El incidente ocurrido con el avión del presidente boliviano en el aeropuerto de Viena, por las especulaciones de que abordo iba el ex contratista de la CIA, podría comprometer las relaciones comerciales y políticas entre Latinoamérica y Europa.   El pasado 2 de julio el avión en donde viajaba Evo Morales, presidente de Bolivia despegó del aeropuerto de Moscú con destino al país latinoamericano, sin embargo horas después su avión fue interceptado y obligado a aterrizar en Austria, donde pasó 14 horas debido a que algunos gobiernos especularon con la posibilidad de que Edward Snowden, un ex contratista de la CIA que reveló un inmenso esquema de espionaje, se encontraba a bordo de la aeronave. David Choquehuanca, canciller de Bolivia en los primeros informes que emitió sobre la situación apuntó a que las autoridades de Francia y Portugal se negaron a que el avión del mandatario utilizará su espacio aéreo, incidente atribuido a información infundada, por lo que tuvo que aterrizar en el aeropuerto de Viena. Tras una exhaustiva revisión por parte de las autoridades de Austria, luego de 14 horas tuvo que definir una nueva ruta de vuelo y negociar con Italia y España para poder regresar a Bolivia. El gobierno español anunció que su espacio aéreo podía ser ocupado por el presidente de Bolivia; el avión hizo escalas técnicas en la isla española Gran Canaria y en la isla brasileña de Gran Canaria. Finalmente aterrizó en La Paz Bolivia a las 23:30 tiempo local, donde fue recibido por personas en señal de apoyo. Las consecuencias derivadas de este hecho, han despertado la inconformidad de países sudamericanos, tanto que muchos de los presidentes de América Latina han acusado a los países europeos de colonialismo. Rafael Correa, presidente de Ecuador en señal de solidaridad, convocó a una sesión extraordinaria de la Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Cochabamba con los líderes para evaluar los incidentes ocurridos en Europa, tras la humillación sufrida por el agravio que dejó al descubierto las diferencias ideológicas en la región. Algunos mandatarios han expresado sus reacciones en contra del trato que recibió el presidente de Bolivia; Cristina Fernández, presidenta de Venezuela dijo este jueves en la sesión extraordinaria “Cuando uno ve lo que le hacen a Evo en Italia, cuando vienen a reclamarnos por algo y en Italia no dejan pasar a un gobernante por su espacio aéreo, o Francia o España, uno siente como si cinco siglos no hubieran pasado y todo siguiera igual, un poco más disimulado y más encubierto”. En tanto, el mandatario de Ecuador indicó “No vamos a permitir que se trate de esa forma a un jefe de Estado de nuestra América. Insisto: o nos graduamos de colonias o nos perpetuamos como Estados libres, independientes, dignos, soberanos como son los pueblos de nuestra América”, sostuvo al llegar a la ciudad boliviana. Los presidentes de Uruguay, Venezuela y Colombia también manifestaron su inconformidad durante la reunión. Dilma Rousseff, presidenta de Brasil tampoco asistirá a la reunión pero su mensaje fue claro y ha sido el más severo al indicar que el incidente ocurrido puede comprometer las relaciones entre América Latina y la Unión Europea, quien es un socio comercial importante de la región. Por su parte, Chile, Colombia y Perú indicaron que no asistirán a la sesión convocada por la Unasur, pero analizan la posibilidad de enviar delegados. Por el momento Edward Snowden se encuentra en la embajada de Bolivia en Moscú y de acuerdo con el portal de Wikileaks, ha pedido asilo político en 21 países, entre ellos Alemania, Brasil, Bolivia, China, Cuba, Ecuador y Venezuela. Algunos países que ya han rechazado públicamente su solicitud de asilo son Noruega, Polonia, España, India y Francia bajo el argumento de que no cumple con los requisitos formales necesarios.    Con información de Reuters 

 

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