1) De acuerdo con los rankings de World Soccer Shop y la consultora alemana Sport+Markt, entre las 10 playeras más vendidas del mundo, ocho son de equipos que han disputado al menos en los últimos dos años la Champions League. 2) En las Tiendas Martí, especializada en deportes, hay jerseys del Manchester United, Barcelona, Chelsea, Real Madrid, Bayern Múnich, Arsenal, Celtic, Juventus, Porto; equipos que curiosamente participaron en la presente edición del torneo. Su precio oscila entre los 900 y 1,100 pesos. 3) Aunque hay un consumo de la piratería porque no todos los sectores de la sociedad tienen el poder adquisitivo para comprar una playera original, al final hay un tema de posicionamiento de marca.Teodoro Husemann, director de Mercadotécnia de Adidas México, detalla: “Existe una creciente demanda de productos de la Champions League en México a través de ropa, balones y calzado”. Claro, hay otro fenómeno que trae consigo la Champions: la lucha por la playera del futbolista o equipo estrella. Los especialistas consideran que las rivalidades son claves para que la Champions League sea un fenómeno global: Messi vs. Cristiano, Real Madrid vs. Barcelona… Además, en México, al menos MasterCard, Ford, PlayStation, Heineken, Adidas y HTC, socios comerciales de la Champions, tienen presencia con empresas establecidas o venta de productos. Algunos promocionan viajes, juegos de video, teléfonos con contenido exclusivo. ¿Qué otro dato sustenta la importancia de la Champions en México? Según la consultora Alexa, que mide las visitas en Internet, México es uno de los tres países latinoamericanos que más visitan el canal del torneo. ¡Puro show! Vivir la experiencia Champions es otro de los negocios rentables. Varias agencias de viajes cotizaron la oportunidad de estar en el legendario estadio de Wembley, en Inglaterra, por la suma de 100,000 pesos por persona. Ricardo López estudia Comunicación en la Universidad Iberoamericana y acudió con dos amigos, como parte de un viaje de fin de curso, a Wembley. Gastaron 300,000 pesos por estar en la final y tuvieron garantizados sus boletos de entrada, desayunos, cuatro días de hospedaje y transportación. Otra opción fue ir al cine para ver el juego en una pantalla que puede alcanzar hasta los 22 metros de largo. Cinépolis informa que en 28 ciudades, al menos, ofreció este servicio, y que entre 2010 y 2012 asistieron más de 50 mil personas. En ronda de semifinales y finales, la ocupación es de 90%. Esta cadena tiene los derechos de transmisión hasta 2014. “Es un hecho que cada vez son más los que optan por la espectacularidad y alto nivel del fútbol europeo”, concluye Jorge Alberto Badillo, director general de Fusión Mercadotecnia Deporte. En resumen, los patrocinadores y las industrias ganaon gracias a lo que 22 muchachos disputaron a 9,000 kilómetros de distancia. Quizá los jugadores no lo saben, pero sus gambetas benefician a otros que no necesariamente se emocionan con su destreza, como el mesero Javier Rodríguez. Europa, la reina La Champions League no sólo es el torneo de clubes más importante del mundo, es el que más dinero deja para quienes la ganan. Aquí las cifras por premios únicamente por ganar la final. Torneo Millones de euros UEFA Champions League 10.5 Europa League 5.0 Copa Libertadores 2.0 Asian Champions League 1.5 Copa Sudamericana 1.5 African Champions League 1.5 Concacaf Champions League 0.2 Fuente: Información oficial de la UEFA, Conmebol, Concacaf, Confederación Asiática de Fútbol, Confederación Africana de Fútbol.
El omnipresente negocio de la Champions League
La Champions League es más que simple fútbol. Es una industria que genera millonarios dividendos en restaurantes, cines y tiendas de ropa. Los seguidores mexicanos están en la primera fila.
Por Iván Pérez
Javier Rodríguez es un ciudadano mexicano al que no le gusta el fútbol. Más de 9,000 kilómetros lo separaron de Wembley, lugar donde se jugó la final de la Champions League, pero ésta repercutió en sus finanzas.
La Champions es capaz de medir al Real Madrid con la escuadra del FC Barcelona; o lo que ocurrió el 25 de mayo al enfrentarse las disciplinadas maquinarias alemanas del Borussia Dortmund vs. Bayern Múnich, donde este último resulto triunfador.
Los alcances van más allá del rumbo que toma el balón: la Champions League llena salas de cine, incrementa la venta de camisetas (originales y piratas) y aumenta los ingresos de publicidad en la televisión.
Todo eso ocurre en México, con el Océano Atlántico de por medio. “Es importante la Liga de Campeones en México porque somos una sociedad de consumo, aspiracional; tenemos una influencia europea, la economía nacional está creciendo lo que nos permite consumir este producto…”, afirma Rodrigo Mort, MBA en Gestión de Identidades y Empresas Deportivas por la Universidad Europea de Madrid y quien fuera asistente de medios por la UEFA en la Champions League en 2010.
Javier Rodríguez es mesero, nunca sabe si está programado un partido del Madrid, Bayern Múnich o Juventus. Eso para él es irrelevante, pero en esos días “…me llevo poco más del doble en propinas que en un día normal”, afirma.
Para otros sectores y personas, el negocio de la Champions se tasa en millones. Mario Álvarez, director ejecutivo de Marketing de Fox International Channels México, uno de los canales dueños de los derechos de televisión de la justa, afirma que el certamen es “fundamental en términos de audiencia, comerciales, construcción de marca y proyección de liderazgo del canal”. Aquí todos ganan.
Gancho para todos
La Champions League ha tomado la magnitud necesaria para que en México se transmita en cuatro canales: Televisa y TV Azteca (en señal abierta), ESPN y Fox Sports (en restringida).
Sin embargo, la TV de paga aún goza de buenos números al respecto. Según la Latin American Multichannel Advertising Council (LAMAC), hay 44.9 millones de mexicanos que pegan sus ojos al sistema de cable; ellos son potenciales clientes de la Champions League.
“Hay campañas de marketing todo el año, inclusive fuera de temporada. Para las marcas significa algo importante (la Champions) como plataforma de nuevos productos o en el tema de posicionamiento”, dice Mario Álvarez, directivo de Fox Sports.
Eso no lo sabe Javier Rodríguez, quien el día de la final ese día se embolsó 500 pesos, mínimo. Para ello, el restaurante en el que trabaja empezó días antes a hacer mercadotecnia básica.
La cadena de TV, Fox Sports, en tanto, ya tienia amarrados a 15 anunciantes involucrados específicamente al producto Champions League. “El futbol representa un porcentaje importante de nuestras ventas”, comenta Mario Álvarez.
Las televisoras con señal abierta aprovecharon también el tema de las redes sociales y transmisiones por Internet para explotar al máximo la popularidad del evento. Televisa anunció hace meses su plan de Champions 2012-13, que no sólo incluía la transmisión por TV, sino que además lo hizo vía televisadeportes.com y en sus aplicaciones para Iphone, Ipad y Android.
Aunque esta historia podría tener sus matices. “Quizá es posible que la Champions generará pérdidas por los altos costos de los derechos, pero canales como ESPN o Fox Sports tenían que transmitirla. No todos los retornos de inversión tienen que ser en dinero, también está el tema de la imagen y posicionamiento”, detalla Rodrigo Mort.
Y, para garantizar una gran penetración, están las tendencias de consumo. Según Consulta Mitofsky, en su encuesta 2013 sobre la popularidad de los deportes, 64% de los mexicanos tiene al fútbol como su deporte preferido; poco más de 6 de cada 10 fueron un factor de compra para la Champions League.
Y para fortuna de ese 64% que gustan del fútbol, la transmisión de la Champions en América Latina está garantizada hasta la edición 2015, fecha de caducidad de los contratos que poseen ESPN y Fox Sports.
El factor identidad
¿Cuánto cuesta vestir al estilo Champions League? Al menos 900 pesos.
“El producto Champions se ha ido propagando a una gran velocidad sobre todo entre los jóvenes”, dice Jorge Alberto Badillo Nieto, director general de Fusión Mercadotecnia Deporte. “Es un evento de nicho”, complementa Rodrigo Mort.
México es parte de un fenómeno global, aunque con ciertas conductas:
