El 27 de agosto de 2018, México y Estados Unidos lograron sentar las bases para un nuevo acuerdo comercial. “Con ello se acabó un tumultuoso proceso, en el que Estados Unidos amenazó, de forma constante, que se retiraría del TLCAN”, explicó Mauro Leos, Director Asociado de Moody’s, en un reporte. Además, “la noticia ayuda al perfil crediticio de México, por que reduce la incertidumbre y soporta el crecimiento de las inversiones a corto plazo, y coadyuva la llegada de nuevos proyectos”, explicó. Por ello, estima, el crecimiento económico de México podrá expandirse entre 2% y 2.5% en 2018 y 2019, “apoyándose en los beneficios de la inversión extranjera”. No obstante, Moody’s no espera que los fundamentales macroeconómicos cambien, en el mediano plazo. Por ello, “anticipamos que la inflación, la tasa de interés clave, el tipo de cambio y las finanzas publicas, se mantendrán en línea con sus pronósticos previos. Aunque, advierten, hay escenarios alternativos (con baja probabilidad de ocurrir), en donde la negociación se torne adversa, lo que resultaría en una debilitación del perfil crediticio de México. Además, el Congreso estadounidense tiene poco margen de maniobra, en términos de tiempo, para ratificar cualquier nuevo acuerdo. “Podría ser hasta el próximo año, cuando se pueda ratificar en Estados Unidos”, explicó.

 

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