Tal Ben-Sahar, el gurú de la psicología positiva, explica cómo la ciencia de la felicidad genera mejores empleados y decisiones ejecutivas más asertivas.   Por Iván Iglesias Monterrey, Nuevo León… Inseguridad, giros negros por doquier, virtuales toques de queda, lucha cruenta contra el narcotráfico… En un viaje relámpago a esta vapuleada ciudad para platicar en exclusiva con Tal Ben-Sahar, líder de la psicología positiva y autor del best seller Happier and Being Happy, traducido a más de 25 idiomas, mi mente se revolvió en su búsqueda por encontrar la coherencia entre el sentir y el hacer. Llevo en la cabeza ciertas cifras que es conveniente tomar en cuenta pues, además de transitar por convulsionadas ciudades (como México o Monterrey), hay indicadores que muestran un alto nivel de insatisfacción de los mexicanos con sus afectos: de acuerdo con una encuesta realizada por la organización Imagina México, en 100 de los 2,573 municipios, 25% de los encuestados (la cifra más alta) dijo estar feliz con su familia, mientras que 16% estaba satisfecho con la “cuestión afectiva”. Bajo ese entorno, acudo a una plática con Tal Ben-Sahar en la Escuela de Gobierno y Política Pública (EGAP) del ITESM, en una zona de Monterrey que pareciera el Beverly Hills mexicano, en San Pedro Garza García, municipio que posee el mayor ingreso per cápita del país. Él es un estadounidense-israelí que no llega a los 45 años y que ahora, dice, se siente más feliz que 10 años atrás.   Felicidad vs frustración Grandes dudas giran alrededor de este tema ya que muchas personas no vinculan el encontrar la felicidad personal con sus estudios, carreras o desarrollo profesional, a pesar de perseguir, como caballos desbocados, el éxito en sus vidas. Al respecto, Tal comenta: “La gente piensa que para ser feliz necesita ser más exitosa; sin embargo, esta ciencia (la psicología positiva) nos indica que no es el caso”. De acuerdo con Tal Ben-Sahar, mientras más felices seamos, mejor encaminados estaremos hacia el éxito. Y aterriza su reflexión en el mundillo empresarial: “Si un jefe incrementara sus niveles de felicidad en su compañía, aunque fuera un poco, encontraría gente más comprometida, el nivel de productividad y creatividad aumentaría. Por supuesto, las relaciones entre grupos de trabajo serían mejores y las ganancias se incrementarían”. Sí, todos lo sabemos, la felicidad representa una búsqueda de satisfactores, no necesariamente materiales, que nos permiten sentirnos más equilibrados en la vida. Sin embargo, en muchas ocasiones, se nos mete el diablo y la buenaventura se acaba. Ben-Sahar presume tener la receta para purificarnos: “Cuando no acepto que estoy pasando por tiempos complicados, de que tengo miedo, estoy ansioso o enojado, estas emociones se intensifican. Lo primero es decir: ‘Esto es humano; es natural que me sienta así’. Mediciones en empresas han demostrado que los directivos que aceptan sus emociones tienen un mejor manejo de las mismas, lo cual les beneficia para tomar decisiones asertivas y manejar mejor el fracaso”. —¿Es racionalizar las emociones? —No, es experimentarlas. “Todos las experimentamos, sin excepción. Vemos a grandes líderes en las portadas de Forbes y pensamos que son impenetrables o perfectos. Pero olvidamos que ellos sienten lo mismo que el resto de las personas: decepción, miedo, ira, fracaso. La única diferencia es que aceptan estas emociones y siguen adelante, no dejan que los frenen”. ¿Quién es parte de esta franja de mexicanos que saben domar ese “freno”? El cuestionario BIARE del INEGI calcula en una escala del 0 al 10 que 7.7% de los mexicanos está “medianamente satisfecho” con sus logros de vida.   El precio por pagar No cabe duda, Tal Ben-Sahar tiene tablas al hablar. De manera pausada, con palabras bien seleccionadas y la experiencia oratoria de haber dado clases en Harvard ante seminarios de poco más de dos mil alumnos, nos dice que ser feliz es cosa seria en el mundo de los negocios. “Pienso en la felicidad como un ingrediente importante en el trabajo. Es una propuesta ganar-ganar, pues los directivos que se preocupan por el bienestar de sus empleados no sólo están felices por ellos, sino también por sí mismos y su empresa. La felicidad se traduce en pesos y centavos dentro del mundo empresarial”. Ojo, este autor y esta historia no pretende promover la filosofía de que “todos somos hermanos”. Tal Ben-Sahar comenta, simplemente, que el rol principal de un CEO no es que sus empleados sean felices. “Su papel primario es preocuparse por sus inversionistas y mantener a flote sus inversiones (al generar riqueza). Ahora bien, ellos de alguna manera están involucrados con la empresa al mismo nivel que los empleados. Por ello, la felicidad debe estar inmersa en la ecuación entre liderazgo y management”. Años atrás, Ben-Sahar sólo quería ser campeón mundial de squash, y lo logró. Pero su búsqueda constante del éxito y el reconocimiento terminó por parecerle insuficiente. “Empecé a dar clases cuando tomaba una maestría en Ciencias de la Computación, ya que quería trabajar en la industria de la alta tecnología. Durante mi segundo año en Harvard hacía mucho deporte y no me iba mal, pero era tremendamente infeliz. Por eso me acerqué a la psicología positiva, no con el ánimo de ser maestro, sino de contestar a dos preguntas: ¿por qué no soy feliz? y ¿cómo puedo ser más feliz? “Cuando ganaba un campeonato de squash era feliz por un mes, pero luego regresaba a mi infelicidad. No creo que la felicidad sea un código de ceros; es un viaje, un proceso. Hoy soy más feliz que hace 10 años y espero que dentro de otros diez me sienta más feliz de lo que soy ahora”. ¿Todos alcanzamos la felicidad? Pienso en gente exitosa, en alguien que logró lo que quería en la vida. Tal Ben-Sahar me contradice: “Los líderes no necesariamente son felices. Ser un líder, especialmente uno que se preocupe y esté comprometido, es cargar con mucho peso y responsabilidades”. En los negocios, el ejemplo es más claro: “Los líderes tienen que tomar decisiones difíciles, muchas más que nosotros. Pero las verdaderas decisiones difíciles que ellos toman no son escoger entre lo correcto o incorrecto, sino entre lo correcto y lo correcto. Por ejemplo: cuando tú despides a parte de tu personal (por razones de economía global), ésta es la decisión correcta porque en el orden de mantener una empresa a flote es correcto que debas limitar tus costos, aunque también es lo correcto o moralmente justificable el que tus empleados conserven su trabajo. “Y aquí está el meollo de la cuestión: cuando tú tomas una decisión entre lo correcto y lo correcto siempre habrá un precio que pagar, porque cuando tomas la decisión aparecerá el sentimiento de que hay algo más que pudiste hacer mejor. Esta consciencia de líder es el precio que hay que pagar”.   El ABC Esto son los pilares que propone Tal Ben-Sahar para ser feliz:  
  1. 1.    Permiso para ser humanos. A medida que no aceptamos nuestras emociones, éstas se intensifican y no podemos deshacernos de ellas. Debemos dejar que las emociones malas fluyan, para dar paso a mejores.
  2. 2.    Conexión cuerpo-mente. El ejercicio ayuda a ganar confianza, actitud y felicidad. Ejercitarnos permite tomar el control de nuestra felicidad.
  3. 3.    Todo ser humano debe estar agradecido por las cosas simples de la vida. Es aconsejable escribir a diario las cinco cosas más importantes por las que estamos agradecidos para que no pasen desapercibidas.

 

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