A Michoacán lo mueve las remesas como una potencial entidad expulsora de braceros. Lo mueve también los aguacateros que en enero y febrero experimentan el climax de sus ventas y exportaciones por el Super Bowl vía el organismo denominado Avocados From México. La entidad también es agraciada por ser la principal puerta de entrada y salida de autos en América Latina desde el puerto de Lázaro Cárdenas. Pero lo que pocos saben es que también lo mueven los huaracheros asentados en el poblado de Sahuayo. Esta localidad tiene una pobre oferta turística pero capta más visitantes que el mismo Pueblo Mágico de Jiquilpan. Y es que se trata de un pueblo con vocación de comercio pero también es conocido y visitado por su oferta y variedad de huaraches producidos. La cadena productiva del huarachero de Sahuayo se ve enriquecida con la presencia de materias primas básicas que van desde la piel, la curtiduría, y demás proveeduría que requiere esta actividad artesanal y que cada vez gana más adeptos no sólo en el país, sino en el extranjero sobre todo en California, Estados Unidos, donde el mercado de la nostalgia recibe y demanda cada vez más este icónico producto. Se sabe que la producción de huaraches en Sahuayo data desde hace aproximadamente 100 años. Y es que el aprendizaje de esta labor artesanal, se va heredando de generación en generación. Sin embargo, esta tradición ha ido disminuyendo debido al proceso de industrialización de la actividad. Es por eso que, para apoyar la labor de esta actividad y posicionar al huarachero michoacano en la lista de exportaciones en franco crecimiento, la Coordinación de Economía del Ayuntamiento de Sahuayo, que encabeza Jesús Santiago Amezcua Guerrero, convocó a fabricar el huarache más grande del mundo.   Récord Guinness Este huarache se elaboró durante cuatro meses y obtuvo el Récord Ginness al ostentar una medida de 7.5 metros de largo por 2.5 metros de ancho y tres metros de alto. Para ello se utilizaron 60 metros de baqueta o piel de un grosor de seis milímetros. Cuenta con una suela de 22 centímetros y tiene un peso superior a los ochocientos kilogramos. Para la fabricación de este inmenso huarache que, por cierto, es más grande que un automóvil, se requirió además de la construcción de una enorme horma que fue cubierta con fibra de vidrio y que sirvió de base para que cerca de 35 artesanos imprimieron su expertise y su mano de obra en los trabajos de “encorrellamiento” o tejido del huarache. Tan sólo en este último proceso se utilizó la mano de obra de un maestro en fibra de vidrio, de un carpintero y de un experto curtidor. En total se requirieron más de 20 procesos distintos y finalmente estuvo listo en el marco de la Feria de Sahuayo que se celebró el pasado mes de diciembre y donde el rey de las festividades no fue el Patrón Santiago ni el palenque de Los Tigres del Norte, la feria “se la llevó” el huarache más grande del mundo. Aún está en exhibición permanente en este poblado reconocido por sus carnitas, su birria y sus bellas mujeres, pero también por su gran variedad de huaraches, una de las actividades que más empleos genera en beneficio de las miles de familias que trabajan en esta industria artesanal.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @Raul_Curiel Facebook: raul.curiel.148 Página web: dedalocomunicacion.com Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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