Un pedacito de cielo encontramos en Viena, la ciudad de la música clásica y el buen café.   Por Begoña Cosío, The Happening   Freud, Lenin y Trotsky eran clientes asiduos de esta pequeña cafetería que se encuentra en la hermosa Viena. Su ambiente relajado ha hecho que miles de turistas se sienten a disfrutar del deleite de su café acompañado de sus exquisitos postres. Hasta 1938 era el lugar perfecto para realizar partidas de ajedrez. En el café sirven uno de los mejores strudels de la ciudad y qué decir del típico café vienés (no te puedes ir sin probarlo). Su ambiente es totalmente intelectual, era el lugar ideal para que se sentaran los grandes pensadores de cada época a tomar una taza y tratar de resolver el mundo. El 1913 el Café Central ponía para sus clientes más de 250 periódicos y revistas de toda Europa para que pasaran más tiempo en el local. El lugar ha tenido diversas remodelaciones con el paso del tiempo, pues durante la Segunda Guerra Mundial la cafetería fue destruida y cerrada para luego usarse como almacén. Lo renovaron hace 27 años y le dejaron su clásico estilo neogótico tan icónico de Viena; en la entrada tienen una escultura del “cliente asiduo”: un señor sentado en una mesa a punto de pedir su desayuno. Lo que daríamos por estar en Viena tomando un buen café. Si estás por allá no dudes en visitarlo.  

Foto: Cortesía The Happening

 

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