La directora del Ifecom explica a Forbes México cómo  los concursos mercantiles pueden ser una esperanza y no una lápida para las empresas.     Mexicana de Aviación, Comercial Mexicana, Vitro, Iusacell, Oceanografía, Edoardos y Geo tienen algo en común: estas empresas han escrito parte de su historia en un concurso mercantil. Algunas han salido victoriosas del recurso legal, otras apenas inician su travesía, mientras que compañías como la aerolínea más antigua de México han terminado su trayectoria con la declaratoria de quiebra. “El interés por los concursos mercantiles ha sido creciente en los últimos años por parte de empresas de todos los tamaños y diferentes actividades. La mayoría ha concluido con un convenio que celebran con sus acreedores para resolver sus problemáticas de deuda, pero también es cierto que en muchos casos no ha sido posible y se ha tenido que declarar la quiebra”, dice en entrevista con Forbes México Gricelda Nieblas Aldana, directora del Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles (Ifecom). La situación económica adversa que algunos sectores económicos enfrentan tras la crisis global iniciada en Estados Unidos, así como las dificultades financieras por el bajo consumo, podrían llevar a otras empresas a acudir a este recurso legal. En el caso de las compañías mexicanas, el panorama podría parecer aún más desolador. En el país, alrededor de  70% de los nuevos negocios no llega al tercer año de vida, de acuerdo con la última encuesta de Empresas Familiares en México de la consultora KPMG. La reforma financiera aprobada a finales del año pasado parece mostrar una luz al final del túnel para las compañías que podrían ser candidatas a la protección del concurso mercantil, ya que permite que las empresas acudan a este recurso legal cuando adviertan la posibilidad de entrar en un incumplimiento generalizado de pagos dentro de los próximos 90 días naturales. Sin embargo, la máxima especialista en concursos mercantiles aún advierte pendientes para lograr la máxima utilidad de la ley en beneficio de las empresas y sus acreedoras.   ¿Cuándo acudir? Una mala administración del negocio o los reveses que puede traer el entorno económico puede llevar a las empresas al incumplimiento con sus acreedores. Un incumplimiento generalizado de pagos es la situación en que una compañía tiene vencida la tercera parte de sus pasivos, es decir, que no ha podido pagar esta proporción de su deuda con el acreedor o acreedores. La reforma financiera le permite a las empresas acudir al concurso mercantil en el momento en que la amenaza de incumplimiento generalizado se presenta en su panorama con peligro de concretarse en 90 días naturales. Otra forma de determinar el momento de acudir al concurso mercantil es cuando la liquidez de las organizaciones se muestra deteriorada y la expectativa de la recepción de pagos en efectivo es insuficiente para cumplir 80% de sus pagos vencidos.   ¡Cuidado! “Entre más se acerque una firma al incumplimiento de sus compromisos complica su panorama, mientras que la prontitud para presentar un convenio facilita el apoyo del concurso mercantil”, dice Nieblas Aldana. El peligro de no solicitar el apoyo legal a tiempo deriva en que se originen intereses ordinarios, así como moratorios, elementos que en un concurso quedan suspendidos mientras dure el proceso. “Esto es un respiro que se le da al comerciante para que su deuda no siga creciendo”, dice la especialista. Los focos rojos se encienden en el momento en que la deuda puede convertirse en un pesado lastre, pero la protección del concurso abre un espacio de negociación con los acreedores en la que se puede salvar parte del patrimonio de la compañía. La reforma fiscal permite a las empresas concursadas acceder a créditos competitivos en el mercado, los cuales le permiten cumplir los requerimientos de pago. “Lo que se busca es que no se pierda la fuente de empleo en el procedimiento y pueda acceder a recursos que el juez permita como parte de los cambios financieros actuales”, explica la directora del Ifecom.   Los tiempos del concurso Los concursos mercantiles viven diferentes etapas a lo largo de su desarrollo, y a pesar de que existen tiempos en los plazos legales, no hay una forma de determinar un tiempo total de la duración de un concurso mercantil. “Hay casos como el de Mexicana en los que el conciliador presentó los estudios que mostraron que no bastaba con el sacrifico de los acreedores, sino que era necesaria una inversión fuerte de capital que pudieran otorgar los inversionistas interesados”, dice Gricelda Nieblas. Al final, la ley establece que el juez rector del concurso es quien fija los mecanismos para preservar el valor de las compañías sin importar los tiempos que se puedan requerir para lograr ese propósito. Los tiempos de la conciliación pueden llevar, en promedio, un año, aunque pueden alargarse, siempre manteniendo el principio de certeza del concurso. La única forma de agilizar el proceso es el acuerdo de todos los interesados, situación que resulta fácil de lograr. Entre 2007 y 2014 se logró el único caso en que 100% de los acreedores coincidieron en el acuerdo del convenio de conciliación.   Los pendientes Gricelda Nieblas reconoce que todas las leyes son perfectibles y asegura que los cambios en el sector financiero benefician a los concursos mercantiles, pero aún hay pendientes, entre éstos la simplificación de trámites judiciales, como la visitas de verificación a las empresas. “Ahí tenemos propuestas que pueden facilitar todo con menos tiempo y costos”, dice Nieblas. Asimismo, asegura que es necesario que se agregue un capítulo referido exclusivamente a pequeñas y medianas empresas (Pymes), que son la gran mayoría en el país para evitar faltas de formalidad en su apertura y cierre, cuestión que podría ser solventada a través del concurso mercantil. “No todas las empresas entran para llegar a un acuerdo, sino también para formalizar su cierre. Por ello es importante facilitar su procedimiento y costo”, asegura la representante de Ifecom. Gricelda Nieblas reconoce que aún falta camino por recorrer en los concursos mercantiles, pero los primeros pasos ya se dieron. “Aún hay reformas pendientes en la ley, pero creemos que los concursos mercantiles son hoy más relevantes.”

 

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