El gobierno ruso vería como una abierta declaración de guerra el que Washington decidiera armar al ejército ucraniano.   En este blog hemos reiterado la voz de alerta de que el mundo está al borde de una guerra que podría volverse mundial, pues, de hecho, los conflictos regionales que ya se viven parecen sólo la antesala ideal. Por si hubiera alguna duda, el lunes pasado el portal de The Moscow Times publicó una nota titulada “Russia Would See U.S. Moves to Arm Ukraine as Declaration of War” (Rusia vería movimientos de Estados Unidos para armar Ucrania como una declaración de guerra), que contiene un nuevo mensaje para Occidente. Analistas especializados en defensa, consultados por el diario moscovita, dijeron que el gobierno ruso vería como una abierta declaración de guerra el que Washington decidiera armar al ejército ucraniano. Como aquí le hemos dado cuenta, los rebeldes del este de aquel país –con el apoyo encubierto de Rusia– continúan fortaleciéndose y ganando posiciones estratégicas. Ante esto, voces en la capital estadounidense han demandado que se envíe apoyo total a Kiev, con armas y equipamiento militar para mantener el frente. Es un hecho que los estadounidenses están dispuestos a pelear hasta el último ucraniano, es decir, que seguirán usando a ese país para sus propósitos de presionar a Moscú, pero que una vez que se vean perdidos, los abandonarán a su suerte. Ya se vio una muestra con el saqueo que han hecho de las reservas de oro ucranias a cambio de “respaldo” financiero. Evgeny Buzhinsky, un ex teniente general ruso, dijo que en caso de que Estados Unidos enviara apoyo militar, Rusia lo consideraría un participante activo en el conflicto. En el mismo sentido, un miembro de la junta consultiva del Ministerio de Defensa reveló al diario –bajo condición de anonimato– la advertencia de que la respuesta de Vladimir Putin no se limitaría a Ucrania, sino que respondería “asimétricamente”. Dicho de otro modo, se actuaría “contra Washington y sus aliados en otros frentes”. Está claro que ante el avance rebelde, los miembros de la OTAN están considerando todas las opciones. El objetivo, por la vía política o armada, es detenerlos. Hasta ahora, el bando occidental y el ruso se han limitado a apoyar –y negar dicho apoyo– al grupo que más les conviene, por lo que luego de un respaldo abierto, sólo faltaría esperar al primer disparo para una conflagración de grandes dimensiones. La fuente secreta del Times de Moscú mencionó solo dos ejemplos de los múltiples frentes asimétricos que podrían abrirse: ceder a las reiteradas peticiones chinas de tecnologías avanzadas de defensa, para el desarrollo de armamento que pudiera inutilizar a las fuerzas navales estadounidenses en Asia-Pacífico, y animar o respaldar que Irán iniciara un ataque contra Arabia Saudita “que dispararía los precios del petróleo”. De eso no hay ninguna duda. Es obvio que Washington y sus subordinados de la OTAN están jugando con fuego. En noviembre pasado dijimos que debían tener cuidado en no meterse con Rusia, porque ese poderoso país –sobra decirlo– no es Afganistán ni Irak ni Libia. Hasta ahora, poco les ha importado, y de plano Estados Unidos y Arabia conspiraron para deprimir los precios del crudo. No por nada el príncipe Alwaleed bin Talal incluso declaró que nunca más volveríamos a ver los 100 dólares por barril. El objetivo estadounidense es doble: “estimular” la economía por la vía de abaratar el combustible, y aumentar la presión financiera sobre Moscú y Teherán, dos enemigos cuyos ingresos están sustentados en el precio del petróleo. Por su parte, los árabes quieren aniquilar la industria de petróleo shale de EU, inviable a bajas cotizaciones. Asimismo, Arabia y Qatar quieren que Putin doble las manos y deje de apoyar al régimen de Bashar al-Assad en Siria, pues con su derrocamiento se facilitaría el paso de un oleoducto catarí en subsuelo sirio. Pero, como vemos, el presidente ruso lo último que hará es ponerse de rodillas. Durante años se ha preparado y se sigue preparando para un posible escenario bélico de grandes dimensiones. No por nada en el plano financiero Rusia se ha convertido también en uno de los principales compradores de oro –enemigo público número uno del dólar estadounidense–, y sus fuerzas nucleares estratégicas son incluso ya más avanzadas que las estadounidenses. Llegado el punto de quiebre, que ojalá no se presente, no habría manipulación que alcanzara para detener una escalada masiva de los precios del crudo y del oro, el inmejorable refugio monetario. El contraataque ruso ya está advertido.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @memobarba Facebook: Inteligencia Financiera Global Blog: Inteligencia Financiera Global   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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