El Oráculo de Omaha y la empresa de internet más grande del mundo han conformado vastos imperios corporativos aparentemente inconexos, ¿qué sugiere esa estrategia?   Por Nathan Vardi Cuando General Electric anunció la venta de GE Capital y su salida del negocio de servicios financieros en abril, la medida lució como otro clavo en el ataúd del conglomerado estadounidense. El fin de la era del conglomerado de Estados Unidos ha sido anunciada por años, marcado por la ruptura de ITT en 2011, el máximo imperio industrial que surgió en la década de 1960. Pero esta semana algunos de los multimillonarios más prominentes de EU han puesto de manifiesto que la idea del conglomerado estadounidense no ha desaparecido por completo. Warren Buffett, de Berkshire Hathaway, anunció un acuerdo para comprar al proveedor aeroespacial Precision Castparts por 37,000 millones de dólares (mdd), expandiendo un imperio que se compone de empresas que van desde ferrocarriles hasta a ropa interior. Horas después del anuncio de Buffett, Larry Page y Sergey Brin renombraron su compañía Alphabet, una nueva estructura de conglomerado que contendrá a Google como una filial de Internet independiente de otras empresas que se enfocan en áreas que van desde los coches autónomos hasta la investigación y desarrollo de fármacos. ¿Buffett y los fundadores de Google podrán revivir la idea de una sola empresa que reúne varios negocios independientes en Estados Unidos? Parece que las probabilidades están en su contra. La época previa de los conglomerados produjo empresas que cayeron por su exceso de burocracia, los costos asociados y la contabilidad desaseada que obligaron a los accionista a revelarse o a migrar en masa. Estos días los fondos de inversión activistas con chequeras abultadas acosan a empresas que lucen desenfocadas o hinchadas. Tales ataques han ganado cada vez más aceptación y muchas veces terminan en empresas rotas. Algunas grandes corporaciones se están desmantelando a sí mismas, incluso sin mucha influencia de los accionistas. En realidad, nadie le dice a Steven Mitchell Rales qué hacer. Los multimillonarios hermanos fundaron Danaher al improvisar un conglomerado en expansión de empresas dedicadas a producir filtros de agua, imágenes dentales y dispositivos para pruebas médicas. Pero los hermanos Rales fragmentaron su imperio en mayo, escindiendo a Danaher para crear una empresa de ciencia y tecnología y una empresa industrial independiente. Los hermanos Rales ya construyeron Colfax, una gran empresa de fabricación industrial separada de Danaher, que cotiza en bolsa. Aún así, algunos de los factores que impulsaron las decisiones más recientes de Google y Berkshire Hathaway también existen en otras compañías estadounidenses, especialmente dadas las montañas de dinero en efectivo en los balances corporativos. Los fundadores de Google han construido su conglomerado por un largo tiempo y el anuncio del lunes simplemente reestructura la manera como administran esos negocios y reportan sus estados financieros. Buffett ha sido un maestro de la asignación de capital. Cualquier nuevo constructor de conglomerados tendrá que aprender este complejo arte.

 

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