La reasignación de recursos, el incremento de becas de estudio y un acuerdo con una de las universidades más prestigiadas de EU son la carta de presentación del hombre que quiere convertir al TEC en una nueva elite académica.     El cambio en el escudo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) desató una ola de críticas entre la comunidad estudiantil de la universidad.  Pero esto es tan sólo el inicio de un plan mayor que un hombre tiene entre manos para transformar a esta casa de estudios. “La inclusión social implica también atraer mejores alumnos y buscar fondeos de becas para ser una universidad que sea una elite académica y no económica”, dice en entrevista con Forbes México Salvador Alva, presidente del ITESM. El egresado de la carrera de Ingeniería Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha tomado la batuta de cambios desde que fue nombrado el 12 de septiembre de 2011. El año pasado, el TEC de Monterrey cerró 30% de sus carreras y este año logró la aprobación de 1,250 becas que cubren 100% de los estudios en la institución, y en el mediano plazo espera que sean 7,000. Actualmente, 30% de los directivos que laboran en las empresas más grandes de México provienen del ITESM, mientras que 65% de los egresados funda su propia empresa. La excelencia en la calidad de los alumnos en las empresas está confirmada por las cifras, pero no es suficiente para su rector, quien ve en la incorporación de la investigación científica el escalón más cercano para pelear el primer lugar en la elite de universidades mundiales. En marzo de este año, el ITESM y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) firmaron un convenio de colaboración, para que financiar a través de un fondo  proyectos de colaboración científica, y recientemente establecieron un nuevo acuerdo para impulsar en conjunto las investigaciones en nanociencias y nanotecnología. “Mi labor es quitar toda la burocracia que hay arriba y cuidar que realmente los recursos se inviertan en desarrollar las herramientas”, dice el ex presidente de Grupo PepsiCo en Latinoamérica y uno de los empresarios más influyentes en Estados Unidos.   Una apuesta por la ciencia “Como presidente del Consejo del Sistema Tecnológico de Monterrey, me siento muy satisfecho con nuestra elección. Estoy seguro que el liderazgo, experiencia y visión de Salvador serán fundamentales para guiar a la institución a una nueva etapa de consolidación como un sistema educativo de excelencia en México y el mundo”, expresó Lorenzo Zambrano, al designar a Alva Gómez como rector de la universidad fundada en 1943. La carrera como empresario de Salvador ha sido, tal vez, la mejor tarjeta de presentación en sus manos. Recién egresado de la universidad, el joven ingeniero ingresó a la Cervecería Moctezuma, donde por 10 años trabajó en las áreas de Logística, Desarrollo de Nuevos Negocios, Planeación y Mercadotecnia. Pero su logro mayor fue posterior a su primera incursión laboral. Durante 24 años, el mexicano ejerció distintos puestos al interior de PepsiCo, firma refresquera en la que ocupó la presidencia para la región de Latinoamérica, además de ser nombrado miembro de su Comité Ejecutivo a nivel mundial. A partir de diciembre de 2013, Salvador Alva recibió la encomienda de dirigir al TEC de Monterrey: “El TEC era una institución partida en campus, y la realidad es que el talento no lo compartíamos… hoy la organización es una sola institución”, dice orgulloso. Esta vez, el elemento a desarrollar en los más de 33 campus es sembrar la semilla de la investigación con acuerdos como los firmados con el MIT, y construir los centros de investigación para que las primeras generaciones de investigadores germinen. “El proyecto Distrito TEC en el campus Monterrey tuvo una estrategia que implicó la renuncia de espacios dedicados para un estadio y liberar espacio de las 50 hectáreas para poner los centros de investigación e invitar a empresas al campus con vinculación”, explica Salvador Alva. En los próximos 20 años, el ITESM tendrá más de 1,100 mdd de dólares para impulsar la investigación y modernizar las instalaciones, recursos que provienen de la propia institución, así como de capital privado. Los esfuerzos del ITESM por volcarse en la investigación tal vez no representan un nuevo camino por transitar para la universidad, sino retornar a los orígenes fundacionales. Hace un siglo, Eugenio Garza Sada, fundador del Tecnológico de Monterrey, se graduó como ingeniero civil por el MIT, un lazo histórico con la escuela estadounidense que muestra los orígenes del plan estratégico que hoy se fragua. Fuente: ITESM.   El talento Ciencia y emprendimiento son dos de las variables que el rector, opina, podrían darle valor a la apuesta en investigación de la institución educativa privada. La nanotecnología y las nanociencias son estudios aplicados al diseño y creación de materiales, así como aparatos en una escala minúscula (más pequeña que un cabello) con propiedades especiales. El acuerdo con el MIT busca lograr la transferencia de conocimientos y la aplicación de proyectos nacidos en una de las mejores universidades del mundo. Actualmente, el MIT ocupa la posición número tres del Top 500 de las mejores universidades, de acuerdo con el Ranking Académico de las Universidades del Mundo, que publica el Centro de las Universidades de Clase Mundial de la Universidad de Jiao Tong de Shanghai. “Hay muchos campos en donde la nanotecnología puede tener una incidencia notable en México”, asegura Joaquín Esteban Oseguera, investigador del Tecnológico de Monterrey y empresario que desarrolla negocios basados en nanotecnología. Para el presidente del ITESM, la aplicación en temas de negocios es totalmente viable, ya que en otros países esta tecnología se utiliza para la producción de energía, cuidado del agua y su transportación, así como en la producción de medicamentos con efectos específicos para ciertas áreas del cuerpo humano. A nivel nacional existen cerca  10 centros de investigación en temas de nanociencias y alrededor de 300 empresas relacionadas con el uso de nanotecnología, mientras que en Nuevo León, en donde se concentra la sede principal del ITESM, se encuentran entre 50 y 80 empresas, dice el funcionario. Para el presidente del Sistema del Tecnológico de Monterrey, ésta es una oportunidad dorada para los estudiantes y para todo México, por lo que quiere incorporar a las mejores mentes del país. De ahí que el plan es ampliar el sistema de becas para los candidatos de bajos recursos en México, hecho que ha desatado las críticas de parte de la comunidad estudiantil del Tec. Sin embargo, Salvador Alva Gómez es un hombre que prefiere no preocuparse por la oposición, sino por cumplir un plan estratégico que el ITESM tiene y que él se encarga de cumplir: “El Tec de Monterrey a veces es el secreto mejor guardado y es importante darlo a conocer.”

 

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