Colombia despega / Primera parte: Colombia quiere colocarse como uno de los principales destinos de inversión en Latinoamérica, y enterrar su pasado violento. La estrategia para lograrlo parece dar frutos, pero aún existen pendientes. Lograr la paz definitiva con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es una de las condiciones necesarias para garantizar la estabilidad económica.     La historia de Colombia parecía contarse sólo por las 20,000 víctimas que dejó la guerra contra el narcotráfico y el conflicto armado al interior del país. Hoy, el reto es expresar el presente a través de las cifras de crecimiento económico. La nueva cara de Colombia parece asomarse. El Banco Mundial coloca al país sudamericano en la posición 34 entre 189 países con el mejor clima para invertir y hacer negocios en Latinoamérica, de acuerdo con la última versión del reporte Doing Business. Tan sólo en un año, el país logró avanzar 19 puestos en comparación con el reporte emitido en 2013 por la institución a cargo Jim Yong Kim, lo que le ha permitido superar a México en la medición global. La nación gobernada por Juan Manuel Santos quiere ser el nuevo rey de los negocios en la región. Ciudades como Medellín, donde nació el mayor capo colombiano del narcotráfico, Pablo Escobar, es considerada la metrópoli más innovadora del planeta. “El plan colombiano para atraer inversiones se encuentra alejado de diferencias políticas y apuesta con el sector privado a seguir apuntalando planes de desarrollo”, explica Carlos Jaramillo Velásquez, consultor de la Agencia de Cooperación e Inversión de Medellín y el Área Metropolitana (ACI). La misión de las oficinas comerciales de Colombia alrededor del mundo es atraer  inversionistas de todo el continente americano, con especial interés en Estados Unidos, Canadá y México. Sin embargo, el momento colombiano aún tiene pendientes que pueden amenazar su despegue. Lograr la paz definitiva con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es una de las condiciones necesarias para garantizar la estabilidad económica, mientras que el crecimiento de la infraestructura para hacer negocios es otro reto sobre la mesa. Hoy, el país que vio nacer a Gabriel García Márquez quiere mostrar un territorio que puede seducir con sus logros económicos a los inversionistas, para cicatrizar las heridas que dejó la violencia en el pasado y hacer suya una nueva realidad: Colombia está de moda para invertir.   Colombia, ¿el nuevo país de moda? Carlos Prieto es uno de los colombianos que ha percibido los cambios en el ambiente empresarial de su país. Es gerente de suministros en la empresa Marcopolo, una de las firmas más grandes que fabrica carrocerías de autobuses en el mundo. Desde su planta a las afueras de Bogotá, la compañía produce más de 3,800 unidades bajo sellos como Volvo, Volkswagen y Hyundai, con más de 1,450 empleados contratados de forma directa e indirecta. En la última década, el sector industrial de Bogotá recibió 8,000 mdd, lo que representa 66% de la inversión extranjera manufacturera de Colombia. “El consumo interno y externo impulsan la demanda de productos desde Bogotá”, dice Mauricio Contreras, oficial de Inversión de Invest in Bogotá. Los cambios al marco de regulación financiera, las medidas legales para proteger a los prestadores y usuarios de crédito, así como la ley de garantías inmobiliarias, forman parte de los elementos que le brindan al país un buen ambiente para hacer negocios, de acuerdo con el Doing Business. La batuta de la promoción para inversionistas la lleva el equivalente a ProMéxico. Proexport Colombia es la oficina de promoción de exportaciones no tradicionales en mercados con potencial, la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) en Colombia, así como el posicionamiento del país como destino turístico. “Colombia ha elevado sus niveles educativos y su infraestructura, lo que nos permite posicionarnos como destino de inversión en el continente”, dice Juan Carlos González, vicepresidente de Inversión Extranjera. Uno de los secretos del éxito se ha basado en ubicar a las empresas venideras en las llamadas zonas francas, que son espacios industriales que ofrecen beneficios como impuesto de rente preferencial, exenciones en el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y aranceles de compras e insumos. Prieto es uno de los directivos que constata los beneficios otorgados por el gobierno y permiten que la empresa para la que colabora mantenga su operación. En los últimos tres años, el  Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia ha crecido a tasas superiores a 4%, mientras que la región de América Latina tan sólo creció 2.6%. La fórmula colombiana parece dar resultados. En 2013 la IED se incrementó 8%, lo cual se tradujo en un monto de 1,224 millones de dólares.
PIB anual e Colombia a precios constantes de  grandes ramas de actividad económica, de acuerdo con el Banco Central de Colombia.

PIB anual e Colombia a precios constantes de grandes ramas de actividad económica, de acuerdo con el Banco Central de Colombia.

  Los peligros del pasado A pesar de los esfuerzos que se han hecho para mitigar los problemas de inseguridad que rodean a Colombia, esta nación es considerada la más violenta en América Latina, seguida por México. Colombia ocupa la posición 150 de 162 países a nivel mundial que integran el Índice de Paz Global que elabora el Institute for Economics and Peace, en donde las primeras posiciones son para las naciones más pacíficas, mientras que las últimas corresponden a las más violentas. De acuerdo con esta medición, el costo de la violencia en territorio colombiano es de 50,670 millones de dólares (mdd), mientras que para México es de 172,785 mdd, y ocupa la posición 138.  
Fuente: Índice de Paz Global.

Fuente: Índice de Paz Global.

Pero la confianza no cede a pesar de los pendientes. En 2014 la calificadora Moody’s subió un grado la calificación de Colombia, de ‘Baa3’ a ‘Baa2’. Además, Standard and Poors y Fitch Ratings otorgaron al país la calificación ‘BBB’ y ‘Baa2’, respectivamente, lo cual se traduce en una racha de  consolidación como una economía sólida y con baja incertidumbre económica. El gerente de Suministros de Marcopolo insiste en que la competitividad de Colombia depende de que otras empresas también confíen en el país como destino de sus inversiones. Carlos Prieto es fiel testigo del avance de las inversiones en Colombia a través de la empresa para la que trabaja, y sabe que la economía de su país es como una de las carrocerías que fabrica diariamente, a la cual sólo le falta ponerle el motor para avanzar. La llegada de nuevas empresas internacionales es la opción para equipar el autobús colombiano. “Tenemos confianza en que la ubicación del país puede ser estratégica para atender el mercado sudamericano, y atraer empresas que impulsen a toda la industria”, dice.

 

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