Lo ideal es usar alcohol anhidro (etanol carburante) para mover a los automóviles, en lugar de la gasolina de la que casi todos los días se anuncian nuevas marcas y está en el ojo del huracán por generar contingencias ambientales en la Ciudad de México. “Estamos gestionado construir 30 estaciones de servicio de etanol carburante en la Ciudad de México, cinco negocios más en Guadalajara y cinco establecimientos en Monterrey”, revela Gilberto López, presidente de la Alianza de Proyectos Estratégicos (APE). López, con un grupo de socios, levantó una especie de gasolinera en Veracruz donde venden etanol.  Las estaciones de servicio de etanol a ser instaladas en las tres ciudades más importantes de la República Mexicana serán casi iguales a las que están operando en Brasil, señala a Forbes México. Muchos de esos establecimientos cuentan con restaurantes donde venden platillos verdes (es decir, comida orgánica y libre de fertilizante), así como hoteles amigables con el medio ambiente, explica el inversionista mexicano, dueño de la marca Etanomax, la primera franquicia en México que vende ese combustible derivado de la caña de azúcar, aunque puede salir del sorgo, maíz, entre otros alimentos. “Me visitaron diferentes inversionistas como Praj de la India, Abengoa de España y otras personas de Brasil para ver cómo estaba operando la primera estación de etanol instalada en Veracruz”, expresa. La empresa india diseña e instala plantas para la producción de etanol de primera generación en más de 60 países del mundo desde hace más de tres décadas. A su vez, la compañía española opera seis plantas de bioetanol en Estados Unidos, dos en Brasil, dos en España, una en Holanda y otra en Francia. “En España y Estados Unidos ya se vende etanol mezclado y se conoce como E10 o E86”, recuerda el también ingeniero. Shell y Consal tienen 4,500 estaciones de servicio de etanol carburante en Brasil, y hay más de 2,800 establecimientos donde se vende este tipo de combustibles en Estados Unidos. “En Monterrey ya se emplea etanol, que es importado de Estados Unidos”, recuerda Gilberto López.   Los pioneros “Nosotros obtuvimos el primer permiso a nivel nacional para la venta de etanol carburante o anhidro a través de la instalación de una estación de servicio en Veracruz”, señala. En Orizaba y Atoyac operan un par de fábricas de etanol, que es usado con fines farmacéuticos, industriales y bebidas, y una parte la usan como alcohol anhidro (un elemento que se mezcla con la gasolina para ser inyectado a los automóviles). Mientras no haya producción de etanol anhidro ni se construyan las refinerías para procesar este combustible, se puede traer directamente del extranjero, recuerda el ingeniero. En la estación de servicio en Veracruz se venden entre 4,000 y 5,000 litros de etanol cada mes. Un taxista puede ahorrarse entre 1.50 y 1.70 pesos por litro. El conductor del taxi necesita 40 litros diarios para dar servicio, entonces se ahorraría entre 2,500 y 3,000 pesos mensuales. “Con ese dinero se paga la letra de un automóvil y contribuyes a no contaminar en la ciudad”, expresa. “Es un carburante que en un momento determinado puede sustituir la gasolina que se está empleado en el mercado mexicano para mover a los automóviles”, agrega el presidente de APE. El etanol carburante es 99.5% de alcohol, el resto es humedad. Para crear el etanol carburante se meten los azúcares de la caña y una levadura; después fermenta y se destila, un proceso químico que le quita la humedad. “A partir de ese momento, ese alcohol es carburante y energético, que puede usarse para echar a andar un automóvil. Si el alcohol lo bajamos a 96% tiene otro tipo de propiedades. Es el mismo alcohol, sólo que deshidratado.” El alcohol deshidratado nos da hasta 105 octanos, cuando la gasolina Premium tiene 93 y la Magna 87 octanos, expone. La gasolina vale 13.70 pesos por litro, cuando el costo de venta al público de etanol es de 12 pesos. El etanol se emplea de manera oficial y legal desde 1936 en Brasil. “Imagínese: estamos un poco atrasados en México”, describe. Hay en la República Mexicana bastante tierra donde se puede sembrar caña de azúcar con la finalidad de resolver la crisis del campo y los problemas ambientales en la Ciudad de México, comenta. “Sugiero poner estaciones de etanol, que es más limpio y tiene más octanos. El etanol no es ningún aditivo, como lo están diciendo funcionarios de Petróleos Mexicanos (Pemex), sino que es un energético y es un carburante.” Si se instalan 30 estaciones de servicio en la Ciudad de México se comercializarían más de 600,000 litros de etanol mensualmente. Se abatiría entre 20% y 25% de la contaminación, porque el azufre de las gasolinas es más de lo permitido a nivel internacional, comenta. “No sé cuándo la Comisión Reguladora de Energía nos otorgue los permisos, a pesar de que se metió hace varios meses la documentación”, concluye el ingeniero.

 

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