El funcionario incómodo de las empresas dominantes en México advierte que es hora de sepultar los privilegios y que, muy pronto, la competencia en los mercados dejará de ser un simple discurso.   Por Jonathán Torres Eduardo Pérez Motta, protagonista de esta historia, nunca olvidará la fecha y el entorno en el que se tejió esta estampa: 2 de diciembre de 2012, en la tarde, mientras manejaba en carretera acompañado por su esposa. Un evento, que registró mientras escuchaba la radio, hizo que le brillaran los ojos: Enrique Peña Nieto, quien un día antes había asumido la Presidencia de la República, firmó el Pacto por México con buena parte de la nomenclatura política para, entre otras cosas, acabar con los privilegios y sepultar las prácticas monopólicas. El zar antimonopolios, refresca en su memoria el día que le permitió alimentar su optimismo, dejando a un lado la idea de que su país no tenia salvación, después de una larga temporada de desventuras: “Ese domingo escuché el discurso del Presidente y la verdad me provocó un enorme entusiasmo. La firma del Pacto por México representa aires muy frescos para el país”. Sin embargo y fiel a sus costumbres, cree que cualquier cosa puede pasar y que lo que escuchó, al paso del tiempo, se puede convertir en un mal chiste. Bajo ese contexto, al interior de la Comisión Federal de Competencia (CFC) no se descarta la maquinación de una estrategia para quitarle filo. De inicio, las sospechas recaen sobre el Congreso, específicamente en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados – a cargo del panista Mario Sánchez Ruiz-, donde se discute una minuta que fue aprobada por el Senado de la República y que podría modificar radicalmente el funcionamiento institucional de la CFC. Por lo pronto, Pérez Motta en la administración pública federal es el funcionario con la clave IB3, pero en realidad se le conoce por ser el Presidente de la CFC, la piedra en el zapato de los poderes fácticos.   “No es asunto personal” ¿Con el regreso del PRI al poder, crees que se mantendrían los privilegios? Los monopolios no nacieron ayer, germinaron en tiempos del PRI…  No soy parte de ningún partido político. Lo que veo es que necesitamos tomar decisiones que promuevan un mayor crecimiento, y éste lo vamos a lograr con una economía más productiva. Para eso requerimos más competencia. Así de fácil lo veo. Si logramos que este país crezca a tasas entre 5 y 5.5% promedio, durante un periodo de 15 años, generaremos una clase media sólida, con lo que crecerá el mercado interno y ello representará oportunidades extraordinarias para las empresas. No hay de otra. Eso sólo lo lograremos con una economía de mercado en un ámbito competitivo, donde las empresas pequeñas y medianas no se enfrenten a regulaciones que les impidan crecer, aprovechen su talento y su creatividad en el más alto de los sentidos. Tenemos que aspirar a un aprovechamiento cabal de lo que es el beneficio del mercado, tanto por el lado de la oferta como por el lado de las empresas y de los consumidores. Puede existir un resquicio legal que adelante tu salida de la CFC. Podría existir el ánimo de sacar al funcionario incómodo, antes de lo previsto… Sí, eso siempre puede pasar y la verdad es que no tengo ningún problema con eso. Yo estoy haciendo algo en lo que creo, y tengo una ley que defender y operar. Tengo una formación que me lleva a estar convencido de que solamente una economía de mercado en un ambiente competitivo, de competencia, va a lograr los beneficios para toda la sociedad. Eso lo haré en la CFC o en otro lado. No me provoca insomnio (su salida producto de una vendetta política). Al contrario, debería generar preocupación en otros lados porque el respeto a las instituciones no es un asunto personal, sino un asunto de principios. Los elementos que distinguen a un país desarrollado de uno que no lo es, es la fuerza, el valor, la credibilidad y el respeto a sus instituciones.   “No pienso en mi reelección” ¿Cuáles serán las grandes batallas que este año se librarán en materia de competencia? Ocurrirán en los sectores que son esenciales para hacer más productiva a esta economía: telecomunicaciones, transporte en todas sus modalidades, servicios financieros y energía. Claro, la competencia se aplicará en todos los sectores. De acuerdo con lo que ha dicho el Presidente, el primero con el que vamos a empezar es el de telecomunicaciones, no porque sea el único, sino porque es un sector que está lejos de tener la eficiencia que todos quisiéramos. ¿Por dónde vendrá el golpeteo?  No lo sé. Lo que sí creo es que se requiere más competencia en TV. Ya se anunciaron por lo menos dos cadenas abiertas de TV y creo que también habrá que tomar decisiones regulatorias que pongan en orden a las empresas que la propia CFC ha definido como empresas que tienen mayor dominio en los mercados de las telecomunicaciones. Debemos terminar el año con un marco muy claro, con decisiones muy bien tomadas en materia de TV, telefonía fija y móvil, TV de paga e Internet. En estos días, y hasta el último minuto del primer trimestre de 2013 ( el pasado 31 de marzo), se espera que la CFC emita varias resoluciones en torno de asuntos de gran calado, que ya han derramado mucha tinta en los diarios, y que podrían alborotar a algunos sectores. Entre los temas más álgidos se destacan: la aprobación de la compra del gigante de las pinturas Comex, por 2,340 millones de dólares (mdd), por parte del emporio estadounidense Sherwin Williams; así como el proceso de reconsideración, en el caso Nestlé-Pfizer para permitir la producción en conjunto de las fórmulas de leche para bebé y alimentos infantiles. Otro caso, que ya se resolvió al interior de la CFC, fue la multa conjunta de 4,6 mdp impuesta a Industrias Bachoco y Pollo Industrializado de México, así como a tres comercializadores, por prácticas monopólicas absolutas. Eduardo Pérez Motta sostiene que la competencia es un destino inevitable para el país tomando en cuenta los “graves” resultados que ha generado no tenerla. “Entonces el impacto de la falta de competencia sobre la sociedad mexicana, de entrada, es muy grande, pero además es regresivo porque le pega más a quien menos tiene”, afirmó. Si libras las batallas y no hay un poder fáctico que te tumbe, ¿considerarías tu reelección? En 2006 propuse al Congreso eliminar la reelección porque creo que ésta, para cualquier comisionado, es algo negativo, ya que en el momento en el que hay reelección podrían cambiar los incentivos de tus decisiones, sobre todo al final de tu gestión. Eso no es conveniente, no va en línea con un buen diseño institucional. Así, lo digo de una vez: no existe la posibilidad de reelección en la CFC, y si existiera, yo no quisiera continuar. Ahora, esté donde esté seguiré trabajando en temas que promuevan la eficiencia en los mercados.

 

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