Sigue a la autora de este blog en un viaje glaciar por la inmensidad blanca de Juneau, Alaska.     Es mi primer viaje en helicóptero y he decidido cerrar los ojos hasta que llegue el momento preciso para admirar el paisaje. Las emociones me invaden y me dejo llevar… La oscuridad me permite sentir con más fuerza el palpitar de la montaña y cómo corre la adrenalina por mis venas. La emoción crece con cada pequeña turbulencia, y es entonces cuando Cooper, el piloto previamente advertido, me indica que ha llegado la hora: estamos en la cima de un paisaje de sueño. Despierto a la luz ante un escenario maravilloso y aparentemente infinito, siento que vuelo en un video de National Geographic, como un explorador, como si este paisaje que no ha sido modificado por el hombre no lo hubiera visto nadie. Estamos en Juneau, Alaska sobrevolando las montañas nevadas para descender sobre el glaciar Mendenhall. Desde esta altura logro comprender en su totalidad por qué a los glaciares se les llaman ríos congelados e incluso creo que logro distinguir el curso de la corriente.   glaciar1-paulinad-feltrin Aterrizamos en un ambiente que evoca a la vez paz absoluta y aventura extrema. Nos colocamos botas de alpinista y, con pico en mano, nos disponemos a realizar una caminata sobre uno de los hielos más grandes del planeta. Todo lo que parecía diminuto desde el cielo, aquí toma dimensiones majestuosas. Liz, nuestra guía que ha vivido toda su vida en Alaska y quien escaló su primer glaciar a los seis años, nos explica cómo el hielo se abre paso en la montaña lijando la roca. Así que yo, envestida en mi armadura femenina, imagino que camino sobre grandes diamantes que cortan cumbres cuyos cristales reflejan los colores del arcoíris ¡Estoy en el lugar de la fantasía bajo cero! Mientras el grupo se adelanta, he decidido tomar una pausa para admirar el paisaje; el contraste es exquisito: bloques de hielo con formas caprichosas y pequeños estanques rodeados por grandes rocas y arena de roca virgen con pequeños árboles a los costados. Es verano y no hay nieve, pero el frío y el viento son intensos. En este lugar el ser humano se siente tan insignificante ante el paso del tiempo, ante un paisaje que ha tomado cientos de años en crearse. Después de una breve clase, escalo mi primera cumbre de hielo ¡Qué emoción! Siento como si hubiera escalado el Everest y apenas he subido unos cuantos metros. Aquí arriba nos encontramos una pequeña cascada que tal vez se ha formado por una hoja o una roca que rompió el frágil equilibrio del glaciar. Lleno mi botella de agua deliciosamente fría y saludable, al mismo tiempo que percibo como el piso cruje y el agua corre bajo mis pies. Es un hecho, el verano ha llegado a la última frontera. Doy el primer trago y vislumbro a lo lejos a Cooper, quien con una sonrisa nos indica que está listo para emprender el regreso a casa. Me despido del gigante de hielo con la certeza de que he vivido una de las mejores experiencias de mi vida, detenida en el tiempo, entre los brazos de los equitativamente poderosos y frágiles hielos del planeta.   glaciar2-paulina-feltrinc COORDENADAS
  • Dónde: Glaciar Mendenhall en Juneau, Alaska
  • Cómo llegar: En crucero por Alaska o bien volar a Anchorage para tomar un ferré a Juneau.
  • Tour: NorthStar Trekking
  • Costo: 450 dólares por persona
  • Temporada: mayo a septiembre
  • El tour dura aproximadamente cuatro horas, incluyendo el viaje en helicóptero, equipo y 90 minutos de caminata en el glaciar.
  • Edades: la edad mínima es de 12 años y existen tres niveles diferentes, de acuerdo a tu condición física.
  • IMPORTANTE: viajar trae consigo una responsabilidad, así que al reservar tus tours, verifica que cumplan con las normas. Los glaciares son un ecosistema muy frágil, en este caso NorthStar Trekking trabaja con los permisos de U.S. Forest Service.
    Contacto: Twitter: @PR_TraveLady

 

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