Al hablar de delitos relacionados con el dinero no tenemos tan presentes la falsificación y la alteración de moneda, pero son una preocupante realidad.     Una noticia sin duda relevante, difundida durante la semana pasada, fue la desarticulación de una banda de falsificadores. En un boletín de la Procuraduría General de la República (PGR) se hace mención, entre otros puntos destacados, a que: “Como resultado de una investigación realizada por la Unidad de Lavado de Dinero de la SEIDO y la Agencia de Investigación Criminal, ambas de la Procuraduría General de la República, en coordinación con la Secretaría de Marina Armada de México y el Banco de México, se logró la desarticulación de una organización delictiva dedicada a la producción y distribución de billetes falsos a gran escala… Hasta el momento, el Banco de México ha identificado más de 125 mil piezas falsas de billetes de $500.00 (quinientos pesos), cuya creación se atribuye a esta banda criminal…” A lo largo de la historia son muchos los casos en que delincuentes han intentado falsificar los medios de pago utilizados en los distintos países. Algunos de éstos han sido relatados en libros y se han llevado al cine en diversas películas como Atrápame si puedes, dirigida por Steven Spielberg, que recreó la historia real de Frank Abagnale Jr., o la ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa, Los falsificadores (Die Fälscher), realizada por Stefan Ruzowitzky. Al hablar de antecedentes históricos, algunas fuentes como el sitio de Internet Taringa.net mencionan que: “La falsificación es tan antigua como el dinero mismo. Por ejemplo, los antiguos mayas empleaban almendras de cacao como moneda de pago en sus transacciones comerciales, y se ha descubierto que en algunos lugares circularon almendras ‘falsas’ rellenas con arena o lodo…Tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, la falsificación era castigada con la muerte. El papel moneda impreso por Benjamin Franklin a menudo tenía impresa la frase ‘falsificar es la muerte’. La teoría que sustentaba este castigo tan severo era que alguien que tenía la habilidad de falsificar dinero era considerado una amenaza contra la seguridad del Estado…” Al hacer una traducción a la página del Servicio Secreto de los Estados Unidos se hace referencia a que: “El 5 de julio de 1865, el Servicio Secreto de los Estados Unidos fue establecido para reprimir la falsificación. Aunque la falsificación se ha reducido sustancialmente desde la creación del Servicio Secreto, este crimen sigue representando un peligro potencial para la economía del país y de sus ciudadanos. Los métodos de producción utilizados en operaciones de falsificación han evolucionado a lo largo de los años desde el método tradicional de la impresión offset a las fotocopiadoras de color, y más recientemente, a escáneres, ordenadores e impresoras de inyección de tinta. El Servicio Secreto ha observado que muchos de los falsificadores de hoy se han trasladado desde el método tradicional impresión de offset, que tiene su propio conjunto de habilidades requeridas, con la falsificación generada por computadora…Cada caso de falsificación, no importa cuán grande o pequeño, lleva las graves consecuencias de encarcelamiento y/o multas.” En el portal de la PGR se hace mención a que: “Los billetes y monedas son el medio de pago que comúnmente se utiliza para realizar pagos en cada momento de nuestra vida cotidiana, para el transporte, comida, vestido, calzado, educación, etcétera. De igual forma recibimos billetes y monedas como pago por nuestros servicios y trabajo, así como también los concentramos ahorrándolos para cualquier emergencia o compra en un futuro. Debido a los avances en los sistemas financieros de ahorro y de pago, se pensó que el uso de los billetes y monedas llegaría a disminuir y a sustituirse por el surgimiento de las tarjetas de crédito y débito. Sin embargo, en la actualidad en nuestro país existe una diversidad de negocios en donde se deben usar billetes y monedas. Un ejemplo de ello sería el transporte público, tiendas de abarrotes, mercados y comercio ambulante, entre otros. Existe en México una gran cantidad de máquinas expendedoras, ya sea de refresco o comida, la cuales funcionan con billetes y monedas, motivo por el cual, aun cuando existan medios de pago como las tarjetas de crédito, lo cierto es que el efectivo es de uso común para nuestra población, ya sea por costumbres, cultura o por ser algo práctico. Por lo anterior, la falsificación de moneda se convierte en un problema social y económico, de gran relevancia para el Estado.” Considero un logro importante el obtenido por la PGR en coordinación con la Secretaría de Marina Armada de México y el Banco de México al desarticular la mencionada banda de falsificadores de billetes, pues al hablar de delitos relacionados con el dinero no tenemos tan presente el de la falsificación y alteración de moneda, toda vez que por lo menos en los medios tanto nacionales como internacionales el delito de lavado de dinero es más difundido. Ya lo dijo Michel Eyquem de Montaigne, filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés del Renacimiento: “Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso”. ¿Usted qué opina, estimado lector?     Contacto: Correo Página web Twitter     (*Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.)  

 

Siguientes artículos

Sostenibilidad: del dicho al hecho
Por

Según un reciente estudio realizado por KPMG en México, 97% de los ejecutivos encuestados considera la sostenibilidad co...