Más de 90% de las empresas en México considera que un plan de sucesión es vital para darle continuidad a los negocios, pero sólo 16% dijo contar con uno.   Por Mayra Gómez En México, las empresas familiares son las principales generadoras de empleo y riqueza en el país, y realizan sus actividades productivas principalmente en los sectores manufacturero, ventas al por menor y en el sector financiero, pero deben enfrentar complicadas situaciones como las restricciones financieras y la carga impositiva. Según la Encuesta a Empresas Familiares en México 2014 de PwC, este tipo de organizaciones a nivel microeconómico enfrentan desafíos internos como la reorganización de las operaciones, la contratación y capacitación del talento humano, los nuevos desarrollos tecnológicos, así como las dificultades asociadas a su esencia familiar y que incrementan los riesgos para trascender exitosamente a las siguientes generaciones. Los datos más recientes señalan que la sobrevivencia de la primera generación a la siguiente es de 32%, y sólo 12% de las empresas familiares llega a la tercera generación. La encuesta señala que los principales desafíos intrínsecos a la condición familiar de la empresa son tener un plan de sucesión formal y documentado, que incluya reglas claras para todos los integrantes; la institucionalización de los órganos de gobierno y administración de la empresa; la profesionalización de las posiciones que ocupan los familiares, y el establecimiento de mecanismos de comunicación efectivos. La experiencia ha demostrado que para lograr una sucesión exitosa es necesario el establecimiento de reglas claras (plan de sucesión) para todos los integrantes, las cuales deben incorporar aspectos fundamentales que afectan directamente a la empresa, como las relaciones entre los accionistas, la distribución de los flujos de efectivo, la constitución y reglas de operación de los órganos de gobierno y del equipo directivo y gerencial, los planes estratégicos y de negocio, así como los programas de capacitación para los familiares de la siguiente generación. El plan de sucesión debe considerar temas como la elección del sucesor y el programa que debe observar para que en algún momento pueda tomar la posición del patriarca; los esquemas de compensación asociados a indicadores de desempeño para todos los familiares que trabajen en la empresa; las estructuras legales que ofrezcan certeza a todos los involucrados; la adopción de los valores y estilo de la familia plasmadas en un protocolo familiar, y el diseño organizacional de la empresa familiar. Uno de los aspectos fundamentales para que las reglas sean observadas por cada uno de los involucrados es contar con un proceso de comunicación efectivo y continuo, que esté vigente y alineado con la estrategia de los negocios y de la propia familia, de tal forma que los vaya conduciendo a convertirse en una familia empresaria. Uno de los resultados más significativos de la Encuesta a Empresas Familiares realizada por PwC en México fue que para más del 90% de las empresas, contar con un plan de sucesión es vital para darle continuidad a los negocios y que la empresa no pierda su valor; sin embargo, sólo el 16% señaló que cuenta con un plan formal, estructurado, definido y comunicado al resto de los familiares. Lo anterior muestra que hay mucho camino que recorrer para las empresas familiares en México que quieran trascender a las siguientes generaciones y conservar y hacer crecer su patrimonio familiar empresarial.   Mayra Gómez es gerente de Consultoría Empresas Familiares de PwC México ([email protected]).   Contacto: Twitter: @PwC_Mexico Facebook: pwcmexico YouTube: PwCMX Página web: PwC México Blog: PwC México   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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