- Incrementar la participación en programas de orientación sobre carreras para jóvenes que todavía están en la escuela.
- Promover una imagen más positiva para la educación vocacional.
- Las prácticas profesionales, trabajo por proyecto y trabajo temporal a corto plazo son alternativas para adquirir experiencia y son mejores a un periodo largo de desempleo.
- Promover el espíritu empresarial de los jóvenes para estimular mayor creación de empleos y puestos de trabajo.
- Fortalecer las competencias y habilidades que exige el mercado actualmente para ser candidatos más competitivos.
Desarrollar el talento de los jóvenes es humanamente posible
¿Qué competencias y habilidades son esenciales para el trabajo?, ¿cuáles se pueden aprender y desarrollar?
Por Mónica Flores
Laura recientemente terminó su carrera universitaria. Sin embargo, el panorama laboral no parece sencillo. En las entrevistas de trabajo a las que ha acudido hasta el momento, le preguntan una y otra vez sobre sus competencias y habilidades, le piden referencias o experiencia adquirida en empleos anteriores… pero ocupada en los estudios, no sabe cómo hacer frente a estos requerimientos. Gran parte de sus compañeros tampoco encuentran trabajo todavía, e incluso algunos de ellos se dieron por vencidos rápidamente y se han empleado en el mercado informal.
¿Existen esperanzas para Laura y para los jóvenes que, como ella, buscarán ingresar al mercado laboral?
Trabajar en la empleabilidad juvenil
Uno de los principales retos de Latinoamérica hoy es la informalidad laboral y el desempleo, sobre todo en jóvenes. La tasa de desempleo juvenil en 2013 fue de 14.5%, según datos de la OIT, lo que equivale a alrededor de 73 millones de jóvenes en esta situación. El 39% de los empleadores de la región dijo tener dificultades para cubrir vacantes en el mismo año. Paradójicamente, existe sobreoferta de trabajo, pero desabastecimiento de talento.
De acuerdo con el estudio #YoEmprendedor de ManpowerGroup, más de la mitad de las ofertas laborales a las que aplicaron los jóvenes resultaron en un rechazo por parte de la empresa. La principal razón fue la falta de experiencia. Esperar a terminar la carrera para incorporarse al mundo laboral ha quedado en el pasado. Es básico que los jóvenes realicen prácticas profesionales; así aumentará su competitividad.
Otra razón por la que las empresas no contrataron a estos jóvenes fue la falta de conocimientos. Existe una brecha entre la oferta y la demanda de talento. Los programas educativos actuales no se enfocan en la formación de las competencias y habilidades que se requieren hoy en día, tales como dominio del inglés, resolución de problemas, trabajo colaborativo y aprender a aprender.
En Human Age, el Talento es el mayor agente del crecimiento económico, por lo que es preocupante que uno de cada 10 jóvenes desempleados ya no tiene interés en aplicar a una oferta laboral. Por otro lado, el 73% de los que trabajan se encuentran en búsqueda activa de otro empleo.
Las empresas, gobierno, instituciones privadas e individuos deben colaborar para desarrollar el talento de los jóvenes. Hay que preguntarse qué competencias y habilidades son esenciales para el trabajo, cuáles se pueden aprender, evaluar si se tienen los recursos, el tiempo y la motivación para desarrollarlas. Así se podrá crear un círculo virtuoso en el que crear empleo para los jóvenes es Humanamente Posible.
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