Las empresas suizas quieren expandir sus negocios en México, pero necesitan mano de obra calificada y talento adecuado. Por eso,  la Confederación Helvética tiene un plan con el que busca adaptar su sistema de educación en nuestro país.   NOTA: Se hicieron cambios el 2 de enero en el párrafo 18, actualizando el tipo de cambio entre el franco suizo con el dólar y el euro. El resto del texto permanece sin cambios.   Suiza, el país con los niveles de competitividad y calidad de vida más altos del mundo, está, por extraño que pueda parecer, en una situación crítica. Su futuro económico con la Unión Europea está en riesgo después de que en la federación helvética se aprobó un referéndum para limitar la población inmigrante, algo que contraviene los acuerdos de libre circulación con la UE y puede tirar los demás acuerdos comerciales. Ante este panorama incierto, la prioridad de Suiza es abrir más mercados, sobre todo los emergentes, y México no es la excepción. De hecho, es de los pocos países donde ven más oportunidades. En importaciones, México es el mayor socio comercial de Suiza en América Latina. Precisamente los helvéticos quieren importar otro ‘producto’: su modelo de educación, considerado clave para su desarrollo económico. Autoridades suizas tienen un plan serio y a largo plazo para colaborar con la Secretaría de Educación Pública (SEP) en la profundización del modelo dual, que vincula escuelas y empresas para formar personal calificado, sobre todo profesionales técnicos. Otros países, como Alemania, también tienen modelos duales de educación y están arrancando programas piloto. El modelo suizo, afirman, tiene otra ventaja: la flexibilidad para que los profesionales técnicos sigan estudiando, si quieren, ciencias aplicadas o una licenciatura, algo que puede ser un aliciente en un país donde se ve a la educación técnica como de ‘bajo estatus’. Pero las necesidades de las empresas y del país apremian. México necesita al menos 1.4 millones de profesionales técnicos en sectores clave para su crecimiento. Para que un modelo como el dual se implemente, se necesita el compromiso de los tres participantes: gobierno, escuelas y empresas, tres jugadores históricamente distanciados en el país. ¿Podrán superar el reto?   Situación crítica Pese a las grandes diferencias económicas, políticas, sociales, culturales y de lenguaje, México y Suiza tienen dos cosas en común: ambos países dependen de un socio comercial (Estados Unidos y la Unión Europea, respectivamente) y la manufactura es un motor importante de sus economías. Si México tuviera diferencias con Estados Unidos que pusieran en peligro sus acuerdos comerciales, significaría un gran peligro para la economía nacional. En esta posición se encuentra ahora mismo Suiza, paradójicamente, por una iniciativa popular. La Confederación Helvética es de los pocos lugares en el mundo donde se ejerce la democracia directa. Al año se votan entre tres y cuatro iniciativas populares. Cualquier persona o grupo puede promover una iniciativa; sólo debe juntar al menos 100,000 firmas para que el gobierno, conformado por el Consejo Federal y el Parlamento, la pongan en consideración y sea votada. En febrero de 2014 se votó una iniciativa promovida por el partido de derecha en Suiza para limitar la inmigración en el país. Ganó el ‘sí’ por un margen muy estrecho: 50.3%. La iniciativa aprobada pone en un aprieto muy grande al país con su principal socio comercial. “Se opone a los acuerdos bilaterales que tenemos con la Unión Europea sobre libre circulación, y quiere que pongamos límites a la inmigración. Éste es un caso muy difícil porque ahora tenemos que ver con la Unión Europea si cambiamos los acuerdos o encontramos otra solución”, dice Nadja Obreschkow, líder del proyecto de voto electrónico. Suena contradictorio que un país cuyo 25% de su población es inmigrante, y en algunas ciudades, como Ginebra, llegue a 50%, haya aprobado un referéndum de este tipo. Obreschkow lo atribuye a que la tasa de participación en las votaciones es baja, alrededor de 42%, y que mucha gente no pensaba que esta propuesta tuviera opciones reales de ganar. Suiza necesita la población migrante, afirma Philippe Nell, jefe de la División Américas de la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos. Así lo demuestran las 300,000 personas de Alemania, Francia e Italia que cruzan diariamente la frontera para trabajar. El funcionario resalta que éste es un inmenso problema para el país. No sólo está en peligro el acuerdo de libre circulación de personas, sino que otros seis acuerdos bilaterales con la UE, firmados en 2002 y de suma importancia, también pueden caer.   Acuerdos bilaterales Suiza-UE
  1. Libre circulación de personas
  2. Para superar obstáculos técnicos al comercio
  3. Contratación pública
  4. Transporte vial
  5. Transporte aéreo
  6. Agricultura
  7. Investigación
Suiza no forma parte de la Unión Europea, pero tiene un Tratado de Libre Comercio que le da acceso al grupo de 28 países. En 2014, las exportaciones suizas a la UE sumaron 119,000 millones de francos suizos (115,583 millones de dólares), 55% del total de sus ventas al exterior. “Si vamos a tener restricciones a la inmigración, es claro que el crecimiento va a bajar porque antes teníamos cuota de permisos de trabajo y muchas empresas no podrían desarrollarse como quisieran”, agrega Phillipe Nell. Otro problema en el frente es la fortaleza del franco suizo, que ha mermado la rentabilidad de las empresas. Entre el 2 de enero y el 30 de diciembre de 2015, la moneda se apreció 1.29%. En el mismo periodo se ha apreciado 11.2% contra el euro. Un ejemplo es Bobst, firma suiza que tiene 20,000 máquinas de embalaje alrededor del mundo. Sus ventas en 2007 fueron por 1,700 millones de francos suizos; en 2009, en medio de la crisis financiera, cayeron hasta 1,055 millones, y en 2014 subieron hasta 1,300 millones. Giuseppe Santoro, jefe de Relación con Inversionistas de Bobst, dice que de no ser por la fortaleza del franco suizo ya habrían recuperado las ventas de 2007. “Uno nopensaría que Suiza es un país que hoy está en una situación crítica en algunos aspectos, mirando al futuro y pensando en el crecimiento de la economía”, dice, por su parte, Phillipe Nell.   Exportar educación Frente al clima nebuloso que se presenta en el horizonte, las prioridades de la Confederación Helvética son abrir mercados, en especial los emergentes, para que sus empresas aumenten sus operaciones más allá del ámbito local. El país tiene proyectos de cooperación económica con Perú, Chile, Colombia, Egipto, Túnez, Sudáfrica, Vietnam e Indonesia. Las características económicas, demográficas y geográficas de México lo ponen como el lugar idóneo para que Suiza haga más negocios. Mexico-Suiza Otra prioridad para Suiza es aumentar la competitividad de sus exportaciones. Esto también atañe a los países donde tenga operaciones, para lo cual es necesario invertir en educación y desarrollo. Por todas las oportunidades de crecimiento que representa, México entra en este plan. “Las compañías suizas que vienen a México o que ya están aquí, que son muchas, tienen una escasez de personal calificado y tienen una necesidad de recursos humanos que tengan educación en ciertos sectores profesionales”, dice en entrevista Hans Ambühl, secretario general de la Conferencia Suiza de Directores Cantonales de Educación (EDK, por sus siglas en alemán). La escasez de personal calificado en México no es un tema nuevo. Sobran testimonios, encuestas y estudios que dimensionan el tamaño del problema, pero hasta ahora no había un plan, al menos visible, a nivel gubernamental para contrarrestar el problema. La reforma educativa, promovida por la administración de Enrique Peña Nieto, se ha enfocado hasta ahora en la educación básica, en la centralización del pago de la nómina docente y en la evaluación magisterial. Suiza está buscando tener una colaboración más cercana con México, a través de la SEP, y mostrar las ventajas de su modelo de educación, que vincula a las escuelas con las empresas para tener el personal que requieren, principalmente técnicos profesionales. En el modelo dual suizo, la mayoría de los adolescentes comienza el nivel de educación vocacional y aprendizaje (VET, por sus siglas en inglés) después de la secundaria. Hay programas de VET para 230 diferentes profesiones que les permiten obtener habilidades y conocimientos que en otros países se obtienen hasta la educación terciaria (técnica superior). La gran diferencia en el modelo dual consiste en que el estudiante no es becario ni practicante en la empresa, sino aprendiz, y, como tal, recibe una remuneración proporcional mientras está en el programa, y complementa su aprendizaje con uno o dos días a la semana de clases teóricas. “Los aprendices alcanzan conocimientos prácticos y las habilidades necesarias para su ocupación elegida mientras trabajan en un entorno profesional real. Paralelamente, asisten a clases no solamente para desarrollar las habilidades técnicas, metodológicas y sociales necesarias para realizar el trabajo, sino que también son instruidos en temas de educación general como idiomas, matemáticas, sociales, etc.”, explicó Hans Ambühl durante su visita a México en noviembre pasado. Otros países tienen modelos similares al dual, como Austria, Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reconoce que la educación dual puede jugar un papel importante en la preparación de los jóvenes al trabajo y dar respuesta a las necesidades del mercado laboral. Sin embargo, también señala que los gobiernos y la población no le han dado la importancia necesaria. La educación vocacional de aprendizaje ha sido “extrañamente descuidada y marginada en los debates políticos, a menudo eclipsada por el creciente énfasis en la educación académica general y el papel de la escuela en la preparación de los estudiantes para la educación universitaria. También ha sido a menudo vista como una educación de bajo estatus por los estudiantes y el público en general”, indica la OCDE en el informe “Learning for Jobs”. Alemania y sus empresas también han trabajado para implementar el modelo dual en México. La Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (Camexa) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) iniciaron un programa piloto en el Estado de México en 2009 para la implementación de un sistema dual en la entidad. En 2013, ambos organismos firmaron un acuerdo con la Secretaría de Educación Pública para extender el programa a otros estados. Desde entonces han hecho programas piloto en 170 empresas de 14 entidades, con la participación de 1,300 alumnos. El 16 de octubre, la compañía alemana Siemens anunció un programa de 31 becas repartidas entre sus sedes en el Distrito Federal, Guanajuato, Querétaro, Jalisco y Nuevo León. Los estudiantes tomarán clases teóricas en su escuela durante un año y, al terminar, Siemens impartirá un plan de formación que les permitirá rotar en distintas áreas para adquirir experiencia profesional. “Van a ser dos años en los que se van a especializar en el área de energía, digitalización, petróleo y gas, áreas contables administrativas, de recursos humanos y tecnologías de viento”, dijo Gabriel Arrillaga, director de Recursos Humanos en Siemens Mesoamérica. El directivo dijo esperar que este programa, con estudiantes del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), se convierta en “el semillero principal de Siemens”.   Un juego de tres participantes El vínculo educativo entre Suiza y México data de finales del siglo XIX, cuando Enrique Rebsámen, pedagogo suizo, llegó a México para poner las bases de la educación normalista en el país. “Es una interesante coincidencia que creo nos puede dar la base para continuar” y profundizar la cooperación, dice Hans Ambühl. El interés del gobierno helvético por importar su modelo de educación no es espontáneo. Desde hace 15 años, muchas empresas suizas buscaron sugerir a México implementar un sistema de educación dual. Al final, no se hizo por falta de interés de las instituciones, cuenta Daniel Zulauf, jefe alterno de la misión de la Embajada Suiza en México. La insistencia fue tanta que hace tres años las empresas alemanas lograron echar a andar el primer programa piloto. Zulauf dice que hay compañías suizas interesadas también en iniciar programas piloto en México. Hans Ambühl, secretario general de la Conferencia Suiza de Directores Cantonales de Educación, se reunió con autoridades de la Secretaría de Educación Pública en noviembre pasado. En septiembre de 2016 está prevista la visita a México de Johann Schneider-Ammann, consejero federal de la Confederación Suiza. Schneider-Ammann, de familia de empresarios, asumió hasta 2010 su cargo como consejero federal, presidente de Ammann Group, especializada en maquinaria de construcción, y miembro del Consejo de Administración de Swatch Group. “Tengo la impresión de que tienen un gran interés de hacer esfuerzos en esta dirección y comenzar a echar a andar los sistemas para que haya una participación más grande en la educación y aprendizaje”, dice Hans Ambühl sobre la respuesta de la SEP en las reuniones. El modelo suizo, dice Ambühl, tiene una ventaja sobre otros sistemas de educación dual: la permeabilidad, que permite al profesional técnico seguir estudiando: ciencias aplicadas o una licenciatura si lo prefiere. “Eso es una motivación para los estudiantes.” El funcionario explica que para que este modelo funcione se necesita el compromiso de tres partes: el gobierno federal, el regional y las empresas. Es un juego de diferentes participantes en el que todos tienen un rol que jugar para impulsar la educación profesional en un contexto y en una sociedad determinada. El reto parece mayúsculo, pero las necesidades de personal calificado para el país son más grandes. De acuerdo con sus niveles de ingresos, México debería tener entre 5.1 y 8.6% de sus estudiantes en niveles 5 y 6 (con potencial para realizar actividades de alta complejidad cognitiva: matemática, científica u otras) de la Prueba PISA, pero la realidad es que sólo 0.8% de los estudiantes alcanzan ese nivel, de acuerdo con el estudio La brecha de talento en México y sus costos económicos, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Para cubrir las necesidades en los principales sectores productivos del país (manufactura, minería, electricidad, gas y agua, turismo, transporte, comunicaciones y construcción), México necesita aproximadamente 1.4 millones de técnicos, de acuerdo con un estudio de Laureate International Universities y ProMéxico. Para aumentar el personal calificado disponible, el gobierno debe estrechar vínculos con las principales industrias, empresas y dependencias del Estado. Las empresas deben consideran el nivel técnico como crítico para el desarrollo, los planes de carrera y la adecuada compensación, además de proveer de expertos para capacitar. Mientras, las escuelas deben colaborar con investigaciones y estudios que proyecten estimaciones con respecto a la evolución de las necesidades que las industrian presentan, recomienda el estudio. El reto para lograr esto será superar la histórica desvinculación entre escuela-empresa y la apatía que tienen muchas compañías para capacitar a sus empleados. La Encuesta de Competencias Profesionales, publicada en 2014 por el Centro de Investigación y Desarrollo AC (CIDAC), muestra que sólo 1% de las empresas realiza labores de capacitación profesional y educación continua, pero de forma aislada. Además, persiste el temor de muchas empresas de que si capacitan a su personal, otra empresa llegará a ‘robarse’ su talento con un sueldo más alto. “En mi opinión, tiene sentido que el Estado mexicano pague 100% de los salarios por algunos años, porque no es (el modelo dual) un sistema generalizado y las empresas tienen menos incentivos al principio, y otras empresas podrían ‘picarles’ los aprendices al final”, dice Daniel Zulauf, de la embajada Suiza. Las empresas suizas y de otros países necesitan personal calificado en México; el país también. Un sistema que vincule al Estado, las escuelas y las empresas sólo podrá funcionar si las tres partes están comprometidas, sobre todo quienes necesitan los empleados. Liliana Héritier, directora de Comunicación en Nestlé, y quien también se desempeñó en el mismo puesto para la compañía en México, lo tiene claro: “Nunca vamos a tener un sistema dual si las empresas no están comprometidas con eso.”
Aprendices trabajando en las instalaciones de Bobst en Lausanne, Suiza.

Aprendices trabajando en las instalaciones de Bobst en Lausanne, Suiza.

 

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