Si tu empleo actual no te llena tanto como solía hacerlo y quieres cambiar de aires, debes tener cuidado y seguir estos 11 pasos que nos comparten los expertos.   Por Susan Adams Se supone que si tienes trabajo y quieres cambiar de aire debes buscar sin que se entere tu jefe. Si tu supervisor se entera, pensará que simplemente ya no estás interesado en tus responsabilidades actuales, dejará de permitirte elegir tus asignaciones, no te elegirá para el equipo encargado de elaborar esa presentación para la reunión anual en Cancún y no, no te enviará a la conferencia de la industria en Las Vegas ni abogará por un aumento de sueldo la próxima vez que haya revisiones generales. Pero no temas, aquí te diré cómo puedes protegerte de esos malos resultados. Sin embargo, primero debo señalar un escenario alternativo: tu jefe podría darse cuenta de que está en peligro de perderte y te ofrecerá un aumento de sueldo y un ascenso para que no lo dejes. Eso ha ocurrido aquí en Forbes más de una vez. No obstante, en la mayoría de los casos es más prudente guardar silencio acerca de tu búsqueda de empleo hasta que tengas una oferta sólida en la mano. Es hasta ese momento que puedes dar a tus jefes actuales la oportunidad de conservarte. También ocurre que muchas personas se embarcan en una búsqueda de trabajo sólo para darse cuenta de que el puesto que tienen es mejor que las nuevas oportunidades que descubren. Si quieres quedarte, por lo general es mejor no hacer olas. Ejemplo: La consultora de carrea Debra Feldman, que trabaja sobre todo con ejecutivos de alto nivel para armar estrategias de búsqueda de empleo, tenía a un cliente programador de computadoras en una firma de análisis de datos. Él era el presidente de su compañía, que fue adquirida por Nielsen. Después de la adquisición, se encontró varado en juntas interminables en lugar de perseguir a su verdadero amor: el código. Feldman le ayudó a buscar varias oportunidades, incluyendo un trabajo en la India, pero él terminó por darse cuenta de que su trabajo actual no era tan malo y que tenía ventajas irremplazables, como el hecho de que podía ir en bicicleta al trabajo. Después de una búsqueda de seis meses, decidió que no quería hacer un cambio después de todo. “Decidió que el pasto en realidad no era más verde del otro lado de la cerca”, dice Feldman. “Él descubrió que podía gestionar internamente para pasar a una situación diferente en la que fuera más feliz.” Si él hubiera dejado que su búsqueda de empleo saliera a la luz pública, podría haber dañado su estatus en su antiguo trabajo y dificultar ese movimiento lateral. Pero hubo un lado positivo en  su búsqueda. Él hizo lo que todos debemos hacer todo el tiempo: Salió y tocó base con su red de contactos influyentes en su campo, construyendo relaciones que podrían dar sus frutos en el futuro. “El mejor tipo de búsqueda sigilosa de empleo es el desarrollo de contactos que podrían reclutarte”, dice Feldman. En otras palabras, si eres bueno manteniendo tu red de contactos profesionales, no tienes que comprometerte a realizar un difícil y largo proceso de búsqueda de contactos en empresas en las que es posible que desees trabajar, de elaborar engorrosas cartas que expliquen lo que podrías hacer por esas empresas, de imponerse a la gente y convencerla de sacar tiempo de sus ocupadas agendas para reunirse contigo. En vez de que tú las busques, esas grandes oportunidades vendrán a ti y te será mucho más fácil tomar el consejo que te daré a continuación. Ejemplo: Nuestra talentosa escritora Jaclyn Smith había mantenido contacto con otra de nuestras mejores escritoras en Forbes, Jenna Goudreau, que se había convertido en la nueva editora de carreras en BusinessInsider. Jenna se acercó a Jaclyn y le ofreció un nuevo trabajo, el que Jaclyn aceptó. Incluso me pasó una vez cuando un ex colega me recomendó para un puesto en CBS News del que a veces me arrepiento de haber rechazado. He aquí algunos consejos para mantener tu búsqueda de trabajo en secreto. Algunas de ellas pueden parecer muy obvias, pero Feldman dice que con frecuencia la gente no las sigue. 1. No uses tu correo electrónico o teléfono del trabajo. Admito que soy culpable de esto. He asumido alegremente que mi empleador no pierde su tiempo buscando entre los 50 o 100 mensajes de correo electrónico que escribo al día. Pero he sido una tonta. Mi jefe podría detectar fácilmente mis acciones y usarlas contra mí. Si tu teléfono no es pagado por la empresa, adelante, úsalo, pero si tienes un BlackBerry de la compañía, cómprate uno personal. 2. Usa headhunters, pero hazlos firmar una cláusula de confidencialidad. La mayoría de los reclutadores son discretos, pero no hace daño ser muy claro sobre el deseo de que tengan cuidado de no revelar tu nombre hasta que las cosas se pongan serias. El reclutador podría estar trabajando también para tu empleador actual. 3. No alegues enfermedad para ir a entrevistas de trabajo. Tuve una larga discusión con Feldman sobre esto. Llámenme poco ética, pero no veo mal que alguien que nunca se enferma ni pide días por cuestiones personales diga que se siente mal un día en que tenga una entrevista. Pero Feldman insiste en que no sólo es incorrecto, sino que podrían descubrirte. “Es un beneficio, no un derecho”, dice ella. “¿Qué pasaría si tu jefe quiere incluirte en una conferencia telefónica a las 10 de la mañana? ¿Vas a decir que estás demasiado enfermo?” Toma un día de vacaciones o un día personal, así no tienes que dar explicaciones. 4. Cuando sea posible, agenda tus entrevistas cuando no debas estar en la oficina. Personalmente no soy fan de las reuniones-desayuno, pero ése puede ser el mejor momento para hacer una conexión. Feldman dice que ha tenido varios clientes de nivel ejecutivo que se han entrevistado durante un viaje de negocios. “Muchos de mis clientes coordinan sus viajes y se reúnen en los aeropuertos”, dice ella, “o programan una escala”. Un cliente de Feldman, actualmente responsable de información de una empresa de servicios financieros, asiste regularmente al Foro Económico Mundial de Davos y agenda sus reuniones allí. Terminó dejando Minneapolis para aceptar un trabajo en Frankfurt. 5. No vayas a la oficina vestido de manera diferente de la usual. Tenemos una oficina informal en Forbes, pero en el verano me gusta alternar mis jeans con unos lindos pantalones de seda negra y una blusa. Si haces algo similar con frecuencia, no llamarás la atención sobre tus intenciones. Pero yo estoy rodeada de diseñadores gráficos tatuados y desarrolladores web que usan camisetas y sudaderas con capucha. Si ellos fueran a una entrevista de trabajo, más les valdría cambiarse de ropa antes de llegar a la oficina. 6. Al actualizar tu perfil de LinkedIn, desactiva el botón “Informar a tu red” en el lado derecho de la página. No estoy tan segura de este consejo, ya que las personas más inteligentes entre nosotros actualizan sus perfiles con frecuencia, añadiendo nuevos logros y cambios, como promociones. Pero probablemente sea mejor ser cauteloso. 7. No le digas a tus amigos del trabajo ni a tu cuñado. Necesitas tener confidentes e, idealmente, mentores, que te ayuden a ordenar tu estrategia de búsqueda de empleo y tus oportunidades potenciales, pero debes asegurarte de que puedan guardar silencio. Los amigos de oficina son peligrosos como confidentes, aunque estoy orgullosa de decir que una vez no sólo no mantuve la entrevista de trabajo de un compañero de Forbes en secreto, sino que lo convencí de ir a la entrevista cuando la revista Money lo buscó, a pesar de que era feliz en Forbes. Él consiguió el trabajo, que incluía un gran aumento salarial y el acceso a más oportunidades. 8. No lo publiques en redes sociales. Como mi yo de 18 años podría decir: “Gracias, capitán obvio”, pero muchos de nosotros somos tan adictos a Facebook y Twitter que no podemos evitar publicar impulsivamente lo que es emocionante en nuestras vidas. Incluso una actualización como: “Espera noticias emocionantes en este espacio”, podría delatarte. Al igual que con el correo electrónico, creo que mi jefe va a perder el tiempo checando mis publicaciones en FB, aunque somos amigos y Feldman dice que muchos jefes revisan regularmente las publicaciones de sus colegas en redes sociales. Probablemente estoy siendo ingenua, sobre todo porque trabajo en un medio de comunicación. 9. No imprimas tu currículum en la oficina. Otro consejo obvio que Feldman dice que demasiadas personas no siguen. Paga por ello, “Hay que asumir que una búsqueda de trabajo va a costar dinero y no puedes evitarlo”, dice ella. 10. Obtén recomendaciones de colegas y jefes pasados. Si has estado en el mismo trabajo durante mucho tiempo, quizá tus jefes anteriores no te recuerdan del todo bien. Busca a los colegas o directivos que han pasado por tu empresa y conocen bien tu trabajo, y pídeles que mantengan en secreto tu búsqueda de empleo. 11. No aflojes. Puede ser muy difícil mantenerse al día con tu trabajo cuando buscas uno diferente, lo que podría parecer como un trabajo a tiempo completo en sí mismo, especialmente si necesitas escribir propuestas o armar portafolios. Pero si de repente dejas de rendir en el trabajo, la gente sabrá que algo está pasando. Si tu jefe se entera de tu búsqueda, sé honesto y trata de abrir una discusión sobre tu rol actual y cómo puedes mejorarlo. Describe los nuevos retos que estás buscando. Eso podría conducir a una mayor felicidad donde no esperas encontrarla. Pero, lo más importante, esfuérzate en mantener tu red. Ve a conferencias, publica artículos, crea un sitio web personal, envía artículos interesantes sobre tu campo a personas que conozcas en eventos, toma un café con antiguos compañeros y, como dicen, nunca comas solo. Confieso que encuentro este consejo agotador e incluso poco realista para muchos de nosotros, pero si puedes hacerlo, sin duda te ayudará en tu carrera.

 

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