Contra todo pronóstico y siendo madre de una niña, Marisol Alfaro ha logrado sacar adelante su empresa  de chocolates gourmet. Con una idea fresca en un campo sumamente explotado, ella se suma al nuevo concepto de pequeñas y medianas empresas que esta tomando auge en el mundo de los negocios.    Por Lourdes Contreras La noticia de que estaba embarazada obligó a Marisol Alfaro a buscar una alternativa laboral compatible con el cuidado de su hija. Vivía en una paradoja: estudió Sistemas de Cómputo, pero sabía que enrolarse en una empresa le implicaba trabajar de tiempo completo, cuando estaba decidida a cuidar a su bebé. Fue entonces que inauguró una boutique de chocolates llamada L´atelier du chocolat. “Siempre he sido amante del chocolate y, junto con mi hermana Rocío, descubrimos que el nicho de chocolates gourmet no estaba tan explotado y nos lanzamos a esa aventura”, dice. Así empezó a construir su emprendedora historia: importó chocolate de Bélgica y la innovación inicio en casa cuando lo combino con distintos licores. Hoy, L´atelier du chocolat está en el inicio de una nueva etapa que significa duplicar su número de puntos de venta en el periodo 2013-2016. Ello le permitirá crecer su base laboral, que actualmente asciende a 50 colaboradores. “Estamos en la etapa de madurez de nuestro negocio. La expectativa es pasar de ser una empresa familiar a una empresa institucional”, comenta Marisol, quien ahora que su hija está por cumplir 15 años está dispuesta a trabajar al mil para aumentar su penetración.

 

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