- Tensiones para el desapalancamiento, con un largo recorrido todavía por delante.
- Una caída global del crecimiento de la productividad que ha socavado los beneficios futuros, tanto de las economías maduras como de las emergentes.
- Decisiones relativas al aumento de las inversiones, componente vital para una recuperación sostenida, que se echan en falta prácticamente en todas partes.
- Los riesgos asociados a los bajos niveles de inflación, que han pasado de ser un fenómeno cíclico a plantear un problema estructural.
¿Cuáles son las perspectivas de mercado para 2016?
El riesgo asociado a los errores políticos es especialmente alto en un contexto en que los bancos centrales siguen jugando un papel fundamental en la solución de las dinámicas de depresión.
Anticipamos un contexto desafiante para el próximo año, con un crecimiento todavía incipiente e inquietudes asociadas a riesgos geopolíticos y errores políticos, pues muchas economías hacen frente a transiciones junto a escasa liquidez.
“A pesar de este escenario menos halagüeño, somos optimistas para 2016”, comenta Giordano Lombardo, consejero delegado y director de Inversiones del grupo Pioneer Investments. “El conjunto de las economías, tanto de los mercados desarrollados como de los emergentes, experimenta profundos cambios estructurales. Si bien esperamos que el crecimiento y la inflación se mantengan en niveles bajos, la economía mundial puede evitar un estancamiento generalizado siempre y cuando las economías más importantes continúen introduciendo reformas estructurales, que es nuestro escenario más probable.”
Desde una perspectiva macroeconómica, la perspectiva general de Pioneer se enmarca en un entorno caracterizado por varios procesos de transición. En nuestra opinión, en la ralentización del crecimiento económico se combinan cuatro factores estructurales: