La paranoia nos podría hacer pensar que somos espiados mediante el big data, pero no es así. Ni siquiera se recopilan datos de la identidad de una sola persona… ¿Entonces?     En la saga de Fundación, Isaac Asimov planteaba la aparición de una nueva ciencia llamada psicohistoria, disciplina que era una mezcla de actuaría, estadística, sociología y psicología de masas que podía pronosticar con gran exactitud el comportamiento y devenir de la humanidad. En otras palabras, a través de datos estadísticos, la ciencia podía ver el futuro de los seres humanos. Entre más grande fuera la sociedad analizada, el rango de error era mucho menor. Algo parecido a lo que hace el análisis del big data en la actualidad. Es posible que en los últimos meses hayan escuchado el término big data y corrieran rumores sobre la importancia que está teniendo no sólo en la economía, sino en áreas muy específicas como el marketing o la publicidad. Y no sólo eso: es muy probable que en los próximos años el big data sea la tendencia definitiva para entender y desarrollar estrategias de mercado. Sin embargo, para muchas personas aún no queda claro a qué se refiere dicha tendencia de análisis. Se entiende por big data la recopilación, análisis y formulación de tendencias de grandes cantidades de información, tales como las que se pueden recopilar al usar una aplicación, una página de Internet, un motor de búsqueda, las redes sociales o un servicio web. De esta manera se recopila información sobre los hábitos de uso de los usuarios de la red; algunos datos podrían ser la hora a la que se conectan, las plataformas que usan, los sitios que suelen visitar, el tiempo que pasan en ellos, qué tipos de contenidos les gusta ver, cómo pagan sus compras, que días de la semana se conectan más y así hasta el infinito. La idea es encontrar no los hábitos de un usuario, sino las tendencias de un segmento de la población. A nivel de negocios no sirve conocer qué hace una sola persona, sino cómo se comporta la población en el mundo digital respecto de un evento (por ejemplo, un evento deportivo o la muerte de alguna celebridad), qué cosas busca en determinada época del año o si pasa más tiempo conectado que viendo algún otro medio. La paranoia nos podría indicar que estamos siendo espiados, pero en realidad no es así. No se busca lo que Juan Pérez hace; de hecho, ni siquiera se recopilan datos sobre la identidad de una sola persona, sino más bien sobre la forma en la que una plataforma es usada, un servicio es consultado, una página visitada o un contenido compartido. Con esa cantidad de datos de forma masiva se pueden encontrar nichos de mercado que antes pasaban inadvertidos o son relativamente nuevos. De esta manera se generan bases de datos que, al cruzarse, pueden trazar comportamientos y necesidades específicas. Así se pueden ofertar servicios, contenidos o productos personalizados de acuerdo con el perfil de cada uno de los usuarios. Básicamente, el big data funciona de la siguiente manera: Se recopilan datos de páginas de Internet, apps y otras fuentes. Es importante señalar que al big data no le interesan los datos personales o de un solo usuario; por el contrario, interesan los datos de una región, de un segmento de la población o de un conjunto de sitios de Internet. Se crean bases de datos respecto de todas las variables encontradas y se clasifican para ser utilizadas más tarde. Se analizan las bases de datos y se cruzan entre sí para determinar comportamientos. Por ejemplo, si un usuario de las redes sociales indica que le gusta el yoga, entonces podemos cruzarla con otras bases de datos de acuerdo con las tendencias de usuarios con gustos similares y sabremos que es probable que le guste cierto tipo de comida, de ejercicio, de música y de lugares. El análisis del big data nos puede ayudar a trazar comportamientos sociales de una manera mucho más efectiva para ofrecer contenidos prácticamente a la carta y con una gran posibilidad de éxito, ya que no sólo se trata de cruzar datos, sino de experimentar y jugar con ellos para encontrar diferentes posibilidades de negocio. Hora de zambullirse en los datos y empezar a escarbarle.     Contacto: Twitter: @sincreatividad     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Mujeres ejecutivas: Cómo crecer en industrias de visión masculina
Por

Las socias fundadoras de Lovill, López, Villanueva & Heurtematte son Patricia, Isabel Cristina y Elizabeth. Esta pri...