cintillo William Rhodes ha participado en negociaciones de deuda de gobierno y bancos. Evitó que varias crisis económicas estallaran o se agudizaran alrededor del mundo. En su trayectoria en el sistema financiero, atesoró lecciones que hoy resultan conocimiento valioso para anticiparse y actuar ante los motivos de una nueva debacle.     En 1982, Jesús Silva Hérzog, entonces secretario de Hacienda de México, desapareció durante una semana entera en medio de un proceso de negociación con bancos estadounidenses. En ese momento, el país atravesaba una crisis de deuda y estaba en riesgo de incumplir pagos por 80,000 millones de dólares. La economía estaba lejos de la estabilidad, el desempleo rozaba el 13% y la inflación anual alcanzaba 60%. William Rhodes, quien representaba a Citibank en Estados Unidos, fue uno de los capitanes de la negociación que ocurría en Nueva York. Él y los otros banqueros empezaron a experimentar nerviosismo ante la ausencia del Secretario de Hacienda en las reuniones, que resultaban definitorias para que México atravesara un incumplimiento y estallara una verdadera crisis en los mercados. “La lección aquí es que una negociación no acaba hasta que se acaba. Hay que actuar cuando sea necesario. Tomar un vuelo, levantar el teléfono y llegar al meollo del asunto”, señala el banquero en su libro de lecciones de liderazgo. William Rhodes tomó un avión decidido a hablar con Silva Herzog. De no hacerlo, sólo habría que esperar a que México incumpliera y provocara una conmoción como no había ocurrido desde la Gran Depresión. Una tercera parte de la deuda de México correspondía a los bancos del comité presidido por Rhodes, las pérdidas podrían acercarse a 30,000 millones de dólares, eso sin contar que México podría desencadenar una ola de impagos en América Latina: podrían seguir Argentina y Brasil. El efecto dominó sería desastroso. Ya en el país, Rhodes llamó a la oficina de Herzog, llamó a su casa, dejó mensajes y después de unos días Herzog se comunicó: había tenido una operación de emergencia y estaba convaleciente. No había querido que los mercados supieran lo que le pasaba por miedo a las repercusiones. El gesto de Rhodes, de viajar y buscar a Herzog, demostró la voluntad de los bancos para la negociación. Para diciembre de ese año, México había conseguido capital fresco para refinanciar su deuda. La gran debacle había sido contenida.   El Banquero del Mundo A 32 años de aquel incidente, Rhodes regresó a México, un país con el que ha tenido una relación estrecha. Su participación en la negociación de la deuda en 1982 es sólo un fragmento de uno de los capítulos de su libro Banquero del Mundo. Lecciones de liderazgo desde el frente de las finanzas globales. Su visita implica que los principales hacedores de política económica hagan un hueco en sus agendas. Cuando Rhodes platica con Forbes México ha pasado antes por la oficina de Agustín Carstens, a quien considera una figura clave para México, y ha platicado con Miguel Mancera Aguayo, y reconoce que este último es uno de los mejores capitanes con los que ha contado el Banco de México. Hace anotaciones puntuales de sus impresiones del país y lo hace en un español impecable, con un ligero acento caribeño. Dice que México ha capitalizado las oportunidades y tiene ventajas por las reformas emprendidas. Su padre viajó por el mundo como segundo a bordo y luego como capitán de barcos petroleros. Cuando Rhodes estudiaba historia en la universidad, decidió tomar el mismo rumbo y embarcarse en una nave danesa, donde tuvo oportunidad de practicar diferentes idiomas; el español, uno de ellos. Ahora recopila en su libro que una de las características del buen negociador es hablar el idioma y conocer la cultura de la contraparte en la negociación. Si bien las memorias de uno de los banqueros más influyentes del planeta son un tópico acertado para editar un libro, William Rodhes afirma que el principal objetivo de su libro es poner en claro las lecciones que las crisis le han dejado al mundo. “Los países desarrollados pensaron que no tenían ya nada que aprender de América Latina y la última crisis es fruto de no aprender de los errores que habían sido cometidos y remediados en economías emergentes, el propio FMI olvida a veces el origen histórico de las crisis”, señala en entrevista. William Rodhes negoció la deuda Nicaragüense en el tiempo del levantamiento sandinista: él, con su posición de experto en finanzas, y su contraparte, armada hasta los dientes. Uruguay, Argentina, Brasil, China… Rodhes fue piedra angular de las negociaciones de deuda en estos países.   Las próximas crisis En marzo de 2007, William Rodhes advirtió que las hipotecas subprime serían un problema serio. La comunidad financiera le respondió que era muy pronto para pensar que algo así podría pasar. Mientras lo hacían, el mundo se encaminaba a la crisis financiera más pronunciada desde la Gran Depresión, que detonó precisamente en el mercado hipotecario. Ahora, El Banquero del Mundo, advierte que la mayor amenaza para el sistema financiero es que al parecer “los países no aprenden y no implementan cambios en la estrategia de funcionamiento de instituciones financieras”. Señala que uno de los retos está relacionado con la cultura del riesgo de las instituciones financieras y con la necesidad de que las autoridades mantengan la habilidad de hacer el trabajo de regulación y castigar a quienes no cumplan. “Hay que poner atención en la liquidez que ha quedado en los mercados tras la crisis financiera, pues puede generar desequilibrios y ahora, con la tecnología, los mercados están más conectados, reaccionan más rápido y se incrementa el riesgo de contagio entre las economías. Si las autoridades y el sistema bancario no ponen atención a las lecciones históricas, las crisis tenderán a repetirse con una frecuencia cada vez mayor”, advierte. Éstas son algunas de las lecciones de William Rhodes para ser un buen líder y negociador:
  1. Lidere con valentía y decisión
  2. Anticipe los problemas visualizando el impacto
  3. Ejecute en el momento oportuno
  4. Tome acciones puntuales y exhaustivas
  5. Defienda lo justo
  6. Aproveche las oportunidades
  7. Conozca a la contraparte: cultura, historia, costumbre, idiomas
  8. Cree consenso, utilice formas innovadoras para resolver los problemas 
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