Las cooperativas, que actualmente tienen unos 25 millones de socios activos, juegan un papel fundamental en el crecimiento económico de América Latina y el Caribe, pues son un medio de ahorro y crédito para personas con recursos económicos limitados.   Por Dayana Rivas En Latinoamérica, cerca de 65% de la población aún no tiene acceso a servicios bancarios. Esta cifra la convierte en la región, a nivel mundial, con más piso para el desarrollo de cooperativas. Estas pequeñas entidades, que actualmente tienen unos 25 millones de socios activos, juegan un papel fundamental en el crecimiento económico de América Latina y el Caribe, pues son un medio de ahorro y crédito para personas con recursos económicos limitados, explica Mar­tín Naor, CEO de Bankingly, empresa que ofrece soluciones tecnológicas a pequeños entes financieros. La cercanía que las cooperati­vas tienen con sus clientes es un elemento clave de su éxito, pues les permite conocerlo más de lo que usualmente lo hacen otras entidades financieras. Usualmente, agrupan a sus socios por alguna característica en común; puede ser por profesión, lugar de trabajo o que geográfica­mente se ubiquen en el mismo lugar. No obstante, Naor acepta que la naturaleza de las cooperativas, como entes sin fines de lucro y con características similares a las de sus usuarios, también les juega en contra, ya que suelen ser instituciones con poco desarrollo tecnológi­co. Este último factor es clave para lograr mantenerse y competir con el resto de la oferta bancaria. De acuerdo al CEO Bankingly, estos pequeños entes de ahorro y crédito llegan a plantearse las mismas preocupaciones que un gran banco, sobre todo cuando buscan expandirse y captar más personas. El experto en soporte aclara que la competencia entre bancos y coo­perativas no debe ser ‘sanguina­ria’. De hecho pueden existir alianzas entre ambos. Y es que ese 65% no bancariza­do les da terreno a todos. Aunque los clientes no hayan entrado a la forma­lidad financiera, de seguro sí han tenido acceso a otros sistemas como teléfonos inteligentes y redes sociales, por lo que exigirán procesos rá­pidos y confiables, razón por la cual las cooperativas deben ser com­petitivas en el ramo tecnológico. Naor explica que el trabajo entre la entidad grande y la pequeña, lejos de representar un riesgo, beneficia a la última, ya que puede hacer uso de recursos de su aliado. Justo para mitigar esa falta de tecnología han nacido empresas como Bankingly, que ofrecen una plataforma digital, a través de la cual estas pequeñas organizacio­nes pueden brindar a sus usuarios servicios electrónicos. En el mundo hay 1 billón de personas banca­rizadas, y en los próximos 5 o 7 años se espera bancarizar a otro billón, y en esta aspiración las cooperativas y pueden jugar un papel fundamental. grafico_cooperativas1

 

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