En 2009 todavía sonaba a una locura, pero hoy las cifras dicen que cada vez más personas se trasladan de su casa a su trabajo subidos en una bici. Conoce la historia de uno de ellos.   Ir al trabajo en bici le parecía una locura a su esposa, a su mamá y a sus compañeros de trabajo. Era 2010 y Carlos Rivas, publicista, estaba resuelto a pedalear 11 km de ida y otros tantos de vuelta para no apretujarse en el transporte público o perder hasta 2 horas en el tráfico. Un año antes, Carlos había hecho algunas pruebas para medir el tiempo de traslado y el ambiente. En su recorrido prácticamente no se había encontrado con ningún ciclista. Según el reporte del Instituto para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés), en 2009 apenas circularon en un día por la gran avenida del DF, Reforma, 106 ciclistas, entre las 6 am y 22 pm. Para cuando Carlos se decidió –en 2010– el incremento de ciclistas en la misma avenida y mismo horario subió a 1,914 cleteros, es decir, 1,722.9% de incremento. Carlos le había dicho a sus poco entusiastas compañeros: “Esta ciudad va a colapsar. Nada se mueve en la mañana ni en la tarde. No puedes perder el tiempo así en el tráfico y no es justo partirte el lomo para subirte al Metro o Metrobús. Me lanzo en la bici.” ITDP reporta que en 2011 hubo en un día 2,709 ciclistas y en 2012, 2,636 que rodaron en su bici en ese horario. Y según el reporte del Conteo Ciclista 2012 del ITDP, el comportamiento horario del flujo tiene un máximo en la mañana, entre 8 y 9 am (ida) y dos máximos locales entre 15 y 16 (comida) y entre 19 y 20 (vuelta). Carlos prefiere salir a caminar a la hora de la comida. Y para hacer más placenteros sus rodadas, adquirió una bici nueva. “Invertí en una bici con calidad, que no me dejara botado a medio trayecto”. Se compró una Turbo, de casi 7,000 pesos. Así como él, otras personas hicieron que el porcentaje de bicis nuevas tuviera un crecimiento de 2011 a 2012 de 38.9%. Las nuevas bicicletas que ruedan por la ciudad son utilizadas como modo de transporte, más que como un juguete o medio de trabajo. Rodar 11 km para llegar a la oficina, a las 7:30 de la mañana, requiere pericia, cierta agresividad y absoluta concentración. Carlos lo sabe y por ello no sale de casa sin casco, guantes, luz delantera y trasera, cinta llamativa que va al tobillo para que no se atore el pantalón en la estrella y, a veces, chaleco fluorescente. El uso del casco en 2012, según ITDP, fue de 11.7%, casi el doble de 2008. Además, en el uso de aditamentos, 52% utiliza luz roja en horario nocturno. Carlos rueda con una backpack, lleva una muda para estar en la oficina y lleva un kit de aseo: toallas para bebé para quitarse el sudor, un desodorante, loción, pomada árnica para cualquier caída y un peine. Al llegar a su destino, entra al baño, con un papel húmedo se refresca, retira el sudor y se acicala para trabajar. Carlos dedica una hora diaria para ir y volver a casa. En días de tráfico normal, en automóvil, el recorrido no baja de 55 minutos sólo en un trayecto, y en días de marcha o percances viales, hasta 90 minutos para ir a la oficina. “Sí, los días de lluvia son difíciles, pero hasta se disfruta el agua en el rostro”, dice Carlos.   Contacto: Twitter: @osoweb

 

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