Las conexiones y la inmediatez del acceso a los recursos no se limitan a internet, y esto es particularmente cierto en el caso del gas. Veamos hacia dónde van los nuevos sistemas digitales como parte del internet industrial.   Por Pablo Moysam Desde que inició la Revolución Industrial, el uso del gas ha incrementado constantemente gracias a la demanda energética que en aquellos tiempos comenzó a imperar en diversas regiones del mundo. Desde entonces hemos aprendido a utilizar de manera provechosa este recurso para mejorar nuestra calidad de vida, así como impulsar el desarrollo de múltiples industrias que requieren este tipo de combustible. Sabemos que vivimos en un mundo cada vez más globalizado, estamos en una época en que las conexiones y la inmediatez del acceso a los recursos no se limitan a internet, y esto es particularmente cierto en el caso del gas: su uso se incrementa debido a la enorme disponibilidad por grandes descubrimientos y a que las redes en su infraestructura, las cuales lo conectan con la oferta y demanda, se están tornando más diversas en el mundo entero, adaptándose, aprendiendo y evolucionando. Esta evolución nos ha llevado a desarrollar nuevos sistemas digitales para detección, monitoreo, control y análisis; todo esto como parte del “internet industrial”, que nos otorgará una integración más profunda del mundo digital con el de las máquinas, dándonos una visión única a futuro. Y mientras la tecnología continúa avanzando en componentes de la cadena de producción de gas, como compresores, válvulas, turbinas y motores, los avances más interesantes se evidencian en la integración de sistemas que, por ejemplo, en EU han permitido desarrollar el gas no convencional de manera extraordinaria para el mercado. Al día de hoy, la demanda de gas a nivel global es de 3.5 mil millones de metros cúbicos anuales (Bcm), que equivalen al 70% del total del mercado mundial de petróleo. Para 2025, consideramos que esta necesidad aumentará 1,300 Bcm, lo que equivale a un incremento del 36% si lo comparamos con lo que se consume hoy. Esta necesidad hará que el consumo de gas, como combustible para energías primarias, aumente un 26%. Esta previsión en el crecimiento del consumo de combustible obligará a enfocar esfuerzos en el desarrollo de infraestructura crítica en países de África y América Latina; asimismo, el gas será atractivo como una alternativa al petróleo para el transporte y la generación eléctrica, por sus significativos beneficios ambientales, no sólo debido al reemplazo de combustibles más contaminantes, sino también por la conservación de otros recursos como el agua. Trabajando juntos, gobiernos, fabricantes, desarrolladores, constructoras, proveedores de gas y financistas pueden implementar proyectos integrales de generación termoeléctrica con base en el gas natural en mercados con bajo o ningún acceso a gas y/o electricidad. Hay que considerar que los mercados emergentes van a representar más del 80% del crecimiento en el consumo eléctrico hasta el 2025. Y aunque estas cifras solamente son un panorama de lo que podría o no ocurrir en cuestión de recursos energéticos, cabe recalcar que las decisiones relacionadas con tecnología de combustibles que se tomen en los próximos 15 años definirán en gran manera la estructura de la industria energética en las décadas por venir, y ya van elevando la esperanza de mejorar la vida de 20% de la población mundial que todavía vive sin acceso a electricidad.
Pablo Moysam es director Comercial – Ecuador & GTP Latinoamérica de General Electric.   Contacto: Twitter: @GECareers_LatAm Facebook: GE Careers México LinkedIn: GE Latin America Careers Página web: GE imagination at work   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.