Para 2018, la mala calidad puede traer pérdidas económicas para todo el país de más de 20,000 millones de pesos (mdp) y un saldo de 37,488 muertes prematuras 103,000 hospitalizaciones y 6 millones de consultas médicas. Sólo de 2010 a 2013, los costos económicos en México fueron más de 14,000 mdp, 19,000 muertes prematuras, 53,000 hospitalizaciones y 3.1 millones de consultas médicas, de acuerdo con el estudio Calculadora del Aire, del Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco). Aunque se levantó la contingencia ambiental el pasado 18 de marzo, la calidad del aire en la zona metropolitana del Valle de México sigue siendo regular o mala. Según datos de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, el nivel de contaminación en el aire mostraba el 24 de marzo un índice de 110, medido en partículas PM10 (aquellas compuestas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas o cemento y que miden menos de 10 micrómetros). Aunque cabe aclarar que la contingencia ambiental fue a causa de un nivel agudo de ozono en el Valle de México, la mala calidad del aire puede prevalecer la mayor parte del año e inclusive abrir nuevos episodios de alta contaminación, que traerán costos económicos, explica Fátima Masse, especialista del Instituto Mexicano de Competitividad (Imco). La contaminación del aire se relaciona con cinco de las 10 principales causas de muerte en el país, como enfermedades del corazón, tumores malignos, neumonía e influenza, enfermedades cerebrovasculares y enfermedades pulmonares crónicas, padecimientos que provocan más de 800,000 consultas médicas, 10,000 hospitalizaciones y 5,000 fallecimientos al año, de acuerdo con estimaciones del instituto. Los óxidos nitrosos, componentes necesarios para formar ozono, son un residuo de la quema de gasolina. Para evitar más episodios de contingencia como el vivido la semana pasada, se necesita una política integral de movilidad que desincentive el uso del automóvil y se priorice la calidad del transporte público, comenta Fátima Masse. Por ahora, las autoridades concentran el 80% de inversión en movilidad en infraestructura para automóviles, mientras que el 20% es para transporte público, según datos del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés).   El problema no es sólo la Ciudad de México Aunque el problema de la contaminación del aire suele enfocarse en la Ciudad de México y el área metropolitana, la situación de otras urbes del país es igual o más seria en cuanto a emisiones contaminantes. La Calculadora del Aire, una herramienta hecha por el Imco para medir las emisiones contaminantes y calcular el impacto económico en 34 ciudades del país, encontró que, con datos de 2013, las ciudades con mayores concentraciones de partículas PM10 fueron Mexicali, con 137.2; Monterrey, con 72.7; la zona metropolitana del Valle de México con 50.3 puntos y Guadalajara, con 41.4 puntos. Los niveles de concentración anuales de partículas PM10 recomendados por la Organización Mundial de la Salud son de 20 puntos. Estas partículas son especialmente dañinas porque entran profundamente en los pulmones, donde pueden causar inflamación y empeoramiento de condiciones cardíacas o pulmonares; lo que puede ocasionar una muerte prematura. Los padecimientos más recurrentes y relacionadas con la mala calidad del aire son enfermedades del corazón, tumores malignos, neumonía e influenza, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y obstructivas crónicas. En cuanto al ozono, principal causante de la última contingencia ambiental, otras urbes de México también presentan fuertes concentraciones anuales incluso mayores, como León, con 68.9 puntos y Monterrey, con 55.2, de acuerdo con un estudio del Clean Air Institute, con datos de 2011.   ¿Cuánto le costará a México? La Calculadora del Aire del Imco encontró que, del 1 de enero de 2010 al 24 de septiembre de 2013, la mala calidad ambiental dejó pérdidas económicas de 13,979 millones de pesos (mdp); 19,242 muertes prematuras, 53,000 hospitalizaciones y más de 3.1 millones de consultas médicas en todo el país. De continuar así, el costo económico hasta 2018 puede ascender hasta 20,288 mdp (de 2010). En costos humanos, las muertes prematuras ascenderían a 37,488 muertes prematuras, 103,000 hospitalizaciones y 6 millones de consultas médicas. Cabe aclarar que el Imco hizo estas proyecciones en base a datos disponibles y calculando otros, debido a que no se cuenta con una base uniforme de información de las principales urbes del país y su calidad del aire. “La intención del estudio era lanzar el mensaje de que, en las ciudades donde no se mide qué tan contaminadas están, no se sabe qué tan grande es, y el problema puede ser más grave”, dice Fátima Masse, responsable del estudio. Si las concentraciones de ozono en la Ciudad de México y en otras metrópolis del país permanecen elevados el resto del año, los promedios de muertes prematuras pueden subir, indica la especialista.   El automóvil sigue siendo el rey Tras la contingencia ambiental, el presidente Enrique Peña Nieto, instruyó a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) trabajar en una nueva norma de verificación vehicular, que haga más estricto el control de emisiones contaminantes de los vehículos. Aunque esta medida es necesaria, será insuficiente para atender la problemática de contaminación del aire si se sigue priorizando el uso del automóvil sin trabajar en un sistema de transporte público más eficiente y mejor coordinado. Los óxidos nitrosos, componentes necesarios para la formación de ozono, son un residuo de la quema de gasolina, explica Fátima Masse. Si no se logra que el ciudadano use menos su auto, las emisiones continuarán incrementándose. El problema es que hasta ahora, las autoridades en todo el país siguen invirtiendo la mayoría de su presupuesto en infraestructura destinada para el automóvil. En 2014, el 80% del presupuesto en movilidad en el país fue destinado a infraestructura vial, pese a que los autos particulares representan el 30% de los viajes. El 20% restante fue sólo para peatones, ciclistas y transporte público, de acuerdo con un estudio del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés). Pese a los esfuerzos recientes en la Ciudad de México, como el programa Ecobici y la ampliación de las líneas del Metrobús, el transporte público sigue fragmentado y sin coordinación, señala la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). “La falta de claridad en la división de responsabilidades entre las autoridades de movilidad y desarrollo urbano es un obstáculo para las actuales iniciativas para alinear las metas de desarrollo y transporte orientado”, indica el organismo en un estudio sobre el Valle de México, publicado en 2015. La OCDE también resalta que las entidades del Valle de México no tienen rutas sincronizadas, horarios e información, así como una falta de integración en tarifas. “Hace una política de movilidad más integral. Se habla de la calidad del aire por un lado, del hoy no circula por el otro, de la verificación, redes de monitoreo, pero se ha dejado del lado el tema de la movilidad”, dice Fátima Masse.  

 

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