El verdadero desafío del sitio es convencer a los adolescentes, esos que crecieron accediendo de forma gratuita a sus contenidos y son los que dejan más clicks, de que paguen por contenido y no se muden con la competencia.   Por Dorothy Pomerantz   Recientemente Internet ha sido un hervidero con la noticia de que YouTube pronto podría cobrar por la suscripción a algunos canales. Según varios reportes, las suscripciones serían tan bajas como 1.99 dólares por mes y funcionarían de forma similar a los paywalls de las versiones digitales de algunos periódicos. En los últimos años, Google ha tratado de que YouTube deje de ser el salvaje oeste de los videos de gatitos y accidentes de patineta para convertirse en sitio legítimo al que las personas puedan volver con regularidad para ver videos de sus personajes favoritos. El año pasado Google prometió 200 millones de dólares para ayudar a comercializar 1oo nuevos canales profesionales de personalidades como Jay-Z y Sofía Vergara. Sin embargo, no está claro aún si esos serán los canales que exigirán cuotas de suscripción. YouTube no se ha pronunciado al respecto. Los nuevos canales profesionales no son los más populares del sitio. Según VidStatsX, el canal más visto en estos momentos es Vevo, que cuenta con videos y noticias sobre artistas pop, el cual es seguido en popularidad por Machinima, JustinBieberVEVO y RihannaVEVO. Un vistazo a los a los canales con más suscripciones muestra una lista de canales de la cual la mayoría de las personas de más de 25 años probablemente nunca ha escuchado hablar: Smosh, JennaMarbles, RayWilliamJohnson y nigahiga. ¿Qué tienen en común todos estos canales? Su público principal son los adolescentes,  personas que crecieron viendo videos de forma gratuita. Google (y las empresas detrás de los canales) tienen por delante el gran reto de convencer a estas personas de pagar por los contenidos que les gustan. Además de estar acostumbrados a ver sus videos de forma gratuita, estos adolescentes son volubles, si el acceso a un sitio de repente se vuelve más difícil, es probable que encuentren otro proveedor de videos parodia a seguir. Según el New York Times, los canales que podrían volverse de pago serían los que cuenten con programación infantil, de entretenimiento y musicales. Eso es bastante vago y puede o no incluir algunos de los canales más populares. La implicación aquí parece ser que YouTube tiene la esperanza de emular el éxito de Netflix y Hulu Plus. Pero para lograrlo tendrá que ofrecer contenido por el que la gente no esté pagando en otros servicios de suscripción. Que la gente empiece a pagar por contenido de YouTube implicará un cambio mental radical y me da muchísima curiosidad la forma en que se desarrollará. En tiempos en los que es cada vez más difícil que la publicidad asegure  ingresos, las suscripciones pueden ser la ola del futuro, pero sólo si YouTube puede convencer a la gente de que tiene que pagar.

 

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