Luxemburgo pierde en la comparativa sobre el impuesto de sociedades, si se mide con Irlanda; en cambio, cuenta con el IVA más bajo de Europa, con un 17%. “La decisión de reubicarse en uno u otro país debe tomarse tras analizar el paquete completo, no los detalles”, advierte Bock. El Estado sólo está por detrás de Frankfurt en costo de vida y supera a sus posibles rivales en entorno sociopolítico, según el estudio de Mercer. Bock estima que la reputación del país no se ha visto afectada por las filtraciones reveladas en 2014 por un grupo de periodistas que mostraron que el gobierno colaboró en materias fiscales con 340 multinacionales, permitiendo que pagaran un impuesto de sociedades muy bajo, en algún caso de sólo el 1%, en perjuicio del resto de países de la UE. “El caso se volvió en contra de Luxemburgo porque la información provenía de allí, pero la realidad es que, cuando una empresa no tributa sus ingresos en ninguno de los países donde opera, el culpable no es sólo un país, sino el sistema de tributación internacional”. También puedes leer: Gobierno de May defenderá el Brexit pese a decisión de la Corte El arma de seducción En octubre, cuatro meses después de proclamarse el Brexit, La Défense, el distrito financiero de París, lanzó la campaña “¿Cansado de la niebla? Ven a conocer a las ranas” (Tired of the fog? Meet the Frogs), apelativo por el cual se conoce a los franceses en Reino Unido. La factura de esta campaña, que pretende captar la atención de empresas sobre los beneficios de hacer negocio en su ciudad, es de 350,000 euros. París está haciendo grandes esfuerzos de comunicación y mercadotecnia. El sitio web de Defacto, el organismo público encargado de la gestión de La Défense, es un compendio de datos sobre su distrito financiero: es la ciudad europea donde hay más sedes de empresas listadas en el Fortune Global 500; cuenta con 275,000 m2 de espacio disponible para oficinas; 500 compañías (un 34% de las cuales son bancos y aseguradoras) y 160,000 personas que laboran en el distrito. Marie-Célie Guillaume, directora general de Defacto, dice que París es la única ciudad europea comparable con Londres en términos de población e infraestructura de transportes, educación o servicios. “Siempre hubo interés por nuestro distrito, pero Brexit lo ha renovado”, admite. La Défense está conectada al centro de París por dos líneas de metro, 22 autobuses y 23,000 plazas de estacionamiento; además, están en construcción una línea de tren y otra de metro que reducirán el tiempo de llegada a los aeropuertos de París. El de Charles de Gaulle es el segundo de Europa por capacidad de movilización de pasajeros, con más de 63 millones en 2014. Pero, de estas cuatro ciudades, París es la más cara para vivir, según Mercer, y es la que cuenta con el precio de alquiler más costoso. Como le sucede a Alemania, el sector demanda una legislación laboral más flexible, algo sobre lo cual, explica Guillaume, ya existe consenso entre el gobierno socialista y los líderes conservadores de cara a las elecciones generales de 2017. Admite que los impuestos son más altos que en Reino Unido, pero, a cambio, los ciudadanos se benefician de un alto nivel de servicios públicos, y de educación y sanidad gratuitas. “Creo que París resulta muy atractivo. El problema es que los políticos de allí están lanzando mensajes contradictorios; un día dicen que van a incrementar impuestos y la regulación a los bancos y, al siguiente, les extienden la alfombra roja”, manifiesta Yeandle.

 

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