En las ventanillas de los bancos Banamex, BBVA Bancomer y Santander, el dólar se venden en 19.15 dólares, mientras que en instituciones como Banco Inbursa y Banco del Bajío el billete verde está a la venta en 19.20 pesos por unidad.   El peso cerró la jornada con una depreciación de 0.88% o 16.3 centavos, cotizando alrededor de 18.83 pesos por dólar, luego de alcanzar un nuevo máximo histórico de 18.9330 pesos por dólar. “Al cierre de la jornada el peso se colocó como la divisa más depreciada entre los principales cruces del dólar, después de que el WTI tocara un mínimo de 27.74 dólares por barril, cerrando con una caída de 4.3%”, explicó Banco Base en su comentario de cierre. La economista jefe de Banco Base, Gabriela Siller, prevé que el tipo de cambio podría colocarse por arriba de 19.00 pesos por dólar en caso de observarse nuevas pérdidas para los precios del petróleo a niveles por debajo de 26 dólares por barril. Asimismo, las noticias relacionadas con un posible recorte al gasto público del 2016 incrementan la probabilidad de que el peso se deprecie durante las próximas tres sesiones, similar a lo ocurrido en enero de 2015, añadió. Los mercados de capitales de Estados Unidos cerraron con pérdidas marginales, mientras que en México el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores perdió 0.88%, acumulando una caída de 3.09% durante las últimas tres sesiones. Las acciones cerraron ligeramente en baja el martes una sesión volátil en la bolsa de Nueva York, tras un repunte tardío de los sectores materiales y cuidado de la salud que contrarrestó otra profunda caída de los precios del petróleo. El promedio industrial Dow Jones perdió 12.67 puntos, o 0.08%, y cerró en 16,014.38 unidades, mientras que el S&P 500 cayó 1.23 puntos, o 0.07%, y terminó en 1,852.21 unidades. El Nasdaq Composite cerró con una caída de 14.990 puntos, o 0.35%, y terminó en 4,268.763 unidades. Los precios del Brent bajaron más de un 7%, acentuando su caída tras un reporte de la Agencia de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés) sobre producción y consumo de petróleo en Estados Unidos. El impacto del declive persistente de los precios del crudo ha hundido a las acciones del sector, pero también ha presionado al mercado en general.

 

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