La argentina YPF anunció que tiene casi listo un acuerdo con el gigante energético para que éste invierta 1,500 mdd para explotar sus reservas de gas de esquisto (las terceras del mundo), pero tras la expulsión de Repsol sin compensación, ¿valdrá la pena el riesgo?   Por Agustino Fontevecchia   Chevron puede estar haciendo un pacto con el diablo. El miércoles, el productor argentino de energía YPF anunció que había llegado a un “acuerdo definitivo” con el gigante mundial de petróleo para desarrollar la cuenca de Vaca Muerta, considerada por Chevron como la segunda mayor reserva de petróleo no convencional en el mundo. El segundo mayor productor de petróleo y gas de Estados Unidos se ha comprometido a invertir 1,500 millones de dólares (mdd) en la primera fase del proyecto, que el gobierno argentino necesita desesperadamente después de haberse visto obligado a importar energía por primera vez en 17 años en 2012. Frente a la inflación y la presión fuera de control sobre sus valiosas reservas de divisas, la administración de Cristina Kirchner nacionalizó a la fuerza  YPF el año pasado, expulsando a la española Repsol sin compensación, lo cual da una idea del tipo de riesgos que Chevron está dispuesto a tomar con este acuerdo. No se ha presentado ningún documento normativo ni se ha firmado un acuerdo “definitivo”, pero el jueves Miguel Galuccio, director de YPF, anunció que tras de cinco meses de negociaciones, Chevron está a bordo del proyecto. La oficina de prensa de Chevron no respondió a una solicitud de comentarios, pero su jefe de operaciones en América Latina y África, Ali Moshiri, confirmó la noticia a Reuters. Advirtiendo que las cuestiones legales no “detendrán nuestro progreso en cuanto a decisiones comerciales”, Moshiri elogió el campo Vaca Muerta en Argentina, donde piensan invertir 1,500 mdd, para duplicar el número de pozos de YPF y aumentar la producción. “Miras a Argentina desde el punto de vista geológico, y es el número dos [en el mundo]”, dijo Moshiri, “algunas personas dicen que China es el número dos, pero en realidad si nos fijamos en las características geológicas y volumétricas del petróleo de esquisto, Argentina es el número dos.” Argentina alberga algunas de las formaciones de esquisto más prometedores del mundo, en particular el campo Vaca Muerta. Según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, el país latinoamericano alberga más de 770 billones de pies cúbicos de gas de esquisto recuperable, la tercera reserva más grande del mundo detrás de China y EU, indica el reporte. YPF estima que Vaca Muerta tiene 22,800 millones de barriles de petróleo y gas. Y es por eso que Chevron se lanza al vacío a pesar de los enormes riesgos potenciales. Con los 1,500 mdd de Chevron el recuento de pozos irá de los 50 que hay hoy hasta más de 100 en 12 meses, de acuerdo con YPF, mientras que se perforarán 25 pozos exploratorios adicionales en Vaca Muerta y las formaciones Cacheuta. YPF anunció que necesita recaudar alrededor de 15,000 mdd para desarrollar plenamente el primer grupo de campos de esquisto, y ya ha firmado un contrato con Bridas, una petrolera propiedad de los multimillonarios argentinos Carlos y Alejandro Bulgheroni y CNOOC de China, de acuerdo con FortunaWeb de Argentina. La petrolera argentina espera que el acuerdo “definitivo” con Chevron que se firme en en julio. Las principales empresas petroleras se ven forzadas a operar en entornos de alto riesgo, firmar acuerdos con dictadores y perforar aún en las condiciones más peligrosas. En este caso, Chevron entra en un campo minado. El recuerdo de la nacionalización del 51% de la empresa que estaba en manos de Repsol aún está fresca en la memoria de los inversionistas, con una baja de 50% en los ADRs negociados con EU % desde que se anunció la nacionalización y casi un 70% desde que los rumores de la jugada comenzaron a circular. Repsol demandó al gobierno argentino y busca alrededor de 8,000 millones de euros, (unos 10,300 mdd) como pago en restitución, y se ha comprometido a emprender acciones legales contra cualquiera que quiera trabajar con YPF, Repsol sigue siendo propietario de entre el 6% y el 11.9% de la compañía, según el expediente que se lea; el multimillonario Carlos Slim Helú posee aproximadamente 8.4%. Sin embargo, los litigios potenciales de Repsol no son el mayor peligro, el Estado argentino lo es. El año pasado, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se vio obligado a enfrentar el primer déficit energético de Argentina en 17 años, obligándola a aprovechar sus valiosas reservas de divisas. En un país que se ha cerrado a sí mismo a los mercados internacionales, el dólar estadounidense, la moneda de reserva mundial, es difícil de conseguir. Dados los controles de precios internos, YPF redujo sus inversiones en Argentina y comenzó a exportar sus beneficios a través del pago de dividendos, lo que desató la ira del gobierno, que aprovechó la oportunidad, y el momentum que se ofrecía el descubrimiento de Vaca Muerta, para expulsar a la empresa española del país. La inflación rampante en Argentina es en parte consecuencia de dicho control de precios, que se extienden a lo largo y ancho. Los subsidios para incentivar el consumo y mantener los bienes básicos baratos han desplazado a la inversión productiva, ya que las empresas se ven obligadas a vender a precios fijos. Con una inflación en torno al 25% de acuerdo a los indicadores privados (el gobierno ha intervenido la Oficina de Estadísticas), la demanda argentina de dólares se ha disparado mientras los ahorradores buscan mantener el valor de sus propiedades. Con cada vez menos dólares, el gobierno de Cristina trató de acordonar las transacciones en la moneda estadounidense. Esto ha empantanado la economía, impulsando la inflación al alza y creado un mercado negro de dólares que valúa la moneda en casi el doble que el tipo de cambio oficial. Chevron no está solo en la firma del pacto con el diablo. Otras firmas globales que actualmente operan en Argentina son la brasileña Petrobras, Exxon Mobil, Apache Corp, los dos últimos también están involucrados en Vaca Muerta. Desde el punto de vista de los recursos naturales, Argentina es uno de los países mejor dotados del mundo, con vastas reservas de energía y una geografía increíble para la producción agrícola. La población es muy educada y son vecinos una de las nuevas economías más importantes del mundo: Brasil. Sin embargo, la inestabilidad política ha afectado a la nación sudamericana desde hace años. A Chevron no parece importarle. Y las ganancias parecen valer la pena. La pregunta sigue siendo, sin embargo, si el sueño de Chevron durará lo suficiente como para verlas.

 

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