La forma televisiva de hacer y producir contenidos para  medios de comunicación ya no empata con la dinámica ni de los medios digitales ni de los nuevos consumidores.   Hace unos días en una de las universidades donde trabajo publicaron la lista de cursos de actualización para docentes. Vi uno que me llamó particularmente la atención por su nombre: “Análisis y evaluación televisiva”. Revisando los contenidos, me percaté que se trataba de un acercamiento más o menos convencional al estudio de la televisión, con énfasis en los noticiarios, las caricaturas, los talk shows y las telenovelas. Me quedé pensando en qué tan pertinente sería llamarlo curso de actualización, ya que los estudios sobre recepción televisiva tuvieron un auge importante en la ciencias de la comunicación por ahí de la década de los 70 y 80. Incluso México tuvo una participación destacada porque en aquel entonces puso bajo la lupa los contenidos de telenovelas y otros productos de la televisión de entonces. Sin embargo, esa forma de hacer y producir contenidos para los medios de comunicación corresponde a un modelo antiguo, que ya no empata con la dinámica ni de los medios digitales que avanzan a pasos agigantados, ni de los nuevos consumidores que dentro de poco requerirán nuevos tipos de contenidos mediáticos. Hay dos puntos importantes que están cambiando progresivamente el panorama de los medios de comunicación: el nuevo modelo de consumo televisivo y los nativos digitales. En un artículo anterior, Forbes México ya adelantaba que la televisión está cambiando su modelo de producción debido a la constante migración de usuarios a entornos digitales y particularmente a dispositivos móviles, tales como smartphones y tabletas. Si bien esta tendencia aún no se convierte en la norma, sí manda señales evidentes de cómo se está consumiendo la televisión y los medios audiovisuales en los tiempos de Internet. Esto significa que empresas de contenidos como YouTube o Netflix se han convertido en poderosas aliadas para desarrollar nuevas formas de entretenimiento para las grandes cadenas. Y los usuarios se vuelven cada vez más selectivos en lo que ven, en lo que comparten y en donde participan en medios digitales. La narrativa transmedia toca desesperadamente el timbre de nuestros televisores. La figura que completa el cuadro del nuevo consumo de medios son los nativos digitales, es decir los niños y adolescentes que nacieron ya inmersos en la tecnología y no tuvieron que adoptarla como la mayoría de nosotros, es decir, los llamados migrantes digitales. Los nativos digitales escogen con mayor cuidado los medios que consumen, reclaman mayor interactividad y ellos mismos empiezan a crear y compartir sus propias listas de reproducción o incluso contenidos, conviertiéndose en prosumers. ¿Qué tan importante es el mercado de los nativos digitales? Para contestar esta pregunta, debemos cruzar un par de datos. Según el Inegi, en nuestro país más del 50% de la población tiene menos de 29 años. Es el famoso bono demográfico que nos convierte en un país de jóvenes. Y según AMIPCI, la tasa de crecimiento de usuarios de Internet crece entre 10 y 12% anual. Lo que significa que si en este momento los usuarios de la red se calculan en 45 millones, para finales del 2013 tendremos poco más de 50 millones de internautas. Un último punto, según los datos de la Asociación Mexicana de Internet, 1 de cada 3 usuarios de Internet tiene entre 6 y 17 años. Si le sumamos el rango de edad de 18 a 24 años, entonces la proporción indica que 1 de cada 2 internautas es un nativo digital. El mercado de consumo de medios va a cambiar de manera drástica en un par de años. Tanto por el acceso a la tecnología, como por la edad y las características de los consumidores. Deme usted una buena razón para que un niño que ahora tiene 5 años, se decida a prender la televisión en cinco años más. La publicidad lo va entendiendo a la par que la producción de medios, sin embargo, la Academia va lenta en cuanto a la forma de estudiar y acercarse al panorama que se aproxima en los medios de comunicación. Esto no significa que los medios análogos vayan a desaparecer, pero sí que nuevos modelos de consumo e interacción están a la vuelta de la esquina y habrá que preparar contenidos para la generación de todos estos nativos digitales.  
Gráfico: Seis Grados.

Gráfico: Seis Grados.

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